Hay pasajes de nuestra contemporaneidad que han pasado antes al desguace de la historia que a su uso y disfrute común. No se trata de hacer un balance de desmemorias, pero ahora mismo en mi hueco craneal resuenan tantas máximas expresiones grandilocuentes y ultimistas que uno esperaría que a partir de ahora solamente mugieran los bueyes de Kobe en el momento de beberse un trago de cerveza negra y tras el masaje suave, nunca como una explosión de rechazo a la nueva situación del mercado de abastos. Ni siquiera deben quejarse los patos y las ocas de marca. Todos somos corderos silentes que miramos con ojos de angustia los aspavientos de otros.

La última escena que nos coloca ante la auténtica misión de ciertos paniaguados nos lo ha proporcionado Itoitz. Esa imagen de una barcaza de rescate yendo a buscar a unos políticos en apuros porque su barca se hunde, forma parte de la historia del disparate. Llega, toca y se hunde, pero se rescata a un cuerpo que dicen que es de un político. ¿Qué hacía ahí? ¿Pescaba, buscaba un tesoro escondido, paseaba a sus amantes? Las comisiones devengadas por la obra incivil de ese despropósito deben estar en alguna cueva custodiadas por loros que saben francés. Nadie podría imaginarse algo más ridículo, algo que con mayor contundencia explicara que estamos en manos de incompetentes y pillos de cómic barato. Son material para el desguace televisivo. Esto no es ni siquiera una noticia de apertura, es un chascarrillo para los zappings o los programas de humor.

Contemplé estoico la ceremonia de entrega de los TP de oro. Es verdad: se puede hacer todavía peor. No es suficiente que Wyoming esté en un momento espléndido, que se acompañe de sus colaboradoras, que utilice a sus guionistas. Hay un designio previo, una fuerza interna que impide que estas ceremonias tengan algún interés. Son un insulto al ritmo, a la profesionalidad, pero se deben hacer para cumplir con unos compromisos.¿Qué compromisos? Nadie lo sabe a ciencia cierta y de hecho, ninguna cadena quiere retransmitirlos, pero La Sexta está que se apunta hasta a una ceremonia. Además estos premios son una cosa que siempre gana Matías Prats.