UNIÓN RIBARROJA 18

AKABA BERA BERA 21

Y la Supercopa se quedó en casa. Aunque oficialmente jugaran como visitantes, Akaba Bera Bera hizo valer su condición de anfitrión para, desde una defensa espectacular, derrotar a Cementos Unión Ribarroja por 18-21. La Copa hace unos meses y la Supercopa ayer. Las vitrinas donostiarras engordan poco a poco y las de Reyes Carrere son, por derecho, uno de los grandes.

Las finales entre donostiarras y Unión Ribarroja se están volviendo un clásico del balonmano femenino, en el que no suele haber un favorito claro. El conjunto levantino tiene, en principio, mayor arsenal ofensivo que un Akaba Bera Bera que tenía la baja de Esme López. Pero la defensa donostiarra es difícil de doblegar, y más cuando su guardameta, Bouveret, se entona.

El detalle del encuentro estuvo bajo los palos. Tanto Bouveret como la ex guardameta de Akaba Ciobanu demostraron su gran nivel volviendo locas a las atacantes rivales. Lo pararon casi todo y ello, unido a unas defensas poco contemplativas, supuso que cada gol costase Dios y ayuda. La iniciativa en el marcador era de las valencianas, con Ejsmont, Medved o Guerola, que martilleaban la portería, pero sin abrir brecha en el luminoso.

Por parte donostiarra, sólo Patri Pinedo desde los siete metros y las penetraciones «hasta la cocina» de Tati Garmendia mantenían en la brecha a las de Reyes Carrere. La defensa de Akaba era buena, pese a las numerosas exclusiones sufridas -Patri Pinedo se fue dos veces a la calle en el plazo de diez minutos- pero el ataque era otro cantar. Superar a Ciobanu era una auténtica tortura: incluso en claros contraataques las guipuzcoanas sufrían por perforar la portería levantina. Así las cosas, la final llegaba a su descanso con 9-8 en el marcador favorable al equipo entrenado por Gregorio García.

Parcial 0-6 definitivo

La victoria del conjunto guipuzcoano dependía del acierto en ataque que, a su vez, dependía de aprovechar los lanzamientos en transición y en contragolpe.

No obstante, el inicio de Akaba Bera Bera en la segunda mitad no fue nada bueno. El rival levantino amagó la escapada cuando puso el marcador con tres goles a su favor: 11-8.

Era el peor momento de Akaba Bera Bera, pero también el inicio de su reacción. Entre Tati Garmendia y Zulai Agirre, las de Karrere empataban el choque al imprimir una nueva marcha al mismo. A la fiesta se sumaron Matxalen Ziarsolo y Patri Pinedo, culminando un parcial de 0-6 para adelantarse 11-14 mediado la segunda mitad. Bouveret se mostraba intratable y la defensa, pegajosa como nunca. Por primera vez en la final, las de Reyes Carrere tomaban la delantera y ya no la soltarían.

Aún había mucha tela que cortar, empero. Los «brazos ejecutores» de Medved y Brauer, y un tanto de la extremo zurda Guerola hizo que Unión Ribarroja aguantara el tirón, pasando del 11-14 al 14-16.

Pero la sangre fría de Garmendia finiquitó el choque. Anotando dos lanzamientos de siete metros dio a su equipo una renta máxima de cuatro goles. Pese a los intentos desesperados de las valencianas, la defensa de Akaba dio pie a contraataques que, por medio de Ziarsolo, Agirre y Pinedo, sellaron el triunfo y la Supercopa.