Patrimonio en riesgo en la Fundación Balenciaga
El modisto getariarra Cristóbal Balenciaga es un icono internacional de la moda del siglo XX. Sastre de la aristocracia y de las clases más pudientes, sus trajes, vestidos y artículos de lujo son obras artesanales y reflejan un estilo propio que, según los expertos, es «inigualable». Independientemente de la valoración que nos merezca el desarrollo social del fenómeno «moda», Balenciaga y sus creaciones son parte de nuestra historia reciente y de nuestro patrimonio. Como tal deberían ser tratados.
Dentro de la fiebre institucional de la última década por crear por lo menos un museo en cada pueblo, el Ayuntamiento de Getaria impulsó la creación de la Fundación Balenciaga y de un museo sobre el modisto. Tras varios años y diferentes irregularidades, las obras no avanzan y el agujero económico es a estas alturas incalculable. Las instituciones se pasan la responsabilidad las unas a las otras y, mientras tanto, el agujero no hace sino crecer.
Ahora, además, se ha sabido que parte de la colección de prendas de Balenciaga ha sido «regalada» a esposas de concejales del PNV de la zona. La malversación de esas prendas debe de ser aclarada cuanto antes. Pero, por encima de todo, es necesario depurar las responsabilidades políticas del saqueo de una parte importante de nuestro patrimonio.