Una portavoz del Ejército israelí dijo que cinco cohetes fueron disparados desde Gaza a primera hora de ayer. Los comités de la resistencia popular, por su parte, indicaron que habían disparado diez cohetes como respuesta de la muerte el viernes de Ayman Fayed, más conocido como Abu Abdalá, alto comandante de la Yihad Islámica que murió -junto a su esposa, dos de sus hijos y otras cuatro personas- en un ataque del Estado sionista contra su vivienda.

«¡La sangre engendra sangre!», cantaban los asistentes al funeral mientras hombres armados disparaban al aire con sus rifles Kalashnikov.

El brazo armado de Yihad Islámica abogó ayer por realizar ataques en Israel: «Esta sangre no será desperdiciada. La respuesta irá a lo más profundo de la entidad sionista», anunció el grupo en un comunicado.

El Ejército sionista insistió en que no tienen nada que ver con la explosión.

Hamas acusa a al-Fatah

Por otro lado, el movimiento de resistencia islámica Hamas difundió ayer en rueda de prensa las confesiones de varios de los implicados en un supuesto intento para matar al ex primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, del que los islamistas acusan a al-Fatah.

Hamas expuso confesiones de sospechosos que dijeron haber recibido las órdenes de matar a Haniyeh de Tayeb Abdel Rahim, asesor del presidente de la ANP, Mahmud Abbas.

El atentado fue programado para un mitin que Hamas convocó hace semanas en un estadio de Gaza, pero quedó frustrado por los servicios de inteli- gencia de la Fuerza Ejecutiva, el organismo de seguridad de Hamas.

El supuesto atacante, Mohammed Jeil, fue detectado con un bolso cargado con explosivos a las puertas del mitin.