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Iberdrola pierde nueve hectáreas marítimo-terrestres en Basordas

El Ministerio español de Medio Ambiente ha resuelto in- coar expediente de extinción de las concesiones otorgadas en 1973 a Iberduero para que la eléctrica ocupara 82.482 metros cuadrados de dominio público marítimo-terrestre en la cala de Basordas y otros 10.078 metros cuadrados para el sistema de refrigeración -conjunto de diques ganado a la mar- de la central nuclear que se pretendió construir en el mismo enclave situado en el término municipal de Lemoiz.

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Kepa PETRALANDA |

El habitual hermetismo con el que Iberdrola afronta cualquier cuestión relacionada con Lemoiz no se resquebraja siquiera ahora, una vez que el Ministerio español de Industria ha confirmado el proceso encaminado a que el próximo mes de mayo se convoque un concurso dirigido a la concesión de los terrenos con los restos de lo que iba a ser una central nuclear.

Según algunas fuentes del sector energético, la decisión del Gobierno español tendente a no renunciar a que la cala de Basordas albergue una instalación vinculada a esta actividad guardaría relación con el interés mostrado por varias compañías para abordar un proyecto de ciclo combinado en Basordas.

Se cita, en este contexto, a Naturgas como una de las posibles aspirantes a hacerse con el emplazamiento al objeto de construir una central de ciclo combinado, mientras que otras fuentes sugieren que incluso ESB, la eléctrica nacional irlandesa que explota la planta de Boroa, habría mostrado su interés por pujar para establecerse también en Lemoiz.

Iberdrola tendría derecho preferente sobre las instalaciones de Lemoiz en el caso de que igualara la mejor de las ofertas que se presenten al eventual concurso, un extremo que habría sido igualmente cuestionado por parte de alguna de las compañías con interés en establecerse en Basordas. Sin embargo, la política de comunicación de la compañía no permite adivinar, ni de lejos, sus intenciones últimas.

Otras fuentes consultadas, en este caso del ámbito de la izquierda abertzale, apuntan a que la fórmula final aplicable a las instalaciones contemplaría la asociación de una central térmica con una piscifactoría, algo que estaría relacionado con recientes encuentros en la dirección de Política Energética, en Madrid, de dirigentes del PNV y directivos de Iberdrola con responsables de la misma.

Pero se puede aludir a otro elemento que también explicaría por sí solo o en buena medida las razones que han llevado al Ejecutivo español a reconducir el asunto. Tiene que ver con la recuperación para las arcas públicas de parte, al menos, de los más de 2.000 millones de euros que el Gobierno de Madrid otorgó a Iberdrola en concepto de indemnización por la paralización del proyecto nu-clear. El Estado español es, cuando menos, propietario de los derechos de explotación como emplazamiento eléctrico que ahora se plantea vender.

Ha sido el propio Ministerio español de Industria, por otra parte, el que ha «vendido» la discutible versatilidad de unas instalaciones muy deterioradas, al afirmar que tanto los edificios como las infraestructuras básicas que integran la planta pudieran ser aprovechadas por nuevos proyectos energéticos.

Las curvas de Andraka

Sería tanto como afirmar que la ampliación de las curvas de la carretera que sube desde Jatabe a Andraka, acometida en los 70 al objeto de posibilitar el paso de vehículos especiales con carga para la central, habrían sido una inversión ideal para los vehículos que han utilizado posteriormente este vial para desplazarse hasta las playas.

Otras fuentes aseguran que tan sólo serían aprovechables el tendido eléctrico -dos líneas de salida y una de entrada-, el contiguo embalse de agua dulce, así como la toma de agua salada, instalación cuya cesión ha sido ahora retirada. Las grandes moles de hormigón abandonadas en Basordas tendrían nulas posibilidades de reciclaje.

La novedad reciente da cuenta de que el Ministerio español de Medio Ambiente ha incoado expediente de extinción de la autorización otorgada a Iberduero -actual Iberdrola- por orden ministerial, en 1973, para ocupar una parcela de 82.482 metros cuadrados de terrenos de dominio público marítimo-terrestre en Basordas, con destino «a la construcción de una central eléctrica nuclear».

De igual modo, el Gobierno español retira a Iberdrola la autorización otorgada seis años después, en 1979, para ocupar otros 10.078 metros cuadrados de bienes de dominio público marítimo-terrestre, destinados a la instalación de refrigeración de la central con agua de mar.

Imputable a la moratoria

En las consideraciones jurídicas se establece como «no imputable» al beneficiario el hecho de que ambos objetos de autorización no se hayan utilizado, cuestión que el Ministerio de Medio Ambiente atribuye a la declaración de paralización definitiva de los proyectos de construcción de, entre otras, la central de Lemoniz.

Es «la imposibilidad comprobada y mantenida de satisfacer» el fin la que justificaría, según el expediente, «la extinción del vínculo concesional», toda vez que ante esta decisión «se pueden presentar alegaciones».

De igual manera que se adopta ahora esta medida, vecinos de Lemoiz consideran que proximamente se pueden volver a otorgar concesiones de terrenos, en función de las decisiones que se adopten en el contexto del fututo de las instala- ciones y el entorno de Basordas. Escarmentados por todo lo que viene aconteciendo en este interminable affaire, recuerdan al respecto que igual que se quita, también se puede otorgar.

Iberdrola ha recibido de los contribuyentes -eufemísticamente hay quien dice que «de manos del Estado»- más de 1.300 millones de euros desde 1994 en concepto de amortización por las inversiones realizadas en Basordas que quedaron afectadas por la moratoria.

La incógnita es ahora conocer si Iberdrola hará valer su posición de ventaja para desarrollar un nuevo proyecto energético en Lemoiz. Cabe constatar, a falta de referencias claras, que junto a la actividad desarrollada en la explotación de energías renovables, la compañía ha recuperado su apuesta por la energía nuclear en otras latitudes; ahí están sus proyectos coparticipados en Rumanía y Gran Bretaña, la búsqueda de oportunidades en China al mismo objeto, o su asistencia técnica en nucleares de Rusia, México o Brasil.

naturgas, esb...

Fuentes del sector energético citan a Naturgas como posible aspirante a hacerse con las instalaciones de Lemoiz, toda vez que ESB, la irlandesa que explota la térmica de Boroa, también se habría interesado.

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Junto a la parcela de 82.482 metros cuadrados de terrenos de dominio público marítimo-terrestre, se retira a Iberdrola la cesión del espacio en el que instaló el sistema de refrigeración con agua salada.

reciclado

Mientras el Ministerio español de Industria vende la posibilidad de reciclaje de la actual instalación, otras fuentes dicen que sólo es aprovechable el tendido, el embalse de agua salada y el sistema de refrigeración.

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Se mantiene el hermetismo y la incógnita sobre si Iberdrola hará valer su posición de ventaja. Mientras tanto, la compañía apuesta claramente por la energía nuclear en otras latitudes.

Una central térmica es, según Talaia, «ahondar en el escarmiento o quizá en la revancha»

El proyecto de una central térmica «promovido por Iberdrola y consensuado con una piscifactoría promovida, a su vez, por el Gobierno Vasco» en los terrenos de la cala de Basordas es, a juicio de Talaia, «la forma en que vuelven a converger los intereses del PNV e Iberdrola». Según valora esta plataforma ciudadana, «la imposición de este proyecto desea ahondar en el escarmiento, la humillación o, quizá, ela revancha».

La valoración corresponde al texto de las conclusiones de unas jornadas celebradas recientemente en Lemoiz, por iniciativa de Talaia, en relación con el pasado, presente y futuro de las instalaciones que en su día fueron elegidas para construir una central nuclear. Al hilo de esta iniciativa, Talaia ha solicitado al EBB del PNV que «no escuche a los ciegos de inteligencia, que no se deje arrastrar por el negocio y por los especuladores del kilovatio; le sugerimos que no apoye el proyecto de la térmica». En paralelo, «y como acto de buena voluntad», esta plataforma pide a Iberdrola «el desmantelamiento de las líneas de alta tensión que van desde Basordas hasta Gatika, la renuncia a los derechos de concesión y la devolución de los terrenos originales a sus originales propietarios».

Con estas peticiones y su posible aceptación, podría iniciarse, a juicio de Talaia, «una nueva fase ilusionante para diseñar entre todos un proyecto de espacio para uso público, utilizando la inteligencia, buscando el consenso social, con una propuesta ecológica, innovadora, sorprendente, simbólica y propia de la Euskal Herria del siglo XXI». En este contexto, las jornadas sirvieron para plantear posibles variantes para el entorno de la cala de Basordas, como dejarlo tal y como está en la actualidad, «con lo cual continuaríamos con la incertidumbre real y la posibilidad de un proyecto energético»; su demolición total y efectiva, «con la desaparición de las instalaciones bajo el nivel del mar»; o considerar un proyecto de uso público.

Las conclusiones recogen asimismo que los contribuyentes seguimos aportando al beneficio de Iberdrola por efecto de la moratoria nuclear y recalcan que ahora la estimación de producción energética es un 168% superior al consumo. «Ni ahora ni a corto-medio plazo es necesaria una central térmica», sostienen. K.P.

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