Derrota en Tarragona
El apagón azulgrana allanó el camino del rival
El Eibar cuajó un pobrísimo partido ante el Nástic, al que le bastó con aprovechar dos errores de la zaga azulgrana para acabar con su mala racha y recortar a seis su desventaja con los eibarreses
EIBAR 1
NASTIC 2
Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
Se mantiene el maleficio armero en Tarragona. Aunque la derrota del Eibar tuvo, en este caso, poco de sobrenatural. El equipo guipuzcoano sufrió un apagón general que difícilmente podía haber acabado con un resultado diferente.
Como sucediera hace tres semanas frente al Racing de Ferrol, el Eibar ejerció de bálsamo con un rival necesitado. Doce jornadas acumulaba sin conocer la victoria un Nástic en plena crisis -César Ferrando incluso ha apartado a tres jugadores del equipo esta semana-, lo que le había llevado a caer en puestos de descenso. Encontró el antídoto perfecto: un rival fallón en defensa y romo en ataque, al que además le faltó fe cuando el partido se le puso cuesta arriba.
Un equipo, en definitiva, muy diferente del de los últimos partidos, en el que había aunado juego y resultados. Es decir, todo lo que faltó ayer.
No es fácil encontrarle explicación, porque el Eibar, para empezar, actuó con un once similar al que se exhibió ante el Celta. Sólo se caían Manel, sancionado, y Del Olmo, que llegó renqueante a Tarragona, para dejar su lugar a Raúl García y Zurutuza. Y qué decir del plano anímico, en el que los azulgranas, en plena línea ascendente, partían con amplia ventaja respecto a su rival, acogotado por una situación desesperada.
Y pareció de primeras que el partido iba a responder a lo esperado porque, tras un par de acciones tempraneras por parte de los locales -que sirvieron, sobre todo, para confirmar los dolores de cabeza que podía crear Campano-, el Eibar intentó, como viene haciéndolo fuera de casa a lo largo de toda la temporada, llevar la iniciativa del juego; consciente, además, de que el tiempo corría a su favor.
Pero cualquier plan y expectativa se vino abajo casi de inmediato. Un centro, cómo no, de Campano desde la derecha, permitió que Jandro, completamente solo, adelantase al Nástic.
Pese al disgusto, el partido pudo volver pronto a manos azulgranas. Y es que los eibarreses sólo necesitaron siete minutos para empatar, al aprovechar Goiria un buen servicio de Codina, combinado con un error de Roberto, para anotar su séptimo gol de la temporada. Las cosas volvían a pintar bien, o incluso mejor que al principio, porque el Eibar contaba con el empellón extra del que se viene arriba.
Lamentablemente, no supo aprovecharlo. Para empezar, no fue capaz de volver a inquietar a una defensa de moral no especialmente sólida y para rematar, volvió a cometer un error que, de nuevo, aprovechó su rival. Esta vez fue Tortolero el que saltó bien, y además no encontró oposición, para cabecear a gol un córner pocos minutos antes del descanso.
Sin reacción
La experiencia de la semana anterior permitía, con todo, albergar muchas esperanzas de cara al segundo tiempo. Esperanzas que no tardaron demasiado en venirse abajo.
Y no tanto porque el Nástic se aferrase con uñas y dientes a su ventaja, sino porque apenas se le hizo sufrir. Al menos hasta la recta final, cuando sólo la estrechez del marcador y la necesidad local hicieron perceptible la tensión. Hasta esos últimos minutos, el partido se convirtió en un ejercicio de impotencia por parte del Eibar -a excepción, cómo no, del siempre activo Codina- , que ni siquiera por casta acertó a dar la impresión de que el empate era posible.
Tuvo que transcurrir nada menos que un cuarto de hora de la reanudación para ver su primera ocasión: un buen disparo de Insa desde la frontal que se fue ligeramente alto. Javier Mandiola movió el banquillo, dando salida a los siempre «chisposos» Altuna y Del Olmo que ayer, sin embargo, se mostraron tan grises como el resto de sus compañeros. La mejor ocasión volvió a correr, de hecho, del lado de Lluis Codina, que empalmó un centro desde la izquierda que Abraham envió a córner en última instancia. El mismo destino corrió un buen centro del catalán, que Tortolero despejó con bastantes apuros por la línea de fondo.
El reloj corría ahora a favor de los locales que, sin embargo, sólo sufrían por lo ajustado del marcador. Porque el Eibar se volcaba, o más bien lo intentaba, en busca del empate. Pero ayer no era su día. «Manix» incluso buscó la altura de Markel, en un intento de aprovechar algún balón a la olla. Pero ni por arriba, ni por abajo, ni por las bandas, ni por el centro. Los azulgranas no volvieron a crear peligro en las inmediaciones de Roberto, lo que les condenó a acabar con su buena racha como visitantes, tras haber empatado en los tres desplazamientos anteriores.
Lo peor es que las distancias vuelven a acortarse -el Nástic era el primer equipo en descenso y se coloca ahora a seis puntos-, en vísperas de recibir nada menos que al Málaga. Un choque que los azulgranas afrontarán con las bajas de Txiki y Biel Medina, después de que ambos vieran ayer su quinta cartulina amarilla.
«No se pueden dar tantas facilidades para el remate», lamentó Javier Mandiola a la conclusión del encuentro, consciente de que la clave de este pasó, en buena medida, por los errores defensivos de su equipo.
Y es que para el técnico, su equipo no lo hizo mal, sobre todo en la primera parte. «Hemos robado la pelota, hemos llevado la iniciativa en muchos momentos, aunque no hayamos tenido ocasiones claras. Yo creo que sí hemos venido en la línea de otros partidos fuera de casa», aseguró. El problema fue que no supo evitar errores cruciales. «Son cosas que se pueden evitar porque en el primer gol, por ejemplo, Jandro ha rematado sin oposición y eso es un error grave. Un jugador puede sacar buenos centros, eso lo tienes asumido en todos los partidos, y otro te puede ganar en la disputa en el área, pero que rematen sin oposición... No se pueden dar tantas facilidades a la hora del remate», lamentó.
Con todo, «Manix» quiso darle la relevancia justa al tropiezo. Sobre todo porque, en su opinión, «no creo que hayamos estado mal. El resultado es malo y no podemos echarle la culpa a nadie, pero yo creo que el equipo está bien».
No lo tenía tan claro Natxo Insa, para el que «la dinámica que llevábamos era mucho mejor que la imagen que hemos dado hoy. No hemos hecho un buen partido porque sin hacer demasiado, ellos se han llevado los tres puntos».
GARA