Totalmente abrumado. Así es como me siento. Un día es el Gipuzkoa Basket, otro día el Txuri Urdin de hockey hielo, escucho hablar de la unificada trainera de Donostia... Parece que la Junta Directiva de la Real Sociedad, capitaneada por Iñaki Badiola, ha tomado al F.C. Barcelona como modelo de diversidad.

Pero al mismo tiempo escucho al presidente decir que el club no puede renovar a Xabi Prieto porque «no tiene caja» y que el canterano debería fichar por la empresa Lighthouse para a renglón seguido ser cedido a la Real.

Leo que las chicas de la sección de hockey hierba tuvieron que viajar a Taburiente (Gran Canaria) en cuatro grupos diferentes buscando los billetes más baratos. Y que durmieron en una pensión que «tiene fama de ser el `picadero' oficial de la ciudad».

No dispongo de cifras y las finanzas tampoco son lo mío, pero me da la sensación de que «absorber» al Txuri o a la trainera entraría más en el capítulo de «gastos» que en el de posibles «inversiones» que aportaran una rentabilidad futura.

Por otro lado, las vías de financiación de las que se habló durante la campaña (camisetas, tiendas en el aeropuerto de Pekín, cambio de nombre al estadio...) parecen descansar en el limbo. Mi compañero Joseba Iturria informaba el lunes pasado de que hace falta ingresar más de 10 millones de euros de aquí a junio para que las cuentas cuadren.

Da la sensación, en resumen, de que se ha entrado en el supermercado y se está llenando el carro hasta los topes con los artículos más selectos. Se nos hace la boca agua. Los fichajes rinden, el equipo tiene buena pinta, fusionamos todo y hacemos un club grande... Pero cabe preguntarse si a la hora de pasar por caja la tarjeta de crédito tendrá fondos suficientes o si perderemos hasta la monedita que hemos metido para poder coger el carrito. Ni quito ni pongo rey, pero considero que es una duda legítima. El transcurrir del tiempo la despejará.

Por cierto, que según Iñaki Galdos, diputado foral de Deportes, la pretensión de fusionar la Real con el Gipuzkoa Basket es «legalmente imposible» porque las Sociedades Anónimas Deportivas -y ambos clubes lo son- sólo pueden competir profesionalmente en una modalidad.

P.D: Iñaki Badiola aseguró anteayer que la claúsula de Fran Mérida contempla que su precio se rebaje por cada partido jugado siempre que sea un mínimo de 45 minutos por choque. En su rueda de prensa del 4 de febrero, preguntado al respecto por el redactor de este diario, había afirmado que bastaba con un sólo minuto.