Dispuesto a sacar jugo al otro lado de la moneda, así viajará el Eibar a Tarragona. Después de que la paulatina reducción de su colchón de puntos los presionase en las últimas jornadas, los azulgranas intentarán aprovechar ahora la presión, infinitamente mayor, que rodea a un Nástic en puestos de descenso.

«Realmente tienen que estar muy presionados -considera Iván Cuéllar- porque han empezado con claras aspiraciones de ascender y están viendo lo complicada que es la categoría». Por eso considera que el Olimpic puede ser un campo especialmente apto «para nuestra idiosincrasia, porque jugamos con ambición también fuera de casa, lo que nos puede convertir en un rival muy peligroso».

Pese a todo, reconoce que los armeros tampoco pueden confiarse en exceso. «Estamos bien y ellos no, pero ya estamos viendo que en esta categoría todos los equipos son complicados y ellos tienen una gran plantilla. Además, de la misma manera que con dos buenos partidos te vas arriba, con un par de tropiezos también te puedes ver metido abajo, así que no hay que confiarse», advirtió el guardameta extremeño.

Una baja y una duda

El equipo, por otra parte, realiza hoy su último entrenamiento para partir a continuación rumbo a Tarragona.

Javier Mandiola no podrá contar con Manel, sancionado, y se mantiene, además, la duda sobre Jon Urzelai, ya que podía quedar una semana más, por precaución, fuera del equipo.