Voto de castigo a Sarkozy, pero menos, en espera de la segunda vuelta electoral
La oposición del PS fue en términos generales la ganadora de la primera vuelta de las municipales aunque elude todo triunfalismo frente a una derecha que ha resistido mejor de lo previsto. Ambos campos han llamado a la movilización general para la segunda vuelta, el domingo, con batallas emblemáticas en grandes metrópolis. La UMP espera conservar Marsella, pero se halla en posición delicada en Toulouse (sureste) y sobre todo en Estrasburgo (este).
GARA | PARÍS
Los socialistas lograron el domingo victorias significativas, como en Rouen (oeste). El alcalde saliente Gérard Collomb fue fácilmente reelegido en Lyon (centro-este) y el alcalde del PS de París, Bertrand Delanoë, se aseguró una confortable victoria el próximo domingo frente a su adversario de la UMP.
Estas elecciones tienen un valor de test a nivel estatal diez meses después de la elección presidencial de Sarkozy, en caída libre en los sondeos.
Según un recuento todavía parcial del Ministerio de Interior, las listas del PS lograron el domingo el 47% de votos, frente al 45% para la derecha.
No obstante, más de la mitad de los 23 miembros del Gobierno que se presentaban han sido elegidos en primera vuelta.
El secretario primero del PS, François Hollande, coincidió en calificar el resultado como «una advertencia» al presidente Sarkozy y a su Ejecutivo. No obstante, se mantenía prudente y advirtió de que habrá que esperar a los resultados de la segunda vuelta para poder hablar, en su caso, de un «voto de castigo». Subrayó que «todavía no hay nada ganado», por lo que pidió la movilización de sus votantes.
El secretario general de la UMP (Unión por una Mayoría Presidencial), Patrick Devedjian, reconoció la «pequeña derrota», lejos a su juicio de la anunciada debacle.
Antes de la votación, uno de cada dos encuestados estimaba que si la UMP perdiera «muchas grandes localidades», se trataría de una «derrota personal» para el jefe de Estado, con menos del 40% de popularidad en los sondeos.
El electorado le reprocha falta de resultados en la cuestión del poder de compra, que se ha convertido en la primera preocupación, y los escándalos en torno a su vida privada. Sarkozy ha pedido ser juzgado al final de su quinquenato, en 2012, y ha prometido mantener el ritmo de sus anunciadas reformas.
Bayrou se deja querer
Las negociaciones sobre eventuales alianzas para la segunda vuelta arrancaron nada más cerrarse las urnas el domingo, con el MoDem del centrista François Bayrou en posición de árbitro en varias alcaldías.
Bayrou ha indicado que su movimiento analizará la situación «localidad a localidad y candidato a candidato».
Alcaldía de Pau
En segunda posición en Pau (sureste) tras la candidata del PS, el tercer hombre en las presidenciales de 2007 tendrá necesidad de los votos de la derecha para lograr la Alcaldía.
Hollande, excluyó una alianza estatal con el centrista MoDem, mientras que la formación conservadora gobernante, UMP, se declaró dispuesta a una «negociación global» con los centristas de cara a la vuelta final.
«Hoy no estamos en una estrategia de alianza» con el MoDem de François Bayrou, afirmó Hollande, desmarcándose del llamamiento de la ex candidata del PS al Elíseo y ex compañera sentimental Ségolène Royal, quien ya en la noche del domingo pedía alianzas «en todas partes» con la formación centrista. «No podemos construir una alianza con alguien que no la quiere y que tiene como único objetivo de victoria la ciudad de Pau, dirigida por la izquierda desde 1971», señaló Hollande.
Por contra, dos líderes de la UMP, su secretario general Devedjian y el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin se mostraron abiertos a una «negociación global» con el MoDem y a retirar su candidatura en Pau y dejar expedito el camino a Bayrou a la Alcaldía de Pau en su disputa con el PS.
Siguiendo con el resto de formaciones y tras una serie de reveses electorales, los comunistas lograron mantener sus bastiones de la región parisiense y arrancaron el triunfo en localidades medianas como Dieppe (noroeste).
El Front National del líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen confirma, por su parte, su pérdida de influencia electoral, fagocitado sin duda por la estrategia y los mensajes del presidente Sarkozy.
A cinco día de la segunda vuelta, el presidente, Nicolas Sarkozy, rompió su silencio y retomó su tema preferido, la «inmigración controlada».
De visita en Toulon (sureste), Sarkozy prometió que «tendré naturalmente en cuenta» los resultados de las municipales aunque insistió en su carácter local para justificar su no implicación.
En Toulon, villa que votó en un 65% a la derecha en la primera vuelta del domingo, El jefe de Estado asistió a una ceremonia de «naturalización», ocasión para defender su idea de «inmigración controlada» y de la «identidad nacional».
«Yo niego el derecho a toda una serie de suministradores de lecciones que dicen que por hablar de inmigración controlada uno es un racista», insistió Sarkozy.
Ambos conceptos estuvieron en el centro de la campaña presidencial de Sarkozy y le permitieron captar un importante número de votos de la extrema derecha.
La elección de Toulon para su reaparición tiene también otra lectura. Esta localidad está situada cerca de Marsella, escenario de la batalla más importante el próximo domingo.
Jean-Claude Gaudin, alcalde desde 1995 y cacique de la UMP, llega en primer lugar pero con un exiguo 41% a la segunda vuelta, seguido muy de cerca por el PS (39%) que ha logrado la fusión con la lista centrista del MoDem de Bayrou para intentar arrancar la segunda ciudad más importante del Estado francés. Su líder, en dificultades en su feudo de Pau, ha decidido apoyar en otros casos a la derecha (Toulouse) o desentenderse, como en Estrasburgo