La copa en gasteiz
A la gesta bilbaina le faltó el poso que, a pesar de todo, sí tuvo el Tau
Pese al nefasto comienzo y el desconcertante final, el mayor poso -recursos, experiencia, instinto y banquillo- sirvió al Baskonia para lograr el pase a la final en un apasionante derbi en el que el Bilbao Basket lo hizo «casi» perfecto pese a sus limitaciones y sus ausencias.
TAU BASKONIA 68
BILBAO BASKET 66
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
El poso, o ese conjunto de elementos como banquillo, experiencia, instinto, que el Baskonia tampoco tenía hace una década desniveló un derbi que dio a los gasteiztarras la posibilidad de ganar su sexta Copa en la quinta final que disputará en los últimos seis años. Y es que, esos galones adquiridos en los últimos años por el conjunto azulgrana fueron los que le sirvieron para superar una defensa casi heróica de un Bilbao Basket que tuvo al Tau contra las cuerdas hasta el último segundo pese a las bajas de Weis -eliminado por faltas- y Rancik -lesionado a poco del final-.
Pese a la derrota, los seguidores del equipo bilbaino pueden estar orgullosos del papel de los suyos y confiar para que su trayectoria les permita estar en «su Copa» sin esa dependencia de Weis y Huertas, con más recursos y con ese instinto para no perdonar la vida a un Tau al que pudieron haber dejado k.o. de no haber fallado esos cinco tiros libres en el primer cuarto o alguna que otra canasta fácil que echaron de menos al final.
No obstante, el derbi comenzó con un guión inesperado, en el que el Bilbao Basket parecía el habituado a este tipo de partidos y el cortocircuito de la presión afectó a los locales. La defensa de los hombres de negro asfixió a un Baskonia que apenas movía el balón en ataque y que necesitó cuatro minutos para marcar su primera canasta en un contraataque de Teletovic. Otros tres minutos de sequía encendieron todas las alarmas en el equipo local, mientras los bilbainos aprovechaban los bloqueos de Weis para llevar la renta a trece 3-16, a falta de siete minutos. Spahija apostó por el físico ante esta primera crisis y con Splitter, Mickeal y Planinic en campo, bajaron la desventaja a seis, gracias en gran parte al desacierto visitante en los tiros libres, 1/6 en el primer cuarto.
En el segundo cuarto, el Baskonia aprovechó la superioridad física, especialmente desde la tercera falta de Weis para ponerse por delante tras una exhibición de fuerza de Pete Mickeal. Sin su poste y sin su generador Huertas en cancha, el ataque bilbaino se secó y fue la reaparición en cancha del base la que sirvió a su equipo para no descolgarse al descanso (34-32).
El equipo de Spahija seguía sin encontrar la fluidez en su equipo tras el descanso, pero la calidad de sus veteranos Rakocevic -dos triples consecutivos-, Splitter y Vidal le sirvió para abrir una brecha que parecía definitiva, más aún cuando Weis sumó su cuarta falta en ataque. Lewis intetentaba dar respuesta por el bando visitante y jugar con dos bases y una defensa mixta sirvió a Vidorreta para entrar con esperanzas en el último cuarto (43-57).
Ilusión sin premio
El acierto exterior de los interiores Splitter y Muoneke, así como el poder reboteador de un Mickeal, al que Zurbano perdonó su «falta de profesionalidad» a base de rebotes, permitió al Baskonia amasar una ventaja que se antojaba definitiva a cinco minutos del final, sobre todo con la quinta de Weis.
Faltaba Recker, faltaba Weis, Rancik también tuvo que salir lesionado, pero la ilusión que llevó al Bilbao Basket hasta las semifinales de la Copa no les falló en un final de partido en el que nunca se derrumbaron. Como le ocurre demasiadas veces, el Baskonia se borró con todo a favor y sufrió hasta que Vidal les puso la puntilla.
Vidorreta: «Hemos gastado todo el acierto muy pronto»
Txus Vidorreta, que comenzó su comparecencia felicitando al Baskonia y deseándole suerte para la final, se mostró orgulloso del rendimiento de su equipo e hizo un balance positivo de su primera experiencia en Copa. «Hemos jugado 80 minutos muy intensos en esta Copa, y hemos demostrado carácter, personalidad»
En su análisis del partido, el técnico de Indautxu destacó que «hemos gastado todo el acierto demasiado pronto. Teníamos dificultad de abrir el campo con la ausencia de Lucas Recker», señaló. «El equipo se ha sobrepuesto a los problemas de Recker, a los de Rancik, y hemos hecho un ejercicio de orgullo increíble. Hemos dado una muy buena imagen y hay que felicitar a los jugadores», agregó el técnico.
«El arbitraje en algún momento nos ha castigado, y ellos lo han sabido aprovechar desde los tiros libres, pero no tengo ninguna intención de hablar de los árbitros, no creo que es un partido para hablar de ellos», agregó.
Pese a la victoria, Neven Spahija no estaba del todo satisfecho con el juego de su equipo, sobre todo con el inicio y el final. «No sé que sucede en los últimos minutos. Es difícil saber qué ha pasado en estos momentos. Tengo que mirar el vídeo y sacar conclusiones», explicó. «El inicio del partido ha sido muy duro para nosotros. Hemos perdido mucha energía para intentar remontar el marcador».
De cara a la final, «yo pienso que el Tau no tiene problema con el juego, quizá el problema es la presión. Mi equipo puede jugar mucho mejor en la final, porque tenemos mucha calidad. Hemos pasado mucho problemas pero yo creo en mi equipo y en mis jugadores, son los mejores del mundo», explicó. J.O.
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