Los enchufes disputan a las sartenes el ranking de puntos de riesgo para los incendios domésticos
No hace tantos años que la franja horaria más caliente en los parques de bomberos era la de las comidas. Sin embargo, y aunque sigue siendo importante el número de incendios que se producen por descuidos en la cocina, los enchufes han cobrado mucha importancia en el ranking de puntos de riesgo en los hogares.
Anjel ORDOÑEZ
Andoni Oleagordia, Jefe del Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Bilbao, es muy gráfico en su explicación: «En los últimos años se ha multiplicado el número de aparatos eléctricos en el hogar. Antes teníamos un enchufe para la televisión y ya valía. Ahora, ese mismo enchufe soporta también el DVD, el decodificador, el ordenador, la impresora, el router, la consola..., como si de ese enchufe pudiéramos sacar todo lo que queramos. Y eso no es así; los enchufes tienen un límite, y cuando lo superamos se calientan, y donde hay exceso de calor puede nacer un incendio».
De hecho, en los últimos años se ha certificado un importante incremento de los incendios de origen eléctrico en los hogares, tanto que prácticamente se han equiparado en número con los que se producen como consecuencia de descuidos en la cocina. «Cada vez es más frecuente encontrarte en una viviendas afectada por un incendio con instalaciones eléctricas deterioradas, en muy mal estado por la falta de mantenimiento; pero en esa misma casa lo que nunca faltan son electrodomésticos de lo más variado conectados a una única fuente».
Estadística de 2007
El pasado año 2007, los bomberos de la capital vizcaina realizaron 2.757 salidas, de las cuales 1.008 estuvieron motivadas por un incendio y en 743 tuvieron que intervenir para sofocarlo. Todas las salidas están justificadas, no se contabilizan avisos falsos «porque, afortunadamente, aquí con estas cosas somos muy serios y responsables, no hay bromistas».
En el capítulo de incendios, los fuegos en contenedores son los más numerosos con diferencia: en 2007 se contabilizaron 552 en Bilbo (más de la mitad del total). «Hay que dejar claro que este volumen no es, para nada, algo característico ni de Bilbao ni de Euskal Herria, ocurre en todo el mundo. No tiene que ver con la kale borroka, sino con el gamberrismo de fin de semana, que es cuando se producen», aclara Oleagordia.
En segundo lugar en el ranking de localización del fuego se colocan los domicilios, con 177 casos. El análisis pormenorizado de los datos facilitados por el Servicio de Bomberos del Ayuntamiento bilbaino desmonta el mito de que los incendios domésticos se producen mayoritariamente en invierno, si bien en algunos meses sí se nota cierto incremento. Así, entre el 1 de octubre de 2006 y el 31 de marzo de 2007 se produjeron 102 incendios, y entre el 1 de abril y el 30 de setiembre de 2007, 75 (lo que significa un 57% y un 43%, respectivamente).
La explicación, en palabras de Oleagordia, es que «es lógico pensar que una mayor necesidad de aporte de energía a causa del frío incremente el riesgo de incendios, pero los datos revelan que la diferencia, al final, no es significativa; especialmente por el peso que han cogido en el conjunto los fuegos de origen eléctrico».
No obstante, la cocina sigue manteniendo un lugar preeminente como foco de incendios domésticos. El patrón es archiconocido: olvido de una sartén en el fuego, que acaba incendiándose y que se alimenta rápidamente con la grasa acumulada en los extractores de humos con filtros sin limpiar.
También el gas es uno de los culpables de que se declare un incendio en el hogar. En este punto, Oleagordia pone el acento en la importancia de que la instalación cumpla con todos los requisitos técnicos: «Muchas veces, por ahorrar un poco de dinero, las instalaciones las hace un amigo o un conocido, y al final no hay garantías de que cumpla con todos los patrones de seguridad». No es algo común en el conjunto de los domicilios, pero sí muy frecuente entre aquéllos en los que se produce una explosión o un incendio con el gas como protagonista.
El tiempo, crucial en un incendio
Lo primero que hay que hacer en caso de incendio es avisar al 112. El tiempo que pase entre el inicio del fuego y la llegada de los bomberos es crucial para determinar las consecuencias del mismo. «A nosotros nos gustaría poder llegar para tapar la sartén que ha cogido fuego y apagarla sin mayores consecuencias, pero es imposible, siempre van a pasar al menos diez minutos hasta que lleguemos», asegura Oleagordia.
A partir de ahí, lo fundamental es mantener la calma, tratar de sofocar el fuego si es factible y, si no, alejarse de él lo más posible y cuanto antes. Es importante saber que la mayor parte de las víctimas no la causan las llamas, sino el humo. Y que las escaleras de un edificio de pisos, especialmente las que están por encima de la planta en la que ha estallado el fuego, son las más peligrosas puesto que ese humo, al estar caliente, tiende a subir. Por eso, si el fuego está por debajo de nosotros, no es aconsejable intentar abandonar el edificio, sino evitar que el humo entre en nuestra vivienda cerrando (y, si es posible, sellando con toallas mojadas) las puertas y esperar a los bomberos cerca de una ventana. Que nos vean, ellos se encargarán.
Mantener la calma
Lo más importante en caso de incendio es actuar con serenidad, sin perder los nervios y de forma ordenada. Y, antes de nada, avisar al teléfono de emergencias 112.
Análisis de la situación
Antes de lanzarse a apagar un fuego, hay que valorar con rapidez si éste es pequeño y controlable o, por el contrario, tiene unas dimensiones demasiado grandes. En todo caso, lo primero que hay que hacer desconectar el suministro de energía a través apagando el interruptor general y la llave del gas. Esto último es, muchas veces, suficiente, puesto que la falta de combustible termina con el incendio.
Extintor
Si el incendio es reducido y tratamos de sofocarlo, hay que situarse siempre entre el foco del fuego y una salida segura. Debe utilizarse el extintor (si se sabe manejar) y nunca agua en los casos en que haya grasa, instalaciones eléctricas o líquidos inflamables, porque el fuego se extendería más. Si el fuego se localiza en la cocina, tape el recipiente en llamas con una tapa o trapo húmedo.
Huir del humo
Es conveniente cerrar las puertas y ventanas, para evitar la entrada de oxígeno, que el fuego utilizaría para avivarse y propagarse. Si no se puede escapar, hay que colocar toallas húmedas alrededor de las puertas para evitar que entre el humo y pedir socorro desde las ventanas. Nunca se debe permanecer erguido en medio del humo, hay que procurar escapar gateando y con la boca cerrada.
Gas
Las bombonas de gas deben almacenarse en lugares ventilados, preferiblemente al aire libre. Las gomas naranjas de butano, las abrazaderas y los manorreductores tienen que ser revisados con asiduidad. No hay que tapar nunca los orificios de ventilación. Como norma general, es aconsejable cerrar las llaves del gas por las noches y cuando se abandone la vivienda. No hay que dejar estufas de gas encendidas por la noche.
Electricidad
Hay que evitar la sobrecarga de enchufes con muchos ladrones puesto que los cables eléctricos están preparados para soportar una potencia determinada que, si se rebasa, provoca calor y éste puede terminar en fuego. No deben realizarse empalmes eléctricos de forma inadecuada o provisional y, en todo caso, utilizar regletas en vez de cinta adhesiva. Conviene dejar un espacio suficiente en la parte posterior de los electrodomésticos, para que se disipe el calor. Y, si no se dispone de los conocimientos adecuados, es preferible no manipular la instalación eléctrica.
En la cocina
No es aconsejable dejar la sartén en el fuego mientras se realizan otras actividades; si mientras cocina llaman por teléfono o ocurre algún imprevisto, debe retirarse la sartén y apagar el fuego. Hay que tener especial cuidado con la limpieza en las campanas extractoras, que ha de ser impecable y frecuente, así como evitar el uso de prendas anchas y con manga larga, pueden incendiarse o voltear recipientes.
Los fumadores
Si un fumador se percata de una fuga de gas, debe dirigirse a otra habitación con el cigarro en alto y apagarlo allí. Nunca hay que tirarlo al suelo en la misma estancia del escape, puesto que el gas se mueve a ras de suelo porque es más pesado que el aire. Es aconsejable utilizar ceniceros grandes y profundos, y mojar las colillas antes de tirarlas al suelo. Hay que evitar fumar en la cama o acostado en el sofá.
Detector de humo
Una de las medidas más efectivas contra los incendios es la instalación de un detector de humo en el hogar, que nos permitirá percatarnos de la presencia del fuego con el tiempos suficiente como para poder reaccionar. Su instalación es sencilla y se aconseja ubicarlo en el pasillo o donde pueda ser oído desde toda la casa. En el mercado existe una amplia gama que va desde los icónicos (sensibles a los humos que no se ven), los termovelocímetros (sensibles ante los cambios de temperatura), los ópticos (sensibles ante los cambios de temperatura) y los que actúan ante la presencia de llamas. Los detectores de humo deben colocarse en el techo o en lugares elevados, porque el humo tiende a ascender. Colocar detectores en la cocina puede ser contraproducente, puesto que el calor y los humos que se producen a diario pueden provocar frecuentes falsas alarmas.
Extintor
Es aconsejable tener un extintor en casa, porque puede ayudarnos a evitar que un pequeño fuego se convierta en un incendio devastador. Hay que colocarlo en un lugar visible y fácil de alcanzar. Además de comprarlo, hay que aprender a usarlo y asegurarse de que funciona y está cargado. Si bien los detectores no son muy útiles en la cocina, sí es muy aconsejable colocar un extintor en este lugar de la casa, porque puede ayudarnos a sofocar pequeños incendios con rapidez. Cuando se acciona el dispositivo, hay que apuntar a la base del fuego y rociarlo de un lado a otro.
552
de contenedores se contabilizaron en 2007 en Bilbo. Supone un porcentaje similar a cualquier lugar en Europa. Las causas: el denominado «gamberrismo de fin de semana».