Por la vía del máximo sufrimiento, pero el Deportivo Alavés tuvo ayer su «Domingo de resurrección» en el Nuevo Arcángel de Córdoba, donde consiguió su tercera victoria a domicilio de la temporada, algo que no había logrado en los tres últimos meses. Aunque sin ninguna brillantez y con la tara de una nueva lesión en defensa personificada en Coromina, el equipo gasteiztarra dio ayer un paso importante en su lucha por la permanencia y sobre todo supo responder a la presión ejercida por el resto de sus rivales directos con un partido marcado por una mejora defensiva completada por una gran actuación de Bernardo.

Con mucho camino aún por recorrer, ayer le volvió a faltar algo más de criterio para sentenciar a la contra, el gran mérito en el conjunto albiazul ha llegado por haber sido capaz de ir reduciendo su porcentaje de errores, que ayer se vieron minimizados por las buenas intervenciones del portero de Zafra, que agradeció la confianza demostrada por Salmerón tras su fallo en Alicante con un partidazo. Pese a los problemas de efectivos en la zaga -otra de las buenas noticias de ayer fue el regreso de Tarantino- el Alavés sólo ha encajado dos goles en los últimos cuatro partidos y eso le ha permitido sumar cinco puntos en los tres últimos encuentros a pesar de que Aganzo y Toni Moral, sus dos referencias en el apartado ofensivo, no estén aportando esos goles que se les deben exigir.

Ayer fue Mena, otro que llevaba tiempo lejos de su nivel el que puso por delante al Alavés en el minuto 17 tras aprovechar un rechace de Julio Iglesias a un remate flojo pero colocado de Stevanovic. Sin acertar a dormir el partido, los albiazules aprendieron de su error en Alicante y pudieron manejar mucho mejor la renta en el marcador e incluso dispusieron de alguna buena ocasión en fallos de la zaga local que Aganzo no acertó a definir.

Lesión de Coromina

Sin embargo, la lesión de Coromina pasada la media hora de juego trastocó al Alavés, que necesitó demasiado tiempo para recolocarse sobre el césped. Salmerón reaccionó dando entrada a Calderón en el lateral derecho, con Edu Alonso por delante suyo y Stevanovic acompañando a Lacen en el pivote.

A medida que el Alavés perdía el rigor sobre el césped fue emergiendo la figura de Bernardo, que ya antes del descanso evitó el empate con una gran parada a Pablo.

Pese a los retoques del descanso y otra clara oportunidad para sentenciar en una combinación entre Aganzo y Mena en la que el balón se marchó fuera por muy poco, Bernardo volvió a ser el punto en el que apoyarse ante el asedio local.

A partir de este instante, los dos entrenadores trataron de llevar el partido a su terreno. Salmerón trató de frenar el agobio con otra cambio táctico, pasando a jugar con un 4-4-2 con la salida de Raúl Sánchez en sustitución de Toni Moral. Paco Jémez, por su parte, quemó todas sus naves con la entrada de Javi Moreno por un lateral.

Afortunadamente, el de Silla no sacó a relucir su olfato goleador aunque estuvo cerca y el último recurso de Salmerón, terminando jugando con tres centrales tras la entrada de Tarantino, tuvo su recompensa y se pudo aguantar la victoria.