Electos independentistas se dirigieron ayer a las bases «honestas» de PNV, NaBai, EA y Aralar, «a esas personas abertzales, de izquierdas y progresistas», y les invitaron a reflexionar acerca de si quieren dar su voto «para seguir colaborando con el actual marco impuesto». En caso de no ser así, Marian Beitialarrangoitia, Mariné Pueyo y Aitor Bezares quisieron poner al alcance de todos y todas «una opción que abra las puertas a un verdadero cambio político que necesita y pide este pueblo»; y la herramienta para ello, según concretaron, es la abstención activa, que presentaron como «la única manera de responder como pueblo a lo que está sucediendo».

Asimismo, les invitaron a participar en la manifestación que mañana recorrerá Iruñea (cines Golem, 17.00) «para dejar claro el plante que queremos hacer ante Madrid».

Los electos y electas independentistas recordaron que el «Estado español siempre ha buscado la colaboración de las clases sociales privilegiadas de este país para su tan ansiada estabilidad territorial y, en estos momentos en los que en Euskal Herria se viven tiempos de cambio, vuelve a buscar la misma colaboración». Mientras tanto, «pretende borrar mediante la represión al sector social que lucha por un verdadero cambio que abra las puertas a la independencia de este país».

Ante esta situación, remarcaron que «algunos y algunas» se encuentran «con las maletas preparadas esperando al tren que les lleve a Madrid». La pregunta que se hicieron es «¿para qué?». A su juicio, la única intención del PNV es «seguir haciendo negocios» con Madrid: «No van a defender los intereses generales de la ciudadanía vasca; van a Madrid para poder seguir colaborando con el Estado y seguir gestionando este marco». Para ello, «tal como anunció en su día Imaz, les da igual con quien pactar el 10 de marzo, con tal de que se les permita mantener sus cotas de gestión».

Esta actuación no sorprende a la izquierda abertzale, «porque así lo han hecho durante los últimos 30 años». A modo de ejemplo, citaron el pacto realizado por el PNV con la UCD «cuando renunció a defender un marco común para los cuatro herrialdes a cambio de un plato de lentejas de su gestión vascongada», o el apoyo mostrado «al gobierno del PSOE y el GAL», o el voto a favor otorgado al primer Gobierno del PP. «En Ipar Euskal Herria, tras intentar una y otra vez romper la coalición Euskal Herria Bai, no ha tenido ningún reparo en llegar a coaliciones e integrarse en las listas de la derecha francesa», les reprocharon a los jeltzales.

«Sector privilegiado»

En los actuales momentos de cambio, según incidieron, «los mamporreros de Imaz, como el señor Urkullu, Erkoreka o la señora Barkos, se presentan como los garantes necesarios para que nada cambie en este país, con el único objetivo de mantener el actual marco jurídico retocado» que, en su opinión, «tantos negocios y tanto dinero le está reportando a un sector privilegiado de la sociedad vasca».

«El PNV ha hecho -enumeraron los electos- ni más ni menos que apoyar Lemoiz y la energía nuclear, defender la entrada en la OTAN, imponer el TAV, traer toneladas de cemento para llenar nuestra tierra de autopistas y carreteras, defender los derechos e intereses especulativos de las cementeras y constructoras, apoyar a los empresarios y a la beautiful people, enchufar a los suyos, proteger el fraude y cargar cada vez más la fiscalidad sobre las y los trabajadores, entregar mansamente nuestro dinero a España para mantener a la Guardia Civil, a la Policía y demás fuerzas de ocupación, doblar la rodilla ante la Monarquía y colaborar estrechamente con el gobierno de turno en la estrategia de acoso y derribo contra el movimiento independentista vasco».

«Difamaciones de Urkullu»

Respecto a este último aspecto, los electos responsabilizaron directamente al presidente del EBB, Iñigo Urkullu, «de las futuras operaciones represivas contra la izquierda abertzale, pues, haciendo suyas las tesis de Garzón mediante difamaciones, no busca sino este último objetivo contra nosotros y nosotras».

En términos similares se refirieron a NaBai: «En definitiva, se trata del mismo proyecto autonomista, ahora navarrista, pero en ningún caso soberanista». Tal y como destacaron los electos, la coalición aboga por «el mismo proyecto de gestión por el que apuesta el PNV de Imaz y Urkullu». Basta dar un visto a su programa electoral, en opinión de los representantes independentistas, para ver cómo la coalición defiende las multinacionales, la agricultura transgénica, el TAV para Nafarroa, el proyecto de Itoitz -«pues sólo discuten los niveles de llenado y de seguridad»-, el marco jurídico actual o «la jaula que supone la Constitución del 78».

Se trata pues, según afirmaron en la comparecencia, de un «modelo de desarrollo para Nafarroa asentado en parámetros neoliberales, desarrollistas y antiecológicos, supeditados todos ellos a los intereses del capital, el cemento y Madrid; y ejemplo de ello han sido los últimos meses». Precisamente, recordaron que durante el proceso del verano pasado «ha quedado claro que las cuestiones sobre Nafarroa se deciden en Madrid y NaBai ha demostrado hasta dónde está dispuesto a llegar con tal de poder compartir esas cuotas de poder y de gestión autonómica con el PSN».