Surinam, una potencia futbolística en la cola de la clasificación Fifa
Un cuarto de la población del Surinam cabe perfectamente en el estadio de Maracaná. Sin embargo, es un vivero de consagrados jugadores que han aupado a Holanda, su antigua metrópoli, a los más alto del fútbol, mientras la selección surinamesa se pierde en la cola del ránking FIFA.
Joseba VIVANCO
Surinam: Buenos talentos, malos resultados», titulaba hace un par de años el periodista Michael Lewis un artículo sobre la selección de fútbol de este pequeño país al que pocos serían capaces de situar en el mapamundi geográfico y mucho menos en el futbolístico. Antigua colonia holandesa con apenas medio millón de habitantes y poblada a través de los siglos por esclavos africanos obligados a cultivar cacao y café, logró su independencia en los setenta. Pero sus habitantes han seguido mirando a la metrópoli tulipán y son muchos los que emigran a ella en busca de una vida mejor. Y, entre ellos, su inagotable cantera balompédica.
Su historial futbolístico se asemeja al de cualquier otro pequeño país que se hunde cada año en las clasificaciones de la FIFA. Su mejor resultado fue llegar a la ronda previa centroamericana en las eliminatorias para el Mundial de Argentina 78 y en su último camino hacia Alemania 2006 Guatemala acabó con sus precarias ilusiones. Sus marcadores más alentadores los suele cosechar contra su vecina -y eterna rival- selección de Guyana (la francesa). Pero tras ese pobre bagaje se esconde una curiosa contradicción. «Mientras lo mejorcito de su juventud sigue surcando el océano con destino al Viejo Continente en busca de gloria y fortuna, Surinam se queda anclada en el grupo de los países más atrasados futbolísticamente hablando», se puede leer en un reciente artículo publicado en la página web de la FIFA.
Frank Rijkaard, Clarence Seedorf, Edgar Davis, Patrick Kluivert, Rudd Gullit, Jimmy Floyd Haseelbaink, Gerald Vaneburg, Michael Reiziger, Bryan Roy, Stanley Menzo, Gaston Taument, Aron Winter, o uno de los últimos fichajes del Real Madrid, Royston Drenthe, son algunos de los jugadores nacidos o bien unidos a esta tórrida república ecuatorial. Sin embargo, ninguno de ellos está a disposición de Kennet Jaliens, entrenador del combinado nacional centroamericano. El problema radica en que el Gobierno del país no acepta la doble nacionalidad. «Si te marchas de aquí y te vas a Holanda, ya no puedes jugar con nuestra selección. Se trata de una medida que responde a una decisión política y es una pena», se queja, mientras otros países similares como Antillas Holandesas no tienen ese problema.
El primer jugador «holandés» con raíces surinamesas fue Humprey Mijnals y, como apunte curioso, la última de sus tres ocasiones en que vistió la zamarra naranja fue el 3 de julio de 1960 precisamente en la capital de su país, Panamaribo. Ha pasado mucho tiempo desde aquello y Surinam ha seguido abasteciendo el mercado futbolístico holandés, primero, y europeo, después, con auténticas joyas del balón.
«Esperemos que esto cambie en el futuro», declara el incoformista seleccionador Jaliens a FIFA.com. Pero en tanto que eso no ocurra, deberá apañarse con los jóvenes talentos locales que aún no han cogido su billete para la Eredivisie holandesa. Uno de los nombres propios del actual combinado es precisamente Giovani Drenthe, hermano del centrocampista fichado por el Real Madrid. Por lo demás, no le queda sino surtirse de equipos como el SV Transvaal, famoso por ser el único equipo del país en conquistar la Copa de Campeones de la CONCACAF en 1973 y 1981, seguramente con algunos jugadores que luego brillaron en Europa. Por lo demás, las desorganizadas canteras de las ligas de aficionados son el lugar donde buscar futuros aspirantes a futbolistas de renombre.
El Mundial de 2014, el objetivo
En 2004, la Federación de fútbol del país inició un programa de desarrollo de este deporte de la mano de la FIFA. El objetivo no era otro que alcanzar el sueño de clasificarse para el Mundial de 2014, aunque las previas para la Copa del Mundial de Sudáfrica de 2010 que arrancan ahora en la zona centroamericana serán una buena prueba de toque. Surinam quiere que Holanda sirva de lugar de entrenamiento para futuros jugadores, a condición de que luego retornen a casa para defender los colores de su país de origen. Incluso trabaja para que futbolistas oriundos que no tienen cabida en la naranja mecánica, puedan hacerlo son la «A-Selektie», como se conoce a su combinado nacional.
Hasta que esos objetivos se concreten, Surinam seguirá progresando poco a poco gracias a planes como el Programa Goal de la FIFA o ayudas económicas de jugadores que no olvidan sus orígenes, como el jugador del Milan Clarence Seedorf, que construyó en su día un centro deportivo para promocionar el fútbol entre los más pequeños. Muchos analistas deportivos no dudan de que Surinam, sin tantas trabas ni sangría de jugadores podría ser una potencia futbolística en la zona norte y centroamericana. Su vecina Trinidad y Tobago ya estuvo en el último Mundial. ¿Por qué no Surinam en 2014?
Este miércoles, 26 de marzo, la selección nacional de Surinam comienza su andadura hacia el Mundial de Sudáfrica y lo hace contra un enemigo hasta más pequeño que él, el débil combinado de Monserrat, conocido en el ambiente futbolístico internacional por ocupar de manera habitual el último puesto en el ránking anual de la FIFA. Esta selección se hizo famosa por disputar en 2002 un encuentro contra Bhutan, para dirimir cuál de los dos onces era el peor del panorama mundial. Surinam se la jugará contra Monserrat a un sólo partido en un campo neutral, en Trinidad y Tobago. Si logra la esperada victoria, se las verá con su eterna rival, Guyana, que sí puede echar mano de sus profesionales en el extranjero y que el año pasado ya goleó a Surinam por 5-0.
