Tras las elecciones del 9-M
Lakua pide priorizar el acuerdo con Madrid en lugar de la consulta
Tanto la portavoz del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate, como el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, insistieron ayer en que en las últimas elecciones no se ha sometido al juicio de la ciudadanía la actuación del Ejecutivo de Ibarretxe y que sus planes siguen adelante. Y ambos recordaron también que lo que toca ahora, según el calendario anunciado, es la búsqueda de un acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero en torno a la paz y la normalización.
I. IRIONDO | GASTEIZ
«Todos los ojos han estado centrados hasta ahora en la consulta y en la consulta. ¿Por qué no nos centramos en intentar alcanzar un acuerdo que es la primera etapa? Si hay ese acuerdo, luego todo vendrá rodado. ¿Por qué no intentamos decir que efectivamente hay voluntad [por parte del presidente del Gobierno español] para sentarse y hablar con el lehendakari Ibarretxe sobre esos temas sobre los que se ha estado durante meses hablando con otros [ETA y Batasuna]? ¿Por qué no se va a hablar sobre paz, por qué no se va a hablar sobre normalización política con este Gobierno y su lehendakari?».
De este modo se expresaba ayer Miren Azkarate, portavoz del Ejecutivo de Lakua, después de varios minutos respondiendo a preguntas de los periodistas sobre la incidencia de los resultados electorales en sus pla- nes y sobre el calendario para los próximos meses.
Azkarate señaló que el lehendakari ya ha mantenido una conversación con José Luis Rodríguez Zapatero y que le ha transmitido también que su agenda está abierta para reunirse e iniciar las conversaciones cuando lo desee el inquilino de La Moncloa. «Todavía hay tiempo para el acuerdo, y ése es el empeño de este Gobierno», remarcó la portavoz.
«Flexibilidad suficiente»
«La primera tarea» ahora es ver si hay esa voluntad de acuerdo. Según el calendario planteado por Juan José Ibarretxe en su día por el lehendakari, dicho acuerdo debería estar cerrado para llevarlo en junio a un pleno del Parlamento de Gasteiz.
Si existe la posibilidad de alcanzar un acuerdo, la portavoz del Gobierno de Lakua aseguró que «todos tenemos la flexibilidad suficiente». Según su explicación, el haberle puesto un plazo a la búsqueda de ese acuerdo se debe a que «si no se ponen fechas luego viene las acusaciones de vaguedades, de ambigüedades, de que nunca se concreta nada».
La idea de que si se percibía voluntad de acuerdo podían flexibilizarse los siguientes pasos de la «hoja de ruta» ya había sido comentada por el propio lehendakari menos de un mes después de haber presentado su propuesta. «Cuando uno va a negociar está dispuesto a negociar -decía Ibarretxe en una entrevista publicada el pasado 21 de octubre-. Evidentemente, claro que los siguientes pasos pueden cambiar, ser más altos o más bajos, pero hay que comenzar por el primero. Si iniciamos una negociación, ¿podemos alcanzar un acuerdo que incluso redacte artículos, modificaciones y que haga cambiar los pasos posteriores? Claro. Todo eso puede cambiar. Ahora bien, difícilmente podrá cambiar el segundo o tercer paso si Zapatero no acepta el primero: una oferta sincera de negociación. Si esa mano tendida no se acepta, yo iré al Parlamento en junio de 2008 y seguiré caminando».
El camino trazado por el lehendakari contempla ese pleno de junio con dos variables. La primera, que haya un acuerdo con el Gobierno español, por lo que la Cámara de Gasteiz debería refrendar ese acuerdo y «autorizar una consulta jurídicamente vinculante para su ra- tificación». Esa consulta sería convocada conjuntamente por Lakua y Madrid y no tendría inconveniente legal alguno. La segunda variable es que no haya acuerdo con Zapatero. En ese caso, la propuesta de Ibarretxe es que el Parlamento «autorice una consulta habilitadora, para superar la situación de bloque y que sea la sociedad vasca, con su decisión, quien nos traslade el mandato de abrir un doble proceso de diálogo y de negociación que conduzca al final definitivo de la violencia, por un la- do, y a abordar la solución del conflicto político, por otro».
Además, el lehendakari contempla también la posibilidad de que en junio, el Parlamento no ratifique el posible acuerdo existente (lo que sería muy difícil pues ambas partes concernidas en él, tripartito y PSOE, tienen mayoría suficiente para ello) o que rechace convocar una consulta si no hay acuerdo. En ambos casos disolvería la Cámara y convocaría elecciones.
Pero, de momento, todo esto son hipótesis en las que ni el Gobierno de Lakua ni el PNV quieren entrar. Prefieren insistir -«hasta cansarnos», como decía Miren Azkarate ayer- en la idea de la mano tendida para el acuerdo y en que lo único que le piden a Zapatero es que hable con Ibarretxe de lo que ya habló con ETA y con Batasuna.
Zapatero: «Fórmula amable»
Mientras éstas son las ideas de Lakua, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ya explicó durante la campaña que confiaba en hallar la fórmula para que el lehendakari retirara la consulta.
«Espero y confío -dijo Zapatero- en que cuando pasen las elecciones podamos encontrar un camino para que abandone esa idea y no tengamos que llegar a una tensión que no sería buena desde el punto de vista político para España». Y añadió: «Trabajaré por el entendimiento y el encuentro para que vivir juntos sea la mejor fórmula, la más amable, la más útil, la que más futuro tiene en Euskadi y en el conjunto de España».
Desligar de las elecciones
A lo largo del día de ayer, tanto la portavoz del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate, como el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, insistieron en desligar los últimos resultados electorales, que han sido malos para el conjunto de fuerzas del tripartito, de los planes diseñados por el Gabinete de Ibarretxe.
«Las elecciones eran para el Congreso en Madrid, no para analizar ni valorar la gestión de este Gobierno», aseguró Azkarate. Después añadió que, vista la polarización y la uniformidad informativa de las últimas semanas, «creía que las pasadas elecciones eran para elegir entre Rajoy y Zapatero», cuando «ahora parece que han sido para votar al lehendakari y la propuesta política que lideramos».
También Iñigo Urkullu quiso desvincular la pérdida de cerca de 120.000 votos en las últimas elecciones de la propuesta del lehendakari. «Ese proyecto político» se llevará adelante, «evidentemente», porque «es propio del PNV y compartido con otras formaciones políticas», en referencia a sus socios en el Gobierno autonómico, EA y EB.
En este sentido, destacó que «la cuestión no es tan simple como hacer un análisis de unos resultados electorales de las elecciones generales tomando como base referencial la propuesta política presentada por el lehendakari a finales de septiembre del año pasado».
Urkullu: «No flagelarnos»
En una entrevista en Radio Euskadi, Urkullu reconoció «los malos resultados» del PNV en las últimas elecciones, pero negó que haya una constante tendencia a la baja» en la formación jeltzale. Señaló que el EBB ya ha iniciado una reflexión al respecto pero huyó de catastrofismos.
A su juicio, el PNV no se puede «pasar de rosca en la flagelación, en el lamento por los malos resultados, porque hay que entender debidamente las circunstancias que se han dado y lo que hay que hacer es análisis sosegados, profundos, serenos, no exentos de autocrítica».
Según Iñigo Urkullu, «mal hacemos si tomamos como referencia los resultados de las elecciones generales, comparán- dolos con las municipales y forales e incluso con las generales del año 2004, donde el PNV tuvo una punta de incremento de votos que no se había dado en la secuencia histórica de las elecciones generales».
El presidente del EBB comentó la posibilidad de que el atentado mortal contra Isaías Carrasco haya influido «en deter- minadas localidades y zonas». Habló también de «los malos ejemplos dados por el PNV», de que el bipartidismo y la actitud de algunos grandes medios en ese sentido se ha ido haciendo estructural, y de los cambios que se están dando en la sociedad vasca en los últimos años.
Ibarretxe ya avanzó en octubre pasado que si había una negociación con Zapatero, los pasos siguientes de su hoja de ruta podrían cambiarse.
Los encargados del envío de propaganda del PNV a «los vascos residentes en el extranjero» no deben saber que «maison d'arrét» es «cárcel» y le mandaron una petición de voto a un preso político vasco encarcelado en el Estado francés recordándole que «aun estando lejos, para nosotros, seguís siendo parte de Euskadi».