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La FSM llama a combatir la «avaricia» de las multinacionales en el mundo

La Unión Internacional de Sindicatos de la Industria Minera y Metalúrgica (UIS-TIMM) de la Federación Sindical Mundial (FSM) celebrará en mayo el congreso internacional en Donostia. LAB organizará el evento. La FSM llama a combatir la avaricia de las multinacionales en el mundo, ya que están acumulando enormes beneficios, mientras empeoran las condiciones de trabajo y la soberanía de los pueblos.

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Juanjo BASTERRA |

Donostia será la sede del Congreso Internacional de los Sindicaros de la Industria Minera y Metalúrgica de la Federación Sindical Mundial (FSM). LAB es la organización anfitriona de este evento, que se desarrollará entre los días 19 y 20 de mayo.

En un informe previo, la Federación Sindical Mundial (FSM) reconoce que tanto la minería como la industria del metal se encuentran en manos «de las multinacionales y los especuladores del mercado», por lo que propone extender «la unidad y la solidaridad internacional» para hacer frente a su liderazgo.

Señala en el caso de la minería y la metalurgia que «las transnacionales operan con amplias facilidades otorgadas por los gobiernos neoliberales, en el marco de apropiarse de grandes extensiones de tierra, incluidos sus recursos naturales». Culpa al Banco Mundial por su apoyo a la «extracción indiscriminada de petróleo, gas y minerales sin la mínima evaluación de las consecuencias sociales y medioambientales».

A juicio de la Unión Internacional de Sindicatos de la Industria Minera y Metalúrgica (UIS-TIMM), «la globalización capi- talista significa la pérdida de conquistas obreras y derechos sociales, el sometimiento ideológico y político a un modelo que se nos presenta como único y sin alternativa pero que también es una agresión a la soberanía y al derecho a la autodeterminación de unos pueblos sometidos a la dictadura de las grandes empresas multinacionales».

Ante el congreso de mayo en Donostia, la Unión Internacional de Sindicatos del Metal afirma que «tiene que ser un instrumento de lucha de clase que ejerza a plenitud la solidaridad entre todas sus organizaciones integrantes y con el conjunto del movimiento obrero del mundo».

Monopolios

En un amplio diagnóstico del panorama de la metalurgia, la organización sindical reconoce que «el mercado capitalista mundial está dominado por unas corporaciones transnacionales que monopolizan la comercialización y los precios, que repercute de manera directa en el desarrollo de los pueblos». Señala que ese dominio de las multinacionales es «consecuencia de la política de privatización llevada a cabo en prácticamente todos los países».

«El dominio de las corporaciones se acrecienta con las privatizaciones, alianzas y fusiones que conducen a la práctica monopolista multinacional», indica la organización sindical mundial, que reclama que se active «la lucha en contra de las privatizaciones para detenerlas, impedirlas e, incluso, revertirlas». La Unión Internacional de Sindicatos de la Industria Minera y Metalúrgica de la Federación Sindical Mundial explica que la ONU ha reconocido que «esas transnacionales realizan más de la mitad del comercio mundial y un tercio del total corresponde a transferencias de bienes de una misma multinacional. Dos tercios de las transacciones económicas de bienes y servicios dependen de las operaciones de estas empresas».

En este sentido, hay que tener en cuenta que las 37 empresas multinacionales más importantes de Estados Unidos obtienen el 48% de las ganancias mundiales. Si se añaden las grandes empresas de Japón, Alemania, Gran Bretaña y el Estado francés, las ganancias que acumulan ascienden al 79,4% del total. «De esta manera se puede comprobar que los países desarrollados no sólo concentran el capital, sino la ganancia que, en muchas ocasiones, está producida fuera de sus países».

Bajo ese esquema, el sector de la metalurgia evoluciona bajo «la concentración financiero-productiva» en los grupos internacionales que monopolizan el hierro y el acero y, por otro lado, se está produciendo «la deslocalización productiva en empresas derivadas de esos productos básicos: automoción, bienes de capital y equipos».

Denuncia, además, que las transnacionales se están desplazando hacia los países con bajos costes salariales y pérdida de regulación laboral «en la búsqueda de una competitividad que facilite sus tasas de ganancia y acumulación de beneficios».

Ganancias en automoción

La Unión Internacional de Sindicatos de la Industria Minera y Metalúrgica afirma que el sector de automoción «desempeña un papel fundamental» en el diseño de espacios industriales en el mundo occidental. «Es una industria intensiva en capital y en fuerza de trabajo dominada por las transnacionales».

Según los datos que aporta la organización sindical mundial, «representa una de las seis ramas industriales que obtienen mayores ganancias a nivel mundial, después del petróleo, la industria química y farmacéutica, la informática, las telecomunicaciones y los alimentos». De hecho, pone un ejemplo de determinados subsectores de la industria metalúrgica, como la industria militar, «está dominada por los países desarrollados condicionando el acceso de otras economías y pueblos».

Respecto a la minería, la UIS-TIMM estima que los minerales «han sido, son y serán» una materia prima de alta importancia para el desarrollo industria. «La lucha por el control político y económico de las explotaciones ha marcado muchos capítulos en las confrontaciones internacionales y estrategias de dominación de los pueblos del planeta impulsada por los núcleos de poder capitalista e imperialista». La consecuencia de esa «esquilmación y explotación de los recursos naturales» ha provocado, a juicio de la UIS-TIMM, que «muchos países productores de materias primas no hayan obtenido desarrollos económicos equilibrados, convirtiéndose en meros proveedores de las grandes economías, mientra necesitan importar todos los productos manufacturados. Incluso, se llega a la paradoja -explica- que países exportadores son, incluso, importadores netos de minerales».

En este análisis previo al congreso internacional de los sindicatos de la industria minera y metalúrgica, que se celebrará en Donostia en mayo, se reconoce que «la minería representa el primer eslabón de todas las cadenas productivas y se considera una actividad técnica de grandes riesgos para los trabajadores y, sin embargo, es muy rentable económicamente para sus propietarios».

Multiplicación

Esta organización integrada en la FSM asegura que «hoy las mayores inversiones mundiales se destinan a los sectores de los combustibles fósiles, los metales y minerales industriales, como punto de partida de una cadena de manufacturación o manipulación en el que los márgenes de ganancia o los valores añadidos se multiplican de forma espectacular generándose grandes acumulaciones de capital en ese negocio».

Para la Unión Internacional de Sindicatos de la Industria Minera y Metalúrgica, las economías dependientes son vulnerables a los procesos de especulación que «permiten enormes beneficios para esas empresas multinacionales». Por lo que advierte que «la lucha de los trabajadores por sus condiciones laborales está ligada a la exigencia de la nacionalización de las explotaciones o intervención de los poderes públicos para condicionar los intereses de las multinacionales propietarias y avanzar en la soberanía económica y política de sus pueblos, naciones o estados que habitamos la tierra».

Condiciones deplorables de trabajo y de salario

Si las multinacionales están obteniendo más poder y amplían sus beneficios económicos es a costa de los trabajadores. Así, la organización mundial reconoce que en materia de salud laboral se producen unas condiciones de trabajo «deplorables», ya que tanto en la metalurgia como en la minería, y sobre todo en ésta, se producen altos niveles de siniestralidad y deterioro de la salud laboral. No quedan ahí esas condiciones laborales negativas, sino que los sistemas actuales de contratación permiten la extinción de empleo, sin que el trabajador tenga garantías suficientes. la precariedad avanza y la Federación Sindical Mundial reconoce que «las reformas laborales desequilibran la relaciones laborales» y critica «la legalización del despido masivo en base a las llamadas razones económicas, que son práctica habitual en las multinacionales». Lamenta que los sistemas de subcontratación y externalización de servicios «provocan una devaluación de los salarios de los trabajos. Se crea un dumping social que favorece el decrecimiento de los salarios y la degradación de las condiciones laborales». Por otro lado, la FSM cree que los niveles salariales «siguen siendo insuficientes en base a las tasas de ganancias de los empresarios». Considera que esa situación se agudiza entre las transnacionales que operan en países en vías de desarrollo y en los subdesarrollados. Critica, también, «la estabilización de «dobles, triples escalas salariales, con la inserción de mujeres y jóvenes». J. BASTERRA

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