Maite SOROA
La lectura de «Noticias de Gipuzkoa»
Ayer era el día apropiado para que cada cual nos colocara la debida explicación de los resultados electorales y, al tiempo, arrimar el ascua a su propia sardina.
En «Noticias de Gipuzkoa», por ejemplo, pedían reflexión al jelkidismo, pero con especial énfasis a su vertiente más soberanista. Y, al tiempo, le zurraban a la izquierda abertzale con un argumento más que cómico. Ya lo verán.
Según el editorialista «la clara victoria del PSE en la Comunidad Autónoma Vasca, una victoria indudablemente favorecida por la polarización precisará de una profunda reflexión por parte de los partidos nacionalistas, especialmente del PNV, que ha cedido la hegemonía en los tres territorios». Hasta aquí, lo lógico.
Luego se trataba de resaltar que EA queda fuera del Congreso y que «por supuesto, ni EB ni Aralar, por separado, llegaron a los resultados que esperaban». Ciertamente, de todo el espectro político a Aralar sólo le falta coaligarse con EB y con el Partido Humanista.
Ahora toca explicar lo del PNV: «La reflexión, que deberá ser muy profunda, pasa por reconocer que el voto nacionalista ha cedido terreno ostensiblemente y que la representación del tripartito ha quedado seriamente tocada, con lo que ello significa para la consistencia y la solidez del Gobierno Vasco. (...) El nacionalismo vasco ha sufrido un serio revés, especialmente en su versión más soberanista, lo que va a obligar a más de una corrección estratégica». Ibarretxe leerá esto con justificada preocupación. Urkullu, por el contrario, quizás se sienta reconfortado -al enterarse de que Bizkaia es bastión del soberanismo, por supuesto-.
Y al final le dedican una ocurrencia a la izquierda abertzale. Y es que según el pensador de «Noticias de Gipuzkoa», «la abstención propugnada por la izquierda abertzale oficial ha sido suficiente para satisfacer a la parroquia, pero los datos demuestran que se han limitado a resistir; y conformarse con la pura resistencia es hundirse». Y hacer análisis como este, sin tener en cuenta, por ejemplo, que la izquierda abertzale no podía presentarse a las elecciones, ni hacer campaña, ni presentar a sus dirigentes, ni salir por la tele... es de una frivolidad que debiera avergonzar al autor de la pieza.