Cheney reitera «el inquebrantable compromiso» de EEUU con Israel
En su visita a Ramallah, el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, reiteró el total apoyo de Washington a Israel. Si el sábado dejó claro que «nunca le presionarán para que dé pasos que pongan en riesgo su seguridad», ayer sostuvo que ataques como el lanzamiento de cohetes «perjudican las aspiraciones legítimas del pueblo palestino». Hamas denunció estas declaraciones que consideró «indignantes y una continuación del gran holocausto contra Gaza».
GARA |
La visita del vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, a Ramallah dejó patente una vez más «el continuo e inquebrantable compromiso» de Washington con «la seguridad de Israel».
En la rueda de prensa realizada tras reunirse con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, y su primer ministro, Salam Fayyad, Cheney afirmó que la creación de un Estado palestino debía haberse producido «hace mucho tiempo» y que las partes implicadas en el conflicto deberán hacer «dolorosas concesiones» para alcanzar la paz.
«También requerirá de una determinación para derrotar a aquellos que están comprometidos con la violencia y que rechazan el derecho básico de existir de la otra parte», remarcó.
En ese sentido, reiteró «el rechazo y la condena estadounidense al lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza contra las comunidades del sur de Israel». Incidió en que estos ataques «perjudican las aspiraciones legítimas» del pueblo palestino.
Cheney, que en ningún momento se refirió a las ofensivas aéreas y terrestres israelíes, insistió en que «el terrorismo y los cohetes no sólo matan a civiles inocentes, también matan las esperanzas y aspiraciones legítimas del pueblo palestino. Esa es una verdad difícil pero inmutable que debemos repetir».
Asimismo, condicionó el apoyo de Washington a la instauración de un Estado palestino a «la lucha contra el terrorismo»: «Estados Unidos se compromete a proporcionar a los palestinos los medios necesarios para establecer las infraestructuras que permitan el establecimiento de una democracia estable, segura y próspera dirigida por un Gobierno que se una a la lucha contra el terrorismo».
En el encuentro previo que mantuvo con el presidente israelí Simon Peres, Cheney manifestó que están «activamente involucrados en tratar las amenazas que vemos emerger en la región, que no son sólo una amenaza para Israel, también lo son para Estados Unidos», dijo en alusión a Irán y Siria.
Por su parte, Abbas aprovechó la comparecencia junto al vicepresidente estadounidense para condenar los ataques con cohetes y destacar que «la paz será capaz de vencer a los poderes del extremismo y terrorismo».
Al mismo tiempo, denunció «la ampliación de asentamientos, la creación de puestos de control, la ofensiva militar en Gaza y los arrestos en Cisjordania». Tras agradecer «los esfuerzos» de EEUU, defendió «una paz que trate todos los asuntos relacionados con el estatus permanente, incluido Jerusalén y los refugiados».
Por contra, Hamas criticó duramente las palabras de Cheney que consideró «provocativas, totalmente sesgadas en favor de la ocupación israelí e injustas». «Son indignantes y suponen una continuación del gran holocausto contra Gaza. Certifican que la Administración estadounidense es socia de la ocupación y de los crímenes de Israel contra el pueblo palestino», añadió Fawzi Barhum, portavoz del movimiento islámico.
Hamas y al Fatah firmaron en la capital yemení un principio de acuerdo de reconciliación por el que se comprometen a «reanudar el diálogo entre los dos movimientos para lograr que la situación palestina vuelva a lo que fue antes de los incidentes de Gaza». El texto, bautizado como la «Declaración de Sanaa», reafirmó «la unidad del pueblo palestino».
El sábado, el presidente yemení Ali Abdullah Saleh les emplazó personalmente a que continuasen con las conversaciones, que estaban al borde del colapso. Ayer, Azzam al Ahmed, representante de al Fatah, y Mousa Abu Marzouk, jefe del equipo negociador de Hamas, escenificaron la firma de esta hoja de ruta que contempla la reanudación del diálogo tomando como base los acuerdos de El Cairo en 2005 y el de la Meca en 2007, la convocatoria de elecciones anticipadas, la formación de otro Gobierno de unidad, la reforma de las fuerzas se seguridad y que todas las instituciones palestinas estén sometidas a la ley y a las autoridades ejecutivas, y libres de cualquier tipo de discriminación. Saleh resaltó la importancia de este acuerdo porque servirá para «restaurar la confianza». «Lo firmado hoy aquí estará en la agenda de la próxima cumbre de la Liga Árabe en Damasco. Si Dios lo quiere, se convertirá en una iniciativa árabe y no yemení».
Consciente de su «fragilidad», subrayó que estará muy pendiente de «las dificultades» que puedan haber.
A partir de ahora se espera que la nueva ronda de diálogos comience el 5 de abril en un lugar todavía sin concretar, aunque Yemen ya se ofreció como anfitrión.