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Bofetada monumental en Zurbano

Begar León saca los colores a un Baskonia vergonzante e indolente

El conjunto gasteiztarra, que cuajó un mal partido en cuanto a actitud, fue vapuleado con merecimiento por los de Gustavo Aranzana

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TAU BASKONIA 88

BEGAR LEÓN 93

Arnaitz GORRITI | GASTEIZ

Si contra el Fenerbahçe-Ulker Tau Baskonia dio una imagen pésima, en la tarde de ayer, en su pabellón, en Zurbano, hizo lo propio ante el colista de la ACB. El Grupo Begar León puso en evidencia a un conjunto baskonista que, por pura indolencia, prepotencia... dio vergüenza ajena y recibió la bofetada más dolorosa de la temporada con todo merecimiento.

A sabiendas de que Estudiantes, Cajasol y ViveMenorca habían ganado en los partidos del mediodía, los de Gustavo Aranzana saltaron al parqué con más hambre, más ganas y mayor concentración. Mientras, el Tau Baskonia no sabía ni por dónde le venían los golpes. Jugadores como Will McDonald -una de las mayores decepciones del año- mostraron su imposibilidad de merecer vestir la camiseta baskonista.

El desbarajuste no tuvo interrupción sino a base de golpes sincopados de los gasteiztarras. Los bases baskonistas no dieron ni la mitad de lo que pueden dar y tal vez Splitter, y la mano de Teletovic, fueron lo poco salvable del Tau Baskonia. La última ventaja gasteiztarra se vio en el segundo cuarto y con una diferencia mínima: 35-34. Siempre estuvieron por detrás.

Los castellanos no iban a regalar nada y de la mano del donostiarra Urko Otegi y del pívot Bruno Sundov, que tomaron el testigo al trío Urtasun-Bulfoni-Barnes, el choque llegaba al descanso 35-38.

Para más inri, la victoria se veía en la mano, a pesar de la horrible imagen. Por ello, el público de Zurbano despidió con leves pitos la salida de los suyos a vestuarios.

Alerta roja

Parecía que al regreso de los vestuarios Tau Baskonia reaccionaba. Después de estar desaparecido durante la primera mitad, Mickeal comenzaba a anotar y Splitter empataba a 41.

Pero aquello no era más que un espejismo, ya que Grupo Begar León, de la mano de un «Tuqui» Bulfoni letal, lograba un parcial de 2-13. Los pitidos del Araba Arena ya eran bastante más que leves y el marcador indicaba un asombroso 43-53. La alerta roja saltaba.

Y tanto saltaban las alarmas que, por perder absurdamente los nervios, Neven Spahija veía una técnica. Ello soliviantó al público de Zurbano, y, al fin, parecía espolear a los jugadores. Aunque Mickeal y Splitter lideraban la pretendida remontada, la seriedad castellana aguantaba el tirón: del 49-58 al 58-65 al final del tercer cuarto. La defensa ya no era tan endeble, pero los leoneses no iban a dejarse remontar así como así.

El partido tenía un cariz horroroso. Entre Bulfoni y el navarro Urtasun, Grupo Begar León puso la directa y se encontró con la máxima diferencia: 60-73, y tiempo muerto de un Spahija descolocado.

Con el último medio cuarto por jugarse, no quedaba otra que cargar. Teletovic y Planinic asumían la responsabilidad anotadora -Splitter volvería del banquillo para cometer su quinta falta-, pero esas acciones aisladas no le dieron la vuelta al luminoso: una «bombita» de Urtasun -23 puntos y 8 rebotes del iruindarra- y un triple de Jackson certificaron una derrota ignominiosa de un Tau Baskonia que murió de prepotencia.

 

Buen partido de los vascos de León

Ni Urko Otegi ni Txemi Urtasun jugarán jamás una Final Four, pero sí son buenos jugadores. El pívot donostiarra se fajó como en él es habitual, mientras que Urtasun rozó el MVP con 23 puntos, 8 rebotes y 37 de valoración.

Spahija: «El equipo no está bien y, como entrenador, es mi responsabilidad»

«¿Qué puedo decir después de una derrota así? Con todo el respeto, León es un equipo inferior a Tau Baskonia. Pero, a pesar de preparar el partido como otro cualquiera, ya que decimos que no hay partidos `pequeños', los jugadores han tenido una mala reacción», declaró Neven Spahija.

Según el criterio del croata, su equipo comenzó el choque «con buena actitud, sólo que el ataque fue un desastre, con miedo y sin timing».

Spahija vio en el tercer cuarto la clave de su derrota. «El equipo deja de jugar, León anota fácilmente y nosotros casi no tenemos faltas».

Como corolario, el de Sibenik puso en sus labios una evidencia algo baldía: «El equipo no está bien y, como entrenador, es mi responsabilidad». A.G.

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