Turquía parecía sorda a los llamamientos de EEUU para que se retire cuanto antes posible y seguía sin fijar una fecha para poner fin a su ofensiva contra Kurdistán Sur.

«Lo más rápido posible», respondió el presidente de EEUU, George W. Bush, a la prensa cuando le preguntaron por la duración de la operación.

«Los turcos deben actuar rápidamente, lograr su objetivo y partir», urgió Bush.

De visita en Ankara, el jefe del Pentágono, Robert Gates, hizo un llamamiento análogo, aunque aseguró no haber recibido dato alguno sobre la fecha del final de la ofensiva, que pidió sea «corta y quirúrgica».

«Turquía permanecerá en el norte de Irak el tiempo que haga falta», insistió el ministro de Defensa turco, Vecdi Gonul.

Gates se entrevistó asimismo con el jefe del Estado Mayor del Ejército turco, el general Yasar Buyukanit, quien sorteó la cuestión de plazos. «Una retirada rápida es una noción relativa. Puede ser un día o un año».

Mientras tanto, el Ejército turco seguía bombardeando objetivos kurdos y librando combates en torno a la base de Zap, en la frontera. Gates aseguró que EEUU seguirá suministrando a Ankara ayuda logística e información sobre objetivos.