Tras las elecciones del 9-M
La jornada electoral se saldó con 225 identificaciones y doce arrestos
Oihana LLORENTE | DONOSTIA
Euskal Herria se diferenció del Estado español en la jornada electoral del domingo, tanto en lo que respecta al porcentaje de participación como al transcurso de la cita electoral. Una divergencia que la gran mayoría de los medios y portavoces políticos quisieron bañar de normalidad, para lo que hubo que ocultar diversas protestas y actua- ciones policiales.
Pueblos y barrios de Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa Garaia vivieron una pugna electoral marcada por movilizaciones y protestas promovidas por la izquierda abertzale en contra de unas elecciones que situó desde el inicio como «antidemocráticas». Frente a ello, la presencia de todo tipo de cuerpos policiales y el balance represivo de la jornada hablan por sí solos: Más de dos centenares de personas resultaron identificadas y se contó una docena de detenidos.
Con objeto de denunciar «el estado de excepción al que tienen sometido a Euskal Herria», la izquierda abertzale optó por la abstención y el boicot a los comicios españoles, ya que consideraban que dar el voto era «avalar las ilegalizaciones, detenciones y torturas». Para ello además, este sector llevó a cabo pueblo a pueblo un sinfín de protestas con objeto de remarcar la anomalía de la jornada electoral.
Antes de que el día amaneciera, las primeras huellas del boicot se hicieron notar en abundantes colegios electorales. Puertas selladas con silicona, urnas rotas y papeletas sustraídas fueron la imagen en localidades como Altsasu, Arraioz, Erratzu, Orkoien, Cascante, Lizarra, Zizur Nagusia, Irun, Arbizu, Bakaiku, Uharte, Erritzebeiti, Itzaltzu, Lezo o Pasai Donibane. En otros colegios electorales también se arrojaron purines y aceites, como en Elizondo, Anoeta o Amezketa. En la capital baztandarra y en Aribe fue necesario incluso trasladar el colegio electoral; en Elizondo se llevó al Consistorio y en la localidad aezkoarra tuvieron que improvisar un espacio reservado para votar, tras la rotura de la cabina.
Las pintadas y los cortes de carretera también se hicieron notar desde primera hora de la mañana. En Azpeitia, por ejemplo, todos los colegios electorales amanecieron con pintadas y dos cortes de carretera en diversos puntos de la localidad daban un carácter insólito a un domingo por la mañana. Al igual que en Azpeitia, el lema «Boikota, Espainiari planto!» apareció en las paredes de los colegios electorales lesakarras.
Pasadas las horas, y mientras la afluencia de votantes se intensificaba, las protestas se multiplicaron ante los colegios electorales. Concentraciones, manifestaciones, kalejiras o incluso algún almuerzo improvisado fueron los elementos a los que recurrieron cientos de ciudadanos vascos para mostrar su rechazo a la pugna electoral de la que fue excluida la izquierda abertzale. El uso de silbatos o de megafonía hicieron sonar el grito en favor de la abstención. Personas ataviadas con pegatinas, carteles, pancartas o camisetas llevaban hasta las urnas la denuncia de las ilegalizaciones, la tortura o el estado de excepción.
En otros muchos puntos de Euskal Herria, el reparto de propaganda o la realización de caravana de coches fueron otros de los ingredientes utilizados en la jornada electoral.
Respuesta policial
Todas estas variantes de movilización obtuvieron una respuesta idéntica: la represión de las diversas policías.
Según los datos que ha podido recabar este medio, las personas identificadas a lo largo y ancho de Hego Euskal Herria alcanzó la cifra de 225 personas. Junto a ello, los arrestados fueron doce: uno en Nafarroa por la Policía Foral, nueve en Plentzia y otro en Gasteiz, estos últimos a manos de la Ertzaintza.
En la localidad de Oiartzun, por ejemplo, la Policía autonómica identificó a los quince conductores que realizaron una caravana de coches por la mañana, mientras que por la tarde identificaron a los ocupantes de tres vehículos. La jornada se saldó con 22 identificados en esta localidad guipuzcoana.
Asimismo, en Sestao fueron doce las personas identificadas que, tras ello, resultaron empujadas y golpeadas por los agentes de Lakua, según han denunciado. También fueron amenazados con ser detenidas si vol- vían a ser vistas a las puertas de un colegio electoral. Para denunciar tanto las elecciones antidemocráticas como la actitud de la Ertzaintza, al mediodía realizaron una concentración ante el Consistorio de la localidad.
Oiartzun y Sestao son sólo dos ejemplos de una tónica generalizada.
Delitos electorales
Tanto a los apresados -todos quedaron en libertad en la jornada del domingo, salvo el joven detenido por la Policía Foral en Nafarroa- como a numerosas personas identificadas en la jornada electoral, los diversos cuerpos policiales les hicieron saber que serán denunciados y acusados de diferentes delitos de carácter electoral.
La letrada Ainhoa Baglietto detalló a este medios los pormenores de este procedimiento, que se basa en una norma realizada expresamente para jornadas electorales.
Explicó que dentro de este reglamento se en- marcan cuestiones como realizar actos de propaganda o impedir o dificultar la entrada a los colegios electorales.
Según añadió, este tipo de hechos podrían ser castigados con el denominado «arresto mayor», que supone el encarcelamiento de siete a quince fines de semana, una medida que también puede ser sustituida por el pago de una multa económica.
Estos hechos se solventarán posiblemente con juicios rápidos y con castigos económicos. Sin embargo, tampoco es descartable que se intenten tipificar algunos de los incidentes del domingo como situaciones de «desordenes públicos» y «daños», que acarrearían otro tipo de medidas judiciales más duras, pese al escaso relieve informativo dado el domingo.
Hodei Ijurko, el joven arrestado por la Policía Foral en Iruñea acusado de atacar un vehículo de este cuerpo policial, pasará durante la jornada de hoy, según confirmó Askatasuna, por el juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional española.
Ijurko, natural de Etxarri-Aranatz y vecino de la capital navarra, fue arrestado en la madrugada del sábado y trasladado a la comisaría de Iruñea. Tras el arresto, según informó Askatasuna, el joven también tuvo que ser conducido a un hospital, ya que precisó asistencia médica para practicarle nueve puntos-grapa en una herida en la cabeza. Asimismo, como confirmó el abogado de confianza que pudo asistirle, Ijurko presentaba contusiones en el cuerpo.
En la mañana del domingo, agentes de la unidad especial de la Policía Foral se personó junto a Ijurko en el domicilio familiar situado en la calle Eskirotz de Iruñea con objeto de realizar el registro. Éste se dilató cerca de tres horas, en las cuales la Policía se incautó del ordenador del joven, entre otros objetos personales.
Según la información difundida por agencias españolas, Ijurko está acusado de participar en un ataque perpetrado el sábado por la noche contra un vehículo de la Policía Foral. Estas mismas fuentes aseveraban que a Ijurko se le habían intervenido seis artefactos incendiarios tras el arresto, por lo que se le pretende acusar de un «delito de atentado».
El sabotaje ocurrió sobre la 01:30, cuando el vehículo policial recibió 13 impactos de cócteles molotov según fuentes oficiales. El ataque causó daños materiales en el coche y el mobiliario urbano. Asimismo, se señaló que dos agentes resultaron heridos durante el forcejeo registrado en el arresto.
En denuncia de la detención, 90 personas se manifestaron el domingo por las calles de Etxarri-Aranatz, y ayer hicieron lo propio 60. Una treintena de personas realizaron en Iruñea un corte de carretera en San Lorenzo hasta que apareció la Policía española. Y en Iturrama, el domingo 200 personas cortaron la carretera y ayer 100 realizaron una asamblea informativa.