Roberto García Ariño y Jokin Etxaniz serán los botilleros de Olaizola II-Mendizabal II y Titín III-Laskurain, respectivamente, en la final del Campeonato de Parejas que tendrá lugar mañana en el Ogeta de Gasteiz. Su trabajo en la contracancha, aunque no sirva para subir tantos al luminoso, se antoja muy importante en vista de que los dos zagueros finalistas se encuentran, por primera vez en su trayectoria profesional, a un solo partido de conseguir una txapela de primer orden.

García Ariño no ha esperado a que llegue el día de la final para preocuparse por el estado emocional de Oier Mendizabal. «Ya le he preguntado cómo se encuentra, y me dijo que está tranquilo. Le contesté que es malo estar demasiado tranquilo, que tuviera cuidado, puesto que siempre es bueno tener un poco de tensión en el cuerpo. Antes de la final hay que tener ansiedad, y saber convivir con ella. Una vez en la cancha, lo que hay que hacer es jugar», explicó el botillero de Asegarce.

En su opinión, pese a la importancia de la cita del domingo, es muy difícil que su pupilo más joven disfrute a lo largo del encuentro. «No puede estar más contento, puesto que empezó jugando en el campeonato de Segunda y ha llegado hasta aquí. Ha cumplido para toda la temporada. Por lo tanto, le podemos decir que salga a la final a disfrutar, pero el problema es que en las finales no se disfruta. Puedes disfrutar después de una final, viendo lo que has conseguido, pero en la propia final es muy difícil que puedas disfrutar», destacó.

García Ariño reconoce que los botilleros también sufren en los partidos. «De todos modos, estoy seguro de que no sufriré tanto como el año pasado. Desde fuera veía el partido muy claro, y los pelotaris fueron incapaces de hacer lo que les decía. Les repetía que pegaran atrás, y hacían una dejada en el ancho. Tuvimos la final en las manos, pero nuestros fallos dieron la txapela a los rivales», recordó, en referencia a la final del Campeonato de Parejas de 2007 en la que Olaizola I y Beloki perdieron frente a Xala y Martínez de Eulate (18-22).

El vizcaino ha perdido dos finales consecutivas como botillero, todo lo contrario que Jokin Etxaniz, su homólogo en el partido de mañana en el Ogeta. El de Bergara ha ganado los dos últimos torneos de Parejas desde la contracancha. «Me gustaría prolongar esa racha, pero en las anteriores finales yo no hice ningún tanto. No es relevante que esté yo u otra persona de botillero», declaró.

En su caso, se centrará principlamente en tranquilizar a Aritz Laskurain. «Tiene un carácter tranquilo, pero en los partidos se pone nervioso. Y es que le cuesta encontrar el sitio en el peloteo de principio de encuentro. Mi objetivo es que disfrute lo máximo posible de la final. Le he dicho que son días grandes y que hay que saber vivirlos, que llega muy poca gente a las finales y que no se puede saltar a la cancha agarrotado. Ha pasado momentos muy duros en su trayectoria deportiva, y éstas son situaciones bonitas», indicó.

«El inicio será muy importante»

Se encuentra confiado de las posibilidades de su zaguero, pese a que éste sólo ha jugado dos partidos en el Ogeta desde que es profesional. «Es un frontón duro, sobre todo para los zagueros. Más duro todavía si nunca has jugado en él. Es difícil adaptarse en un solo choque, por eso hemos entrenado dos veces aquí en la última semana. Afortunadamente, Laskurain le ha cogido la medida al frontón. Todas mis dudas se han esfumado», subrayó Etxaniz.

El botillero de Aspe tiene claro dónde puede estar la clave de la final. «El inicio será muy importante. Empezar bien siempre es importante en este frontón, más aún en una final», añadió.