La UE rechaza la violencia en Tíbet pero no se plantea el boicot a los Juegos Olímpicos
La Unión Europea aprobó ayer, por unanimidad, una declaración en la que pide el «fin de la violencia» en Tíbet, pero descartó presionar a las autoridades chinas con un boicot a los Juegos Olímpicos de Beijing. El líder espiritual y político de los tibetanos, el Dalai Lama, volvió a defender el derecho de China a celebrar las Olimpiadas, pero insistió en que las autoridades de Beijing están cometiendo un «genocidio cultural» en su país con el traslado de miles de colonos.
GARA |
«La Unión Europea no tiene un equipo para competir en los Juegos Olímpicos. Debemos separar el respeto a los derechos humanos y eventos de este tipo», remarcó en rueda de prensa el presidente de turno del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE, el esloveno Dimitrij Rupel, tras presentar la declaración unánime aprobada por los Veintisiete.
Sin embargo, la postura de los socios comunitarios es diferente y mientras Alemania, Polonia y República Checa han anunciado que sus líderes políticos no asistirán a las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de agosto en Beijing, otros, como los estados español y francés, prefieren dejar en el aire su decisión. De hecho, el que será presidente de turno de la UE en esas fechas, el galo Nicolas Sarkozy, no ha cerrado la puerta a su posible asistencia, aunque fue uno de los primeros en sugerir un «posible boicot».
En el texto consensuado ayer por los ministros de Asuntos Exteriores de la UE ni siquiera se menciona la posibilidad de vincular los Juegos Olímpicos a la condena al Gobierno chino por la represión ejercida en Tíbet. La UE «reitera su profunda preocupación sobre los acontecimientos», «condena todo tipo de violencia» y «ofrece sus respetos a las víctimas», afirma el comunicado.
En este sentido, los Veintisiete se alinean con los llamamientos del líder espiritual y político de los tibetanos, el Dalai Lama, a favor de la no violencia y de la autonomía y no la independencia de Tíbet, al tiempo que también apoyan su defensa de un diálogo constructivo dirigido a cuestiones fundamentales como la preservación de la lengua, la cultura, la religión y las tradiciones tibetanas.
Piden, asimismo, que los detenidos sean tratados conforme a las leyes internacionales y que se respete la libertad de información.
La declaración asegura, además, que la UE «continuará prestando toda su atención a la situación de los derechos humanos en China».
Coincidiendo con el pronunciamiento de la UE, el Dalai Lama reiteró su apoyo a la celebración de los Juegos Olímpicos en China, cuyo Gobierno intenta evitar un boicot.
«He dicho que ellos merecen acoger los famosos juegos porque son la nación más poblada del mundo. Mi posición es la misma pese a la represión en Tíbet», declaró en rueda de prensa en Nueva Delhi tras encabezar un rezo, ante el monumento al Mahatma Gandhi en memoria de los muertos durante la revuelta en Tíbet. El líder tibetano expresó también su respeto a la antorcha olímpica que, en su periplo desde Atenas a Beijing, está siendo motivo de múltiples protestas.
Traslado de colonos
No obstante, el Dalai Lama, que volvió a apelar a la ayuda de la comunidad internacional para resolver esta crisis, denunció de nuevo el «genocidio cultural» que las autoridades chinas están llevando a cabo en su país con el traslado de centenares de miles de colonos chinos con el fin, según ha mantenido en reiteradas ocasiones, de hacer desaparecer su lengua, tradiciones y costumbres».
«Por lo tanto la agresión demográfica es muy muy seria. Beijing ya tiene medio millón de sus ciudadanos en Tíbet y ya está preparado para establecer medio millón más después de los Juegos Olímpicos -aseguró-. Esto es serio. Describe perfectamente una forma de genocidio cultural».
Mientras tanto, no se sabe lo que realmente está ocurriendo en Tíbet, en cuya capital, Lhasa, las fuerzas de seguridad bloquearon varias zonas -entre ellas los principales templos budistas- para evitar que se reproduzcan los incidentes de las semanas pasadas, según las autoridades chinas. Al mismo tiempo, desde el exilio, los tibetanos indicaron que están investigando los informes sobre nuevas protestas, que coinciden con la visita al lugar de un grupo de diplomáticos invitados por el Gobierno de Beijing.
Por otro lado, el Ejecutivo ha prometido compensar económicamente a las familias de las víctimas civiles de las protestas del Lhasa y anunció que distribuirá unos 18.097 euros entre los allegados de los 19 fallecidos. Los tibetanos en el exilio, sin embargo, mantienen que la cifra de muertos ronda las 140 personas.
Además, la agencia oficial Xinhua informó de que «se están adoptando medidas para ayudar a la gente a reparar sus viviendas y comercios dañados durante los disturbios».
Las protestas continuaron ayer en todo el mundo. La manifestación realizada en la vecina Nepal ante la embajada china se saldó con la detención de 84 personas, la mayoría monjes budistas.
El Dalai Lama, de 72 años, insistió en que es posible que pronto dimita «completa y voluntariamente» como líder espiritual y político de los tibetanos para tener más tiempo para prepararse para su «futura vida». «Ya estoy semirretirado», afirmó.