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Sola y Vela, bien secundados por Plasil, encarrilan el choque antes de los cinco minutos

No era partido para viejos

Los de Ziganda encadenaron muy pronto su tercera victoria consecutiva en El Sadar. Dos tempraneros goles de Sola y Vela dieron alas a los rojillos para controlar el decisivo choque. El cascantino, además, fabricó el tanto de la tranquilidad a falta de un cuarto de hora.

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OSASUNA 3

AT. MADRID 1

Natxo MATXIN | IRUÑEA

Dos imberbes -Kike Sola celebrará hoy su 22 cumpleaños y Carlos Vela en breve cumplirá 19 primaveras- se encargaron de demostrar en las horas previas a la oscarizada noche cinéfila que el partido de ayer no era para viejos, puestos a parafrasear a la última entrega visual de los hermanos Coen.

Su juvenil descaro ni siquiera permitió que los dígitos electrónicos de El Sadar marcaran los primeros cinco minutos, en un comienzo fulgurante al que las gradas iruindarras no están ciertamente acostumbradas. A esas alturas, ambos prometedores futbolistas ya habían puesto mucha tierra de por medio para conseguir el objetivo primordial de hacerse con tres nuevos puntos vitales.

Sendas saetas de los citados -la primera a los 53 segundos- sacaron a relucir, a las primeras de cambio, las vergüenzas de la zaga rojiblanca, que ni siquiera los cambios tras el descanso consiguieron tapar del todo. Javier Aguirre culminaba así la particular expiación -otra película que merece la pena ver- de una semana que no guardará precisamente en su agenda de exitosos recuerdos.

Al azteca bien le ha podido venir que su patrono se haya entretenido esta pasada madrugada con la Gala de los Oscars -Cerezo se dedica a la industria del cine- para intentar olvidar la penosa imagen que su escuadra desplegó ayer en el estadio osasunista. Claro que, de seguir por esta paupérrima línea, «El Vasco» puede estar bien seguro de que no le van a dejar acabar el curso en una academia, la rojiblanca, que tiene experiencia de sobra a la hora de poner de patitas en la calle a reputados directores de orquesta.

Pero Osasuna ya tiene bastantes problemas clasificatorios como para pararse a pensar en las consecuencias a terceros de la buena línea que ha emprendido en propio campo y que ayer se fraguó en la tercera victoria casera consecutiva. Gracias a ella, el conjunto navarro sigue viendo de refilón los puestos de descenso, que a nadie se le debe olvidar siguen estando a dos escasos puntos de distancia.

A los de Ziganda les iba la vida -como posteriormente se pudo comprobar a la vista de los resultados de los rivales- que del duelo entre mexicanos al borde de la frontera -el uno por alejar a su equipo de la quema y el otro por afianzar al suyo en puestos de Champions- saliera vencedor Carlitos Vela.

Y el de Cancún apenas se entretuvo en comenzar a escribir el guión de una victoria, más deseada que anunciada, para asestar la primera cuchillada aprovechándose de la desubicación de dos hombres como Antonio López y Perea, que saltaron de inicio en puestos que no son los suyos.

Sola se estrena en El Sadar

La prematura embestida del jugador cedido por el Arsenal fue culminada por un Kike Sola que no sólo vio cumplido el sueño de cualquier canterano, como es marcar en la primera titularidad ante su afición, sino que con ello volvió a confirmar su condición de hombre-gol, algo ciertamente no muy habitual por estos pagos.

El cascantino une a la garantía de delantero trabajador y pesadilla continua en la presión sobre la zaga rival unas cualidades técnicas que complementan a la perfección con su corpulencia física. Su figura puede llevar a engaño y algo de eso les debió pasar a Perea y Zé Castro cuando acabaron mareados ante los caracoleos del ribero, previos a la mortífera asistencia a Héctor Font, que cerraba así definitivamente el encuentro.

Fue la última perla del broche final deseado antes de que Ziganda decidiera darle el merecido descanso -ovación de gala incluída para el héroe de la tarde- y que, de paso, alivió el mal trago que la afición, acostumbrada como está, venía sobrellevando con estoico aguante.

Habría sido del todo injusto que sólo con el magnífico trallazo de Forlán -el único que justificó el sueldo en su equipo- y alguna de las arrancadas del uruguayo, los madrileños hubieran torpedeado un merecido triunfo rojillo.

«Hemos cumplido con la idea de salir y enchufarnos rápido»

No suele ser muy habitual que Osasuna vaya con dos goles de ventaja cuando todavía no se han cumplido los cinco minutos. Es algo que se busca «en la pizarra», como reconoció Ziganda, pero de difícil materialización. «La idea era salir y enchufarnos rápido, lo hemos cumplido. Preparamos muy bien el choque entre semana porque Osasuna no puede ser un conjunto plano», aclaró el Cuco.

Ahondando en la inhabitual rapidez con la que se consiguieron las dos primeras dianas, el técnico rojillo explicó que ello sirvió «para que los de arriba cogieran confianza y de eso se trataba, de estar con chispa y dinámicos después de que el Atlético hubiera jugado el jueves. Hemos tenido acierto, se han divertido en algunas fases del partido y hasta hemos dado espectáculo», especificó.

Pese a la importante ventaja en el marcador, el de Larraintzar no las tuvo todas consigo tras el golazo de Forlán, «un mazazo que nos hizo estar temblando durante todo el segundo tiempo, pero el 3-1 nos ha permitido finalmente disfrutar de un final relativamente tranquilo».

Respecto al rendimiento del protagonista del choque, Kike Sola, Ziganda indicó que «ha jugado muy bien y le ha dado mucha moral meter la primera oportunidad de que ha dispuesto». En este sentido, le dio un consejo: «Que siga trabajando con la misma humildad y no le dé más vueltas, sólo debe pensar en jugar al fútbol».

Por su parte, Javier Aguirre, que se postuló como «máximo responsable» de la situación de su conjunto, habló de «semana negra» tras perder ante Athletic y Osasuna en Liga y quedar eliminados en la Copa de la UEFA. «Es increíble que nos metan dos goles en cuatro minutos y habrá que reflexionar sobre si este equipo está hecho para Champions», comentó dolido.

N.M.

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