basquet country
Acupuntura a la muralla china
Imanol AMIANO
Hace nada que entramos en 4706 y el recién estrenado año de la rata de la tierra, éste que se da cada doce años, siempre en bisiesto, mantiene en vilo a los chinos. Al menos a los que les gusta el basket. Y a los chinos de Houston. Y al dueño de los Rockets –que es vegetariano, pero no chino–. Porque año bisiesto equivale a año de Juegos Olímpicos y 4706 a 2008. Y los de la rata de la tierra son en Pekín.
Sin embargo, el epicentro del desequilibrio entre el yin y el yang se produjo en Nueva Orleans, en el All Star, donde Yao Ming estuvo a punto de hacer trizas los buenos augurios que el año de la rata de tierra promete. La cuestión es que el tobillo izquierdo del mozo ha pasado por las cinco fases posibles –madera, fuego, tierra, metal y agua–, pero no ha podido evitar el quirófano. Como no podía ser de otra manera, la operación realizada en Houston –dónde si no– ha sido un éxito y todos confían en acortar el plazo de recuperación para que el 9 de agosto esté listo.
El que seguro anda listo es el dueño de los Rockets y filántropo defensor de los derechos de los animales, Leslie Alexander, y contacta con alguna mutua china que firme un seguro como el de la Madrileña. Los de la PETA se lo agradecerán en julio de 4707 con un encierro alternativo saliendo desde sus corralillos de la Castellana, pasando por Mercaderes de la Federación, enfilando la curva de la estafeta –Garbajosa en las barreras, no vaya a ser–, con final en la plaza. De Las Ventas. ¡Qué bárbaro!
De momento, acupuntura, moxibustión y fitoterapia a saco, para ver si la circulación de la energía por los meridianos mejora. Gebreselasie ya ha dicho que, con esa circulación, él no puede respirar. Claro que a los dos-veintiséis de la Muralla China quizá no le afecte la polución pequinesa. Ni a las ratas de la tierra.