El gobernador de Nueva York, a punto de dimitir por un escándalo de prostitución
GARA |
El gobernador demócrata de Nueva York, Eliot Spitzer, se enfrenta a intensas peticiones para que dimita después de haber admitido el lunes que mantuvo un encuentro con una prostituta en un hotel de Washington. Spitzer se había caracterizado en su época de fiscal por perseguir con especial saña a las prostitutas.
La Asociación de Gobernadores Republicanos ha publicado un comunicado exigiendo la marcha de Spitzer y la mayor parte de los comentaristas estiman que su dimisión era inevitable. Los parlamentarios republicanos del Estado de Nueva York exigieron ayer que Spitzer abandone el cargo en un plazo de 48 horas.
Según un juez, que mantuvo una conversación anónima con «The New York Times», los abogados del gobernador se reunirán próximamente con el fiscal para analizar cuáles son los cargos que se han presentado contra su cliente.
Este juez indicó que la forma de pago por los servicios de la prostituta puede ser determinante para el futuro de Spitzer. En el caso de que se haya intentado ocultar el origen, el motivo o el destino de la transación, se trataría de un delito de fraude, que está castigado con cinco años de cárcel.
Según «The New York Times», los investigadores habrían sido alertados por algunos bancos en relación a movimientos financieros sospechosos del gobernador, con retiradas de fondos en metálicos que acabaron en cuentas de sociedades fantasmas. Spitzer estaba considerado como enemigo de los grandes magnates de Wall Street. La investigación permitió llegar hasta una red de prostitución de lujo, de la que Spitzer sería cliente habitual.