La Ertzaintza mantenía ayer las investigaciones sobre el atentado que el domingo ocasionó importantes daños en el repetidor de televisión situado en el monte Arnotegi de Bilbo. Desde el Departamento de Interior de Lakua no dieron a conocer ningún dato sobre la composición del artefacto que hizo explosión, ni informaron sobre si, tal como apuntaron el día de los hechos, la bomba tenía un dispositivo para activarse con el movimiento.

Al poco de producirse la explosión, agencias de noticias filtraron que la bomba era una «trampa» destinada a los artifieron de la Policía autonómica, una versión a la que se sumó también el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, al referirse al artefacto como «sinistra trampa». Ayer, sin embargo, no trascendió públicamente ningún dato concreto sobre el carácter de la bomba ni de su composición, a diferencia de lo que sucede en otras ocasiones.

Segunda acción en 2008

El atentado del repetidor monte Arnotegi constituye la segunda acción armada de ETA en lo que llevamos de año, después de la explosión que hace unas semanas afectó de lleno a los juzgados de Bergara.

Antes, la organización armada había actuado contra la sede del PSOE en Balmaseda, causando grandes daños materiales, así como contra los juzgados de Sestao y de Getxo, con apenas unas semanas de diferencia.

Como sucedió en todos estos casos, portavoces políticos e institucionales, inmersos en la campaña electoral, corrieron a expresar su condena hacia el atentado del sábado.