«Rise» es la enésima vuelta de tuerca al eterno cine de vampiros, con Lucy Liu presa de una secta de chupadores de sangre, a la que se acerca como reportera atraída por su implantación elitista.

El venezolano Sebastián Gutiérrez es una habitual del cine de terror comercial, que tan pronto escribe guiones para otros («Gothika», «Serpientes en el avión», «The Eye»), como se decide a dirigir personalmente alguno de ellos («El beso de Judas», «La criatura»), contando siempre con su musa y pareja sentimental, la actriz Carla Gugino. Sin embargo, ella no es en esta ocasión la heroína de «Rise», honor que queda reservado a su compañera de reparto Lucy Liu, cuyos rasgos orientales parece que van más con la moda imperante en el género.

La protagonista de esta película es una periodista que investiga a una secta que causa furor en los ambientes más exclusivos de Los Angeles, y que resulta estar relacionada con el vampirismo, por aquello de los orígenes clasistas y aristocráticos de tan oscuro mito, que se encuentra más vivo que nunca. Irá a meterse de lleno en la boca del lobo, al convertirse en una de las víctimas del líder de la secta, papel que recae en el actor inglés James D'Arcy. Entre los secundarios hay rostros conocidos, como el del veterano actor Robert Forster, recuperado de nuevo para el cine por Quentin Tarantino, o el del cantante Marilyn Manson, quien no hace de vampiro a pesar de que su aspecto pudiera hacer pensarlo.