La intensa actividad cotidiana de la principal ciudad del oeste de Afganistán, Herat, se vio interrumpida ayer en el marco de un movimiento de protesta contra la inseguridad que asola esta población más que milenaria.

Según fuentes de la ONU, es la primera vez que una huelga de este tipo se registra en una ciudad afgana desde el fin del régimen talibán en diciembre de 2001.

El movimiento se inició el sábado cuando unos 2.000 profesionales sanitarios -farmacéuticos, médicos y enfermeros- de Herat interrumpieron su trabajo. Únicamente se garantizó la atención de urgencias en las clínicas privadas. El lunes, las industrias se sumaron a la protesta y el martes, los comercios.

«Para protestar contra la debilidad del Gobierno en el combate contra la inseguridad, todos los comercios permanecerán cerrados hoy [ayer]», indicó en un comunicado el sindicato de comerciantes.

«El Gobierno no es capaz de asegurar la seguridad de la población de Herat. No podemos permanecer callados más tiempo», añade el comunicado.

El presidente afgano, Hamid Karzai, envió el martes a su ministro del Interior, Zarar Ahmad Muqbel, para investigar la falta de seguridad, que se evidencia en secuestros y ataques a mano armada.

La Policía anunció ayer que al alba mató a uno de los más célebres bandidos de la región, el antiguo combatiente antisoviético Hafiz Blandab y a dos de sus hombres en el distrito de Ghoryan, fronterizo con Irán. Otros quince hombres fueron detenidos. «Blandab estaba implicado en recientes secuestros y crímenes», declaró un portavoz de la Policía de Herat.