Uno de los principales comandantes de las milicias del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Bahoz Erdal, realizó ayer un llamamiento al levantamiento de todos los kurdos residentes en Turquía para luchar desde dentro contra el Gobierno de Ankara, que el pasado jueves ordenó la incursión terrestre de sus fuerzas en Kurdistán Sur para atacar sus bases.

Erdal pidió a los jóvenes kurdos que conviertan en «inhabitables» las ciudades turcas en las que viven.

Mientras, los combates se recrudecían. Los rebeldes afirmaron ayer que derribaron un helicóptero militar turco durante los enfrentamientos de la víspera, según informó Ahmed Deniz, responsable de relaciones internacionales del PKK. Explicó que el ataque tuvo lugar a primera hora de la tarde, cuando «nuestros luchadores derribaron un helicóptero modelo Cobra».

El Estado Mayor turco reconoció el derribo de su helicóptero y elevó a 112 la cifra de kurdos muertos en combate desde el inicio de la incursión militar, de los que 33 habrían muerto en los enfrentamientos de ayer. Entre sus filas, aseguró que se han producido ocho bajas en los combates en Kurdistán Sur, donde se guían por la información suministrada por Estados Unidos.

La Administración Bush continúa sirviendo datos al Ejército turco, según confirmó ayer su secretario de Defensa, Robert Gates, durante su visita a Australia. Pese a ello, instó al Gobierno de Ankara a que retire sus efectivos militares «lo antes posible« de Kurdistán Sur porque la nueva incursión «no resolverá el problema».