SEGUNDA Un gol a ocho minutos del final en fuera de juego permite al Sporting desbancar de la tercera plaza a los guipuzcoanos
La Real debe tener tranquilidad
Tras las presiones a Eizmendi para que realizara antes sus cambios, Aranburu fue sustituido por Garitano cuando era el mejor de un equipo superior hasta entonces. A partir de ahí el Sporting tuvo sus mejores opciones y logró un triunfo importante, pero no decisivo.
SPORTING DE GIJÓN 1
REAL SOCIEDAD 0
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La Real encajó su segunda derrota consecutiva en El Molinón y perdió la tercera plaza y el average particular con su mayor rival en la lucha por el ascenso, que ahora queda a tres puntos reales. Pero lo peor es que la Real perdiera ayer algo más que un partido, la tranquilidad. Era muy importante el duelo de Gijón, pero no decisivo y por ello es fundamental que la Real no pierda la cabeza porque demostró en El Molinón que es mejor equipo que el Sporting. Si no cunde el pánico, en doce partidos, siete en casa, hay margen suficiente para recuperar esos tres puntos de desventaja.
La decisión de Badiola de cambiar a Coleman por Eizmendi y de incorporar a cuatro jugadores presentaba dos grandes riesgos. La necesidad de adaptar a los nuevos y la inestabilidad que eso podía producir en el grupo, aspectos que se han resuelto sin mayores traumas de entrada porque ha habido resultados y los que han dejado de contar son las más jóvenes y no han planteado problemas. El segundo es el que se va a empezar a calibrar a partir de ahora, la respuesta en situaciones desfavorables de un entrenador que no tiene experiencia y que ha recibido críticas hasta cuando su equipo ha ganado y que ayer era la diana de la frustración.
Es muy difícil ser entrenador de la Real y mantener una línea acertada sin caer a merced de las presiones y es ahora cuando se va a comprobar la capacidad de Joserra Eizmendi para responder a los malos resultados y a unas críticas que ayer llegaban hasta de parte de su presidente, que protestaba públicamente por el planteamiento del partido. La semana pasada el problema era que Eizmendi hacía los cambios tarde, pues con eso sólo se consiguió que ayer pudiera sentirse presionado para hacerlos antes y fue a cambiar justo al mejor realista, Mikel Aranburu, en un momento que marcó el antes y el después del partido. Hasta entonces la Real era sensiblemente mejor que su rival y no era necesario introducir una variación tan importante.
Salvo en los primeros minutos, en los que los dos equipos salieron con mucha intensidad y el balón iba de un área al otra, con una opción de Iñigo Díaz de Zerio que sacó un defensa bajo palos, los guipuzcoanos dominaron el partido con autoridad y sólo les faltó acertar en los últimos veinte metros. Y más en los centros que en los remates, lo que provocó que pese a esa superioridad sólo dispusiera de una segunda oportunidad clara en un cabezazo de Ansotegi a la salida de un corner. El Sporting no inquietó nunca.
Igual hasta los cambios
Aunque el equipo local dispuso de dos opciones en los primeros minutos del segundo tiempo por mediación de Pedro y de Bilic, la Real siguió mejor que un rival que parecía conformarse con el empate y el average. Así llegó la oportunidad más clara en una gran jugada de Aranburu por la izquierda que Xabi Prieto no remató bien.
La mejor prueba de que el partido marchaba bien para la Real fue que Manolo Preciado se vio obligado a introducir un doble cambio, que llevó a Eizmendi a realizar también dos sustituciones, con la mala fortuna de que fue a cambiar al mejor de su equipo, lo que además implicaba empeorar el juego de Martí, que empezó a hacer el trabajo más dinámico que ofrece el azpeitiarra sin igualarle. Por si fuera poco, la salida de un jugador más defensivo implicaba un mensaje a su equipo de que el empate no era un mal resultado.
A partir de esos cambios el Sporting llegó con más peligro a los dominios de Riesgo, que tuvo que blocar primero una falta lanzada por Bilic, luego se lució en un remate de Jorge y finalmente fue superado en una acción que debió ser anulada porque Bilic salía de posición de fuera de juego cuando el balón tocó en un compañero y se quedó a sus pies para que marcara.
A partir de ahí la Real arriesgó en la búsqueda del empate, pero sólo dispuso de una opción de Gari y Díaz de Zerio que desbarató Roberto. Así el Sporting consiguió demasiado premio en un partido en el que quedó claro que es peor equipo que la Real y por eso no hay que caer en el nerviosismo como parece que hizo Badiola tras la derrota.
Visiblemente enfadado se dirigió al fondo en el que estaban los aficionados guipuzcoanos para agradecerles su apoyo y realizó unas declaraciones que se pueden entender como una crítica a su entrenador, porque cuando se habla de planteamiento se entra en una parcela de su responsabilidad.
La semana pasada el problema era que los cambios se ha- cían tarde, ésta que no juega Mérida y la próxima tendrá que jugar y se le culpará por otro motivo en el caso de que no se gane. El problema es que no se confía en Eizmendi y que no se tiene claro que, aunque seas mejor, en el fútbol no se puede ganar siempre. Y cuando se pierde no se debe caer en el nerviosismo. No es bueno que todo el peso de la presión se cargue en el eslabón más débil de la cadena. Si la Real encaja el golpe y mantiene la calma puede subir porque el Sporting no está bien y le costará sumar puntos.
Iñaki Badiola se mostró indignado al término del encuentro con unas declaraciones a Euskal Telebista que parecían cargadas de críticas hacia sus jugadores y su entrenador: «Ha sido un partido malo y mal planteado por parte nuestra. Hay que seguir adelante, pero no se podía haber escapado este partido. Era una oportunidad que no se puede dejarla pasar. Y nos ha pasado y es fallo nuestro, no es del contrario. Hemos venido a ganar, no para esto. Tenemos que mejorar. Ha sido un mal partido, fatal, debíamos sacarlo adelante por la afición», señalaba a la grada.
Ajeno a las manifestaciones de su presidente, Joserra Eizmendi se mostró escueto en la rueda de prensa que ofreció tras el partido. Su conclusión fue que «ellos han metido un gol y ya hemos dicho que esto va ser muy duro. Debemos tener fe en nosotros mismos y convicción y pelear por los puntos del domingo que vienen».
Manolo Preciado, técnico del Sporting, hizo unas declaraciones que contrastan con las del presidente realista: «En la primera mitad la Real nos ha superado, parecía un equipo de Champions, no sólo por el ritmo, sino por la precisión. Era algo impropio no ya de un equipo de Segunda, sino de Primera. No fallaban un control. La segunda parte ha sido más igualada, un toma y daca. Tuvimos una pizca de fortuna, pero la hemos buscado. Esto nos permite pasarles a ellos y mantener el average a favor. Es un resultado importante, pero ni estamos en Primera por ganar ni quedábamos fuera de la pelea por perder. Estamos en buena posición y con este ambiente pienso que El Molinón será definitivo para nuestras opciones porque no todos los equipos serán cono la Real».
Gaizka Garitano comentaba que «se nos ha ido en los últimos minutos un partido igualado. Tuvimos nuestras opciones, pero han marcado ellos. No han sido dos partidos para perder. En muchos momentos hemos sido mejores, pero en el fútbol deciden los goles y no hemos sido capaces de marcar y ellos sí. Quedan mucho partidos, pero no se nos pueden escapar más puntos».
La Real regresó tras el partido y tendrá dos días de fiesta para comenzar a preparar el martes a las diez de la mañana el próximo partido de Anoeta (domingo a las 17.00) con el Racing de Ferrol.
La Real empató a uno contra Auxerre y Real Madrid, que se juegan hoy a las cinco en Oñati una plaza para la final del Torneo Internacional juvenil de mañana. También buscan lo mismo a esa hora en Zarautz Osasuna y Barcelona, que ganaron 3-1 y 4-2, respectivamente, al combinado guipuzcoano.