El PSOE obtuvo el domingo los mejores resultados electorales de su historia en Euskal Herria, superando en casi 90.000 votos su anterior techo electoral, alcanzado en 2004, y pasando así de los 453.000 sufragios cosechados en plena refriega política tras el atentado del 11-M a los 540.000 de este domingo. Además, porcentualmente logra ocho puntos más -del total de votos válidos- que en otra cita referencial para este partido: las generales que ganó Felipe González en 1982.

A este éxito global en las urnas, el PSOE suma el nada despreciable valor añadido de haber sido, por primera vez, la fuerza ganadora en los tres herrialdes de la CAV -y en sus tres capitales- y de haber superado con gran comodidad los negativos augurios que le atribuían casi una debacle en Nafarroa, tras el fracaso de las negociaciones del pasado verano con Nabai e IUN para formar gobierno.

De hecho, el generoso caudal de votos contabilizado en los cuatro herrialdes -junto a los también excelentes resultados en Catalunya- se ha convertido en uno de los puntales de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero sobre el PP de Rajoy.

El propio secretario general del PSOE reconocía ayer en Madrid, tras la reunión de la Ejecutiva Federal del partido, que los resultados logrados por el PSE tienen «un altísimo valor político». Zapatero agradeció -con todo su «énfasis y cariño»- la «valentía, dignidad, esfuerzo y coraje de los compañeros del País Vasco, que están viviendo unos días muy difíciles».

Recados al PNV

El que seguirá siendo presidente del Gobierno español confirmaba haber recibido una llamada del presidente jelkide, Iñigo Urkullu, para trasladarle una invitación al diálogo, y aseguraba que «mi posición es favorable a ese diálogo, que comenzaremos a concretar en las próximas semanas». No obstante, el ex líder del PSE Ramón Jáuregui matizaba más tarde que un hipotético acuerdo con los jelkides estará subordinado a la renuncia de éstos a la «vía soberanista».

Jáuregui no fue el único que, en la resaca electoral, enviaba recados al PNV. El diputado electo y dirigente del PSE en Gipuzkoa, Miguel Buen, aseguró que el triunfo electoral de su partido y la bajada «estrepitosa» de PNV y EA debería llevar a estos últimos a «una profunda reflexión» y a «darse cuenta» de que la sociedad vasca no respalda «apuestas rupturistas ni aventuras». Odón Elorza, alcalde de Donostia por el PSE, profundizaba sobre los resultados del PNV, al que auguraba «una gran crisis interna», algo «muy preocupante», porque puede conllevar «el grave riesgo de que la propia debilidad y situación interna» de la formación jeltzale haga que «la política en Euskadi se convierta todavía en algo más complicado y más tenso».

Unos resultados históricos

Un análisis pormenorizado de los resultados del PSOE deja un rosario de ejemplos, pueblo a pueblo, del vuelco que la formación de Zapatero ha dado al mapa electoral en Euskal Herria.

Así, el PSE vuelve a ser, quince años después, la fuerza con mayor apoyo en la CAV. Como ocurriera en las generales de 1993 tras la escisión del PNV, supera en votos a los jelkides, pero, en esta ocasión, vence en los tres herrialdes. Así, confirma su posición en Gipuzkoa, donde ya superó a los jelkides el pasado año en las municipales y forales. Lo hace con contundencia en Donostia, donde logra más votos que PNV y PP juntos, y consigue imponerse, por primera vez, en feudos nacionalistas como Zarautz y Beasain. También destacables son los resultados en Arrasate -localidad del ex edil del PSE muerto en atentado de ETA Isaías Carrasco-, Eibar, Errenteria o Irun.

La gran sorpresa se sitúa en Bizkaia, donde desbanca al PNV y le arrebata, además, el primer lugar en Bilbo con resultados espectaculares. Al sumar 72.055 votos, duplica el número de sufragios que obtuvo en las municipales de 2007 (34.687) y supera en 18.500 al partido de Iñaki Azkuna, que se queda en 53.481. Además, gana por primera vez en localidades tradicionalmente nacionalistas del peso demográfico de Galdakao y Leioa, y en otras como Abadiño, Arrigorriaga, Iurreta, Zaratamo o Zaldibar, además de recabar una auténtica riada de votos en las localidades de Ezkerraldea (en Barakaldo triplica los votos del PNV).

En Araba, además de la amplia victoria en Gasteiz (también aquí triplicó los votos jelkides), destaca por su valor simbólico la de Laudio -con 3.641 apoyos- por ser la localidad natal del lehendakari, Juan José Ibarretxe.

En Nafarroa, a pesar de que las elecciones dejan un panorama muy similar al de 2004, el PSN se da por satisfecho con un incremento mínimo de apenas 2.000 votos, ahuyentando así el fantasma de la debacle tras la crisis del fallido proceso de formación de gobierno alternativo a UPN. En Iruñea baja casi imperceptiblemente con respecto a 2004, mientras en Barañain o Tutera las oscilaciones son mínimas.