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«Cada combate será una final, pero confío en conseguir algo grande»

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Jon GARCÍA

Taekwondoka

Después de cuatro años de -exitoso- trabajo, los deportes «minoritarios» viven en este nuevo año olímpico su leve chispa de luz propia. El durangarra Jon García, Campeón de Europa de taekwondo en 2005 y 2006, tuvo su primer chispazo en Turquía, logrando el billete para Pekín, sus segundos Juegos Olímpicos. El vizcaino no sólo estará en China, sino que aspira a «rascar» una medalla.

Arnaitz GORRITI |

El pabellón Ahmet Comert de Estambul acogía del 25 al 27 de enero el preolímpico europeo de taekwondo: la última oportunidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Sólo los tres primeros de cada una de las cuatro categorías lograrían el billete olímpico. El vizcaino Jon García consiguió la segunda posición en los pesos pesados. La sapiencia del durangarra de 3o años dio sus frutos.

Supongo que con la clasificación para los Juegos Olímpicos, las vibraciones serán buenas.

Por supuesto. Las cosas nunca salen como uno planea, pero me encuentro bien y estoy con muchas ganas.

¿Es el año olímpico en el que mayor nivel alcanzan?

Sí. Todos los países están trabajando duro para obtener su plaza para los Juegos Olímpicos. Ahora que restan seis meses y deben ser a muerte.

Sin embargo, en Estambul ya debieron estar a tope. ¿Cómo preparan los picos de forma?

Bueno, todos los años solemos tener dos competiciones importantes, de modo que estamos acostumbrados a tener varios picos de forma. Pero el taekwondo en un año olímpico es una actividad en la que, si no pasas el primer obstáculo, no llegas al segundo. Por tanto, me planteé los entrenamientos para que mi pico de forma fuera aquél y trabajé como si fuera ésta la competición prioritaria para intentar clasificarme.

Ahora que lo he conseguido, hay que intentar hacer un poco de bajada en la forma, pero sólo un par de semanas, y después enfocar la preparación de cara a los Juegos Olímpicos. Ahora, después de un viaje en Corea y un test olímpico en China, empezaremos a preparar el Europeo, que será en abril. A partir de entonces sí que empezaré a prepararme para Pekín.

¿También deberá tener cuidado de no lastimarse en los entrenamientos?

Bueno, como en todos los deportes. Además, te puedes lesionar de cualquier modo. Por ejemplo, la catalana Brigit Yagüe, que es doble campeona del Mundo, no se ha clasificado porque se rompió la mano dos semanas antes del preolímpico. Estaba jugando a fútbol y, al caerse sobre la cadera, se apoyó sobre la mano y se la rompió.

En mi caso suelo sufrir sobrecargas, lesiones musculares... cosas así. No son normales las roturas de huesos, ya que estamos bien protegidos y estamos más o menos acostumbrados.

Usted compite en la categoría de peso pesado. Descríbalo un poco.

El peso pesado en categoría olímpica es a partir de los 80 kilos. En categoría no olímpica, a partir de los 84. Hay ocho pesos en categorías no olímpicas y cuatro olímpicas. Así, te puedes encontrar a taekwondokas que pesen desde los 86, yo peso 88 y mido 1,95 metros, hasta gente de más de 100 kilos. Por haber, hay hasta un noruego de 160.

¡Dios mío!

¡Y tanto! Eso obliga a tener una buena pegada. Si un luchador de 2,10 metros y más de cien kilos te estorba con el brazo es muy difícil marcar el punto. Por eso digo que en peso pesado tengo que tener una buena pegada, aunque esté relativamente delgado en comparación.

Tengo que decir que en Estambul me encontré muy fuerte, pegando muy duro. Además, también me encontré muy rápido y ágil, que es donde puedo tener ventaja, pero con la misma pegada que los más grandes.

¿Cuáles son sus características como taekwondoka?

Suelo ser un competidor frío y bastante rápido, mucho para mi peso, y tácticamente preparo los combates muy bien. Soy capaz de ganar a pocos puntos y aguanto bien la presión.

Afronta sus segundos Juegos. ¿Cómo recuerda Atenas 2004?

La verdad es que para mí Atenas fue algo muy fugaz. Me tocó competir el último día del campeonato y ni estuve en la inauguración ni en la clausura. Llegue a la villa olímpica un par de días antes. Así que no pude ir a ver ninguna otra competición de ningún otro deporte, ya que estaba esperando que empezara competición. No pude disfrutar de las olimpiadas.

Además, ya iniciada la prueba me hice daño en una rodilla y andaba un poco cojo y no pude ir ni a la clausura.

¡Menudo chasco! Aun así, la medalla de bronce no quedó lejos.

Cierto. Perdí un combate y fui a la repesca tocado de la rodilla, y ahí hice lo que pude... No sé si perdí por un punto o así. Por esa circunstancia no pude hacer gran cosa.

Dice que sabe ganar a pocos puntos. ¿Los combates de los Juegos Olímpicos son más tácticos?

Cuando lo que te juegas es tan importante, intentas fallar lo mínimo. En ese caso, algunos combates se vuelven más limitados, y se basan en acciones muy rápidas y concretas. En estrategias.

Un combate a veces es como una partida de ajedrez: cada uno emplea sus armas y, con ellas, debe buscarse la vida. Cada uno debe buscar sus opciones y no buscar en exceso choques o encontronazos, ya que igual lo puede pagar en el siguiente combate -un día llegué a tener siete-. Por eso, los que van ganando suelen tratar de aguantar y no hacerse daño. Si lo ven claro, meten otro punto, no es como en las películas. Si te desgastas al principio, al final lo vas a pagar en los siguientes combates.

Cuatro años después, ¿es candidato a medalla?

Hay que tener en cuenta que la propia clasificación a los Juegos Olímpicos es muy elitista en taekwondo. Hay un preolímpico mundial en el que sólo pueden ir tres personas por cada peso, y luego hay otra clasificatoria preolímpica por cada continente en la que entran otras tres, que es como me he clasificado yo. Y ya está; no hay más.

Por ello, los que van son muy, muy, muy buenos. Hay que estar en un altísimo nivel, y aun así hay muchísimos casos de luchadores de gran nivel que se quedan fuera. Pienso que cada combate será una final y, como en todas las finales, habrá mucha rivalidad. Cualquiera de los competidores me puede ganar, pero cualquiera de ellos puede perder conmigo. Esperemos que tengamos un día bueno, inspirado, y que traiga una medalla para el País Vasco. Le voy a poner toda mi ilusión y, aunque sé que es un objetivo muy elitista, confío en que pueda conseguir algo grande. Lo presiento.

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