Zapatero confía en hallar la fórmula para que Ibarretxe retire la consulta
M. ALTUNA -R. SOLA | BARAKALDO
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, intervino anoche en el BEC de Barakaldo. Sin embargo, las afirmaciones más relevantes referidas a Euskal Herria las realizó en una entrevista emitida un poco después en la cadena televisiva Antena3, en la que marcó con más claridad que hasta ahora su «hoja de ruta» ante la iniciativa de consulta de Juan José Ibarretxe. Tras confiar en que se llegue a un acuerdo para evitarla, añadió que en caso de mantenerse la votación no enviaría a la Policía pero sí trataría de boicotearla mediante el veto de funcionarios y autoridades.
Después de varios meses de silencio al respecto, prácticamente desde que Ibarretxe fijara como fecha para la consulta el 25 de octubre de 2008, Zapatero se mostró ayer tranquilo al respecto. Afirmó como otras veces anteriores que «no habrá referéndum», pero añadió que «espera y confía» en que «podamos encontrar un camino que abandone esa idea y no tengamos que llegar a una tensión que no sería buena desde el punto político para España».
En esta línea, y preguntado sobre si mandaría a las FSE para impedirlo, Zapatero dejó claro por vez primera que «no». Cabe recordar que en su día los dirigentes del tripartito presentaron el rechazo del presidente español a la consulta como una amenaza directa de intervención policial, que Zapatero ha decidido despejar ahora.
Lo que argumenta en realidad el líder del PSOE es que ello no será necesario, porque «no tienen los instrumentos para que se celebre un referéndum». «Todos los actos serían nulos y nadie va a asumir; un funcionario público, una autoridad no van a respaldar actos nulos», añadió.
En la misma línea, Zapatero dijo que «sencillamente no se puede producir, e Ibarretxe lo sabe muy bien».
Resultó llamativo además el modo en que Zapatero ironizó sobre la credibilidad que le suscita el anuncio de Ibarretxe: «Por cierto, habla de él desde el año 2000», dejó caer.
Trabajar por la unidad
En el mitin celebrado en Barakaldo, Zapatero no mencionó de forma explícita la consulta de Ibarretxe ya que centró la mayor parte del discurso en criticar al PP y reclamar el voto para su partido. Sin embargo, emitió mensajes en esa línea al asegurar que al igual que ha hecho durante la última legislatura seguirá organizando Conferencias de Presidentes Autonómicos en la Moncloa «para trabajar por la unidad».
«Trabajaré por el entendimiento, el encuentro para que vivir juntos sea la mejor fórmula, la más amable, la más útil, la que más futuro tiene aquí en Euskadi y en el conjunto de España», aseguró.
Además, destacó el hecho de que en el acto se encontraran presentes los presidentes de la Generalitat, Aragón y Castilla la Mancha, y afirmó que el PSOE «es el partido que más se parece a España porque respeta la identidad de cada pueblo».
En este sentido, reclamó el voto a la ciudadanía vasca «para fortalecer la convivencia, para tender puentes y que todo el mundo en esta tierra se sienta a gusto, libre y pueda defender su identidad y su bandera. Esta tierra es de todos y para todos».
Zapatero también se refirió al proceso de negociación con ETA y se limitó a señalar que «he empleado lo mejor de mi capacidad para trabajar por ver el fin de la violencia y dar un horizonte de dignidad a tantos ciudadanos que viven amenazados».
El candidato a la Presidencia del Gobierno español aseguró que si su formación obtiene la mayoría en las urnas «seremos más capaces de acabar definitivamente con la violencia. De hacer que la democracia que ya ha ganado evite más dolor, más víctimas. Pido a los ciudadanos vascos que me den esa mayoría para tener la fuerza suficiente para acabar con ETA y que gane la libertad para siempre».
El secretario general del PSOE pidió también a la sociedad vasca que «no de ningún amparo, ni la más mínima legitimidad a los violentos después de que se ha comprobado tras mi esfuerzo que sólo saben hablar el lenguaje del dolor, la muerte y la bomba».
Zapatero dijo que estaba «orgulloso» de la labor realizada durante su mandato en el Gobierno y se congratuló porque «la paz es la tarea más noble, la que más sacrificio exige. Es la tarea de los valientes por salvar vidas y defender la libertad».
El secretario general del PSE, Patxi López, y el máximo responsable del partido en Bizkaia, José Antonio Pastor, agradecieron en sus intervenciones a Zapatero haber «intentado conseguir la paz». Los candidatos del PSOE al Senado, Arantza Mendizabal, y al Congreso, Eduardo Madina, por su parte, basaron su alocución en resaltar que «no es lo mismo» que sea presidente Zapatero o Rajoy.
Al más genuino estilo yankee, sin solución de continuidad entre la virtualidad del minuto comunicativo y la realidad social del lugar en el que se celebró el mitin y el día a día de los ciudadanos de Ezkerraldea que acudieron, la sala Luxua del BEC en Barakaldo fue el escenario perfecto para el producto televisivo efectista que es, a día de hoy, un acto político.
El «ZP irabazi arte» con el que arrancaron en tres ocasiones los militantes de las Juventudes Socialistas de Euskadi, ataviados con camisetas rojas, puño y estrella de cinco puntas superpuestos sobre la marca «Z» y colocados tras la tribuna de oradores, fue uno de los escasos elementos «extraños», aunque también perfectamente calculado, de una puesta en escena muy pop.
Cabe resaltar que la sala Luxua, en el rascacielos del BEC, con un aforo que según fuentes consultadas es de 5.000 personas, se quedó muy pequeña para acoger el mitin. A falta de una hora para que diera comienzo ya se llenó y, a partir de ese momento, los simpatizantes y militantes del PSE no tuvieron más remedio que apelotonarse y aguantar para poder ver y escuchar a José Luis Rodríguez Zapatero. Mucha gente se quedó fuera, toda vez que algunos siguieron el mitin a través de las pantallas instaladas en el exterior.
Desde las 18.30 -el mitin comenzó a las 20.15- metro y autobuses fletados para la ocasión iban ya dejando ante la entrada principal a los simpatizantes y militantes del PSOE. Hubo cuerpo especial y agentes de la Ertzaintza en el exterior, mucha seguridad y mayor despliegue de tabajadores de medios; la mayoría de ellos, los que siguen al candidato del PSOE durante toda su campaña.
Dentro, en perfecto orden, con mucho silencio y a través de las escaleras mecánicas, los asistentes fueron entrando en la sala y acomodándose. «Hola amigo» se podía leer en la única pancarta visible, aunque ya en el interior, el color rojo, las ikurriñas y las banderas del PSE-PSOE coparon el tono del mitin.
Fito, Alaska, Julieta Venegas, Sabina, Urrutia... Éste es el trasfondo musical elegido en Madrid que se escuchó también ayer en Barakaldo durante los momentos previos. En un lateral, amplio espacio reservado a los medios acreditados para la ocasión. Las medidas de seguridad con los periodistas y cámaras fueron las justas, sin grandes alardes.
Y a medida que se iba acercando el momento se emitieron en las grandes pantallas situadas en los laterales del escenario los spots televisivos que el PSOE viene emitiendo durante la presente campaña electoral.
Nada de eslogans, ninguna expresión de ánimo por parte de los miles de asistentes, con media de edad bastante alta. Tampoco nadie siguió las canciones que se escuchaban. Sí hubo aplausos y agitar de banderas cuando los oradores se dirigieron al escenario, junto a algún calificativo amable dirigido al candidato a la Presidencia del Gobierno español.
Todo se fue desarrollando según el guión establecido. José Antonio Pastor, secretario general del PSE de Bizkaia, fue el encargado de abrir el mitin y lo hizo utilizando el euskara para mostrar su orgullo por el acto que entonces comenzaba en Ezkerraldea. Su intervención fue la más corta y la subida del volumen de la música hizo que él mismo se percatara de que debía dejar sitio a la candidata Arantza Mendizabal, quien se rompió la garganta al acometer con mucha energía su discurso.
El cabeza de lista al Congreso español por Bizkaia, Eduardo Madina -ni una palabra en euskara-, dejó, tras su intervención, los micrófonos a Patxi López, recibido por los jóvenes del fondo con el ya conocido «Ari, ari, ari, Patxi lehendakari». Faltaban diez minutos para las 21.00, es decir, para el inicio de numerosos informativos en las televisiones, cuando irrumpió José Luis Rodríguez Zapatero, ya en mangas de camisa.
La maquinaria se mostró perfectamente engrasada para acometer los minutos en directo con muchos hogares españoles y menos vascos desde el estudio televisivo con piel de mitin instalado en el flamante edificio dedicado ahora a ferias, exposiciones y demás saraos que en su día fue marisma y luego alto horno. Zapatero llegó bien al momento álgido de esta especie de concierto pop, para posteriormente, en los minutos siguientes, cuando la audiencia volvió a bajar, ir tirando de repertorio. Quizá entonces se pudo escuchar lo que da de sí la política.