CRÓNICA | ANTE EL ACOSO SEXUAL
Ómnibus exclusivo para mujeres en México D.F.
Viajar entre mujeres es mucho más agradable; aunque yo tengo 58 años, los hombres se pegan a mí. ¡Así que imagine qué les hacen a las jóvenes!», exclama Alejandra Lugo mientras termina de acomodarse en uno de los autobuses reservados a las mujeres que circula por las calles de México D.F.
Sofia MISELEM Periodista (AFP)
En el marco de un programa piloto destinado a proteger a las pasajeras que a menudo se ven expuestas al acoso sexual en los transportes públicos mexicanos, varias líneas muy frecuentadas han programado autobuses prohibidos a los hombres cada 20 ó 30 minutos, en particular en las horas punta. Según las autoridades mexicanas, un 14% de los casos de acoso, abusos sexuales y violaciones contra mujeres que se cometieron en 2007 se registraron en los transportes públicos (metro y autobús).
«Te ves obligada a soportar a hombres que te empujan, que te manosean y que intentan arrancarte el bolso. Ningún hombre cede el lugar a las mujeres embarazadas o a las que viajan con niños», se lamenta Susana Navarro, una diseñadora industrial de 29 años.
Sandra Jiménez, otra mujer de 29 años, saca de su bolso el neceser y se maquilla meticulosamente explicando al mismo tiempo que, gracias a esta «grata sorpresa» que ha llegado con este principio de año 2008, se ha olvidado del taxi, que es bastante más caro que el ómnibus.
Si los autobuses exclusivos para mujeres alcanzan el éxito previsto, podrían incluso contribuir a una evolución en la indumentaria de las mujeres. «Con este tipo de transporte, podría equiparme un poco mejor, podría ponerme faldas sin que me agobien», añade Sandra Jiménez. En el metro, los tres primeros vagones de cada tren ya se reservan a las mujeres, pero solamente en las horas punta. «Una mujer puede entrar virgen en un vagón de metro y salir preñada», comenta.
José Aragón, conductor de ómnibus desde hace trece años, informa de que en varias ocasiones ha tenido que «ayudar a pasajeras que eran atacadas por hombres» y llamar a la Policía pidiendo refuerzos.
Para más seguridad, dos agentes de la Red de Transporte Público (RTP) viajan en estos vehículos, para evitar la irrupción de un posible intruso, y ceden el asiento a las mujeres que viajan con niños, a los ancianos y a personas con minusvalías.
«Cuando les decimos a los hombres que éste es un ómnibus reservado a las mujeres, algunos se irritan o incluso nos insultan, pero hasta ahora ninguno ha intentado entrar por la fuerza», explica Daniel Islas, uno de los agentes de seguridad del RTP.