Miles de japoneses rechazan los «crímenes» de militares estadounidenses en Okinawa
Cerca de 6.000 personas se manifestaron ayer en Okinawa para denunciar la actuación de las tropas estadounidenses desplegadas en esta isla japonesa y exigir su retirada. Las acusaciones contra marines por violación han aumentado en los últimos meses.
GARA |
Miles de japoneses se manifestaron en Chatan, situada al sur de Okinawa, para rechazar los «crímenes» cometidos por marines de Estados Unidos y exigir su salida de esta isla del sur de Japón. Esta nueva protesta se produce después de que hace un mes fuera detenido un marine como presunto autor de la violación de una adolescente.
«Los crímenes y accidentes debido a estas bases han ocurrido una y otra vez, y Okinawa ha protestado con intensidad ante los gobiernos estadounidense y japonés», recordó la alcaldesa de la ciudad, Mitsuko Tomon. «Pero, nuestras voces siempre han sido pisoteadas y no ha habido fin a estos crímenes atroces», denunció. La detención del marine Tyrone Hadnott, de 38 años, por la violación de una menor de 14 años provocó la indignación de los habitantes.
En 1995, la agresión a una niña de 12 años por parte de tres soldados generó una oleada de protestas contra la base estadounidense y la alianza entre ambos países. Las autoridades japonesas se vieron forzadas a acordar con Washington un programa de reducción de la presencia militar en Okinawa.
Los manifestantes presentaron ayer una resolución en la que piden la revisión del pacto sobre el estatus de los casi 50.000 militares que están en Japón para ampliar así el margen de actuación de las autoridades judiciales niponas. Hasta el momento, Washington y Tokio se han negado a revisarlos.
«Exigimos al Gobierno acciones efectivas para poner fin a las vulneraciones de derechos del pueblo de Okinawa, y la reducción de la presencia militar americana, en especial, de los marines», subrayaron en el texto leído por Setsuko Oshiro, presidenta de un grupo feminista.
Hadnott fue detenido fuera de la base por la Policía japonesa y entregado a las autoridades militares estadounidenses ya que la familia de la víctima retiró las acusaciones para evitar la presión mediática.
Este caso se suma a una larga lista de incidentes similares ocurridos en los últimos meses. El Ejército arrestó a uno de su soldados por una denuncia de violación interpuesta por una ciudadana filipina. Otros cuatro marines con base en Hiroshima están acusados de agredir sexualmente a una japonesa.