Por segunda ocasión, el gaztetxe de Olabeaga resistió al intento de desalojo. Lo hizo el 14 de enero y ayer, de nuevo, un centenar de jóvenes desde las 8.30 aguardó la llegada de la comisión judicial encargada de comunicarles el desahucio. No lo hicieron.

Pasada media hora del inicio de la concentración de apoyo al local juvenil autogestionado, dos dotaciones de la Ertzaintza, que se encontraban apostadas en las cercanías del gaztetxe, se presentaron frente a los concentrados. Los agentes, pertrechados con material antidisturbios, identificaron a cuatro personas, a las que acusaron de participar en un acto de protesta no autorizado. Fue la única actuación policial, aunque a lo largo de la jornada se mantuvo un discreto operativo de seguimiento por policías de paisano.

Mientras desde el exterior los concentrados mostraban su apoyo al proyecto juvenil, en el interior varios miembros de la Gazte Asanblada de Olabeaga se mantuvieron vigilantes a la espera de la llegada de la comisión judicial. El colectivo defiende su proyecto y critica la actitud de los mandatarios municipales, «empeñados en derribar el edificio», ubicado en el muelle de Olabeaga, a pesar de que no existen quejas de los vecinos. Es más, varios de ellos acudieron ayer a mostrarles su apoyo ante la amenaza de desalojo.

El nuevo intento de desalojo en Olabeaga se produce algo más de una semana después de que policías municipales, bomberos y ertzainas clausurasen, el 18 de febrero, Zazpi Katu, el gaztetxe del Casco Viejo, que fue ocupado de nuevo por la tarde.

Precisamente a raíz de la intervención de la Policía Municipal en el desalojo de Zazpi Katu, la sección sindical de LAB en el Consistorio bilbaino ha emitido un comunicado en el que pone en cuestión que la guardia urbana tenga que asumir competencias en materia de orden público, que son, en su opinión, de la Policía autonómica. Asimismo, la central abertzale ha censurado que el equipo de Iñaki Azkuna ordene a policías municipales, que «somos trabajadores del Ayuntamiento de Bilbo y queremos seguir siéndolo», labores represivas que desarrolla habitualmente la Ertzaintza.

LAB subraya que, al efectuar tareas propias de la Policía autonómica, los agentes municipales descuidan otras relacionadas con la vigilancia de las normativas municipales y, en especial, del control del tráfico.