Apertura asamblea nacional del poder popular de Cuba
El Parlamento confirma a Raúl Castro como sucesor de Fidel para afianzar la Revolución
La palabra de Fidel Castro seguirá siendo importante en Cuba, ya que Raúl Castro, nombrado ayer presidente del Consejo de Estado, le consultará en «las decisiones de especial transcendencia».
Martxelo DÍAZ | IRUÑEA
Tal y como se esperaba, no hubo sorpresas en la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba y el presidente del Consejo de Estado para los próximos cinco años será el general Raúl Castro.
Raúl Castro encabezaba la única lista que se había presentado para ocupar este puesto, en el que ha permanecido Fidel Castro desde el triunfo de la Revolución.
El médico José Ramón Machado fue designado primer vicepresidente de esa lista, mientras que también fueron designados vicepresidentes Carlos Lage, Juan Almeida, Esteban Lazo, Abelardo Colomé, Julio Casas. José Miyar fue nombrado secretario del Consejo de Estado.
Todos estos nombramientos, así como los del resto de miembros del Consejo de Estado cubano, fueron leídos, tras la votación, por Ricardo Alarcón, quien a su vez, fue ratificado en el puesto de presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Tanto el nombramiento de Raúl Castro como el del resto de miembros del Consejo de Estado fueron recibidos con aplausos por parte de los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Estos aplausos también se produjeron cuando, al inicio de la sesión, la presidenta de la Comisión Electoral, María Esther Reus, leyó el nombre de los 614 diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular comenzando por Fidel Castro y siguiendo por Raúl Castro.
Tras ser nombrado oficialmente presidente del Consejo de Estado, Raúl Castro se dirigió a la Asamblea para destacar que «el compañero Fidel sigue siendo el Comandante en Jefe de la Revolución, ya que es insustituible».
En este sentido, Raúl Castro propuso a la Asamblea Nacional del Poder Popular que le permita que «las decisiones de especial transcendencia en materia como Defensa, Política Exterior y Desarrollo Socioeconómico sean consultadas con el líder de la Revolución, el compañero Fidel».
La propuesta fue inicialmente ratificada por una sonora salva de aplausos. Sin embargo, Raúl Castro solicitó a Alarcón que la sometiera a votación, siendo aprobada por unanimidad.
Junto a ello, Raúl Castro también destacó que el Partido Comunista de Cuba seguirá siendo «la garantía de unidad de la Nación».
«Si el pueblo está cohesionado en torno a un solo partido, éste tiene que ser el más democrático», añadió Raúl Castro, que también anunció que el Gobierno trabajará para ser «más eficiente» y avanzó que la Administración cubana tendrá «una estructura más competitiva, descendiendo el número de organizaciones y realizando una mejor distribución».
Debate de ideas
Junto a ello, Raúl Castro abogó por seguir realizando el debate de ideas en el seno del socialismo cubano, «porque no supone un enfrentamiento de clases, sino una divergencia de ideas para buscar la mejor solución».
«No negamos el derecho a expresarse, siempre que sea en el marco de la Ley», añadió el presidente cubano.
«Si alguien pretende presionar animado las debilidades humanas hay que enfrentarle resueltamente. Nunca hay que olvidar que el enemigo sigue al acecho, esperando el mínimo descuido para hacernos daño», advirtió Raúl Castro.
El presidente cubano destacó que la principal prioridad del Gobierno será satisfacer las necesidades básicas de la población mediante el desarrollo económico de la isla y reclamó disciplina para conseguir estos objetivos.
Raúl Castro avanzó que se realizarán cambios en el sistema monetario cubano, «una cuestión especialmente sensible», destacando que el salario que se recibe por el trabajo legal tiene que ser la base del sistema.
El presidente Raúl Castro se felicitó por el incremento de la presencia femenina en la Asamblea, llegando al 43,18% de los diputados. El cubano es el tercer parlamento del mundo con más mujeres electas.