LLa Feria Internacional del Arte Contemporáneo, ARCO, que se celebra esta semana en Madrid acoge en su nuevo espacio Arco40, una selección artística mundial con 54 galerías que exhiben creaciones con el fin de impulsar la obra de nuevos artistas. Las propuestas de los creadores emergentes rescatan distintas perspectivas con las que los autores pretenden llamar la atención de los visitantes, y de esta manera hacerse un hueco en el complejo mercado del arte mundial. En la tónica de las propuestas más vanguardistas y llamativas destaca las creaciones que han traído las galerías londinenses, brasileñas y chinas, que muestran obras en distintos formatos.

Así, autores brasileños como David Batchelor muestran piezas constructivistas con sendas torres de metal repletas de peines, pinzas, pinceles, cucharas y distintos utensilios, y otros como el joven chino Beijung, exhiben pinturas al óleo de grandes dimensiones que hacen que la feria recobre el espíritu asiático que invadió los pasillos de los pabellones de Ifema en la pasada edición de Arco. Entre las propuestas más reivindicativas se encuentran la traída por la galería londinense Museum 52, la escultura de una mano gigante que eleva el dedo corazón haciendo una peineta», que se sostiene encima de una antigua estructura de metal fabricada para inválidos, y en la que una vieja chaqueta de cuero y una bolsa remendada con cinta aislante nos remiten a la protesta social. Otras críticas al urbanismo vienen de la mano del iruindarra Carlos Irijalba en su obra «Enviroment XIX», una fotografía de gran formato en la que el autor hace un contraste entre costa y ciudad, con un edificio que es arrancado de sus cimientos y se mantiene suspendido en el aire, una creación que también juega también con la sensación de peso entre las estructuras que se elevan y caen.

De la crítica a la comodidad, con las piezas artísticas de los jóvenes Patty Chang y David Kelley, que exponen en una galería Italiana una obra a la que el público de Arco'08 no se resiste, y no tanto por su atractivo artístico, sino por su comodidad. De esta manera «Enbankment», una propuesta para el confort, invita al descanso con dos colchones de agua y dos televisores gigantes de plasma instalados en el techo en los que se proyectan todo tipo de imágenes y vídeo-montajes relacionadas con la naturaleza, un tributo al descanso y los espacios confortables.

Tras recorrer los pasillos de este caótico espacio, que se ubica en el nuevo pabellón 14 entremezclado con las galerías brasileñas sin dejar muy claro dónde empieza el espacio del país invitado y dónde acaban las propuestas emergentes de Arco40, cabe preguntase si cotizará más en el mercado la reivindicación social, la mano de obra asiática o el confort.

Los cuerpos desnudos han llegado a Arco con la fotografía, una disciplina que cada vez tiene más adeptos entre los coleccionistas, bien sea por sus precios suelen ser más económicos o porque el uso de las nuevas tecnologías permite crear unas imágenes muy espectaculares.

Una gran imagen de dos por tres metros de una mujer japonesa durmiendo desnuda saluda al visitante al entrar en el Pabellón 14. Se trata de una obra del reconocido fotógrafo japonés Nobuyoshi Araki, de la galería Taka Ishi de Tokyo, cuya obra se basa en la vida cotidiana y, por ello, según afirmó a Efe la coordinadora de la sala, Elisa Uematsu, está marcada la fecha sobre la foto.

La fotografía desvirtuada en píxeles muy ampliados también se inspira en los desnudos, como es el caso del alemán Thomas Ruff y su obra «Nudes on 15», presentado por la galería suiza Mai 36. Su director, Víctor Gister, explicó que el autor elige las imágenes de Internet y luego las transforma a su gusto. Alemania apuesta fuerte por la fotografía en Arco, especialmente con la obra del artista de origen judío Helmut Newton. «Big Nude Yoko» y «Violetta smoking, Paris» pueden contemplarse en la galería de Kicken Berlin, unos desnudos femeninos de cuerpo entero en blanco y negro.

Un artista norteamericano ya fallecido, John Coplans, es la baza fotográfica de la galería belga A. S. Knokke, cuyo director, Andre Simoens, destaca el trabajo de un hombre que comenzó a fotografiarse con 47 años y, por tanto, «no son imágenes de una estética bella, pero sí muy impactantes», añadió.

En el stand de la Comunidad de Murcia llama la atención el trabajo de dos fotógrafos que se han inspirado en el cuerpo humano más real. La fotografía de una mujer embarazada, «Andrea», es obra de Diego Santomé, de la galería Pilar Parra Romero, mientras que Javier Pividal, de la galería Art Nueve, ha creado un tríptico de gran tamaño y en color sepia titulado «Histeria», y que refleja a un hombre desnudo estirándose en su cama. El fotógrafo español Alberto García-Álix no falta en la sección de desnudos, algunos tatuados, que pueden disfrutarse en la galería de Carles Taché.