Bush trata de forzar a la OTAN para que dé brillo a su nefasto legado
Pocos dudan a estas alturas en destacar, en la presidencia de Bush, una temeridad rayana en la imbecilidad. Y a meses de su retirada, el inquilino de la Casa Blanca está dispuesto a multiplicar la tensión con Rusia insistiendo en apadrinar la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN. Ello en aras a dar lustre a su infame legado. Su insistencia en pedir más tropas para Afganistán tiene otra lectura. La del ahogado.
Dabid LAZKANOITURBURU |
Bush tiene prisa. Fue el primer jefe de Estado de la OTAN en llegar ayer a Bucarest con motivo de la cumbre que se desarrolla hasta el viernes en el gigantesco Palacio del Pueblo de Nicolae Ceaucescu. Y no dudó en entrar al trapo de la controversia en el seno de la alianza militar y en espolear a sus aliados europeos, insistiendo en que la OTAN debe mantener abiertas sus puertas a nuevos socios y en que debe contribuir con más tropas a su aventura en Afganistán.
Su discurso, escasas horas antes de la apertura de la cumbre, más pareció un testamento atlantista dirigido a la Alianza, a Europa y a todo el mundo.
«Es mi última cumbre. Los días que vienen serán un período de trabajo intenso (...) una ocasión de rememorar el camino realizado en los últimos siete años y de atisbar el que debemos recorrer aún con los desafíos que nos esperan», aseguró.
En tono visionario, Bush destacó que el círculo se ha cerrado, desde el debut de su Presidencia, desde cuando vaticinó en junio de 2001 en Varsovia una Europa en la que las «nuevas democracias post-comunistas» serían integradas a la Alianza Atlántica hasta el día de ayer, en el que certificó desde la capital rumana que su promesa se habría hecho realidad.
Del Báltico al Mar Negro
«La OTAN que se reúne aquí esta semana se extiende a día de hoy desde las orillas de Klaipeda (Lituania) hasta las playas de Netptuno (Rumanía)», añadió, para reivindicar que el proceso no se detenga y se den señales claras de acogida a Ucrania, Georgia, Montenegro e incluso a Bosnia-Herzegovina.
Su discurso evocó la llamada «agenda por la libertad», eufemismo con el que la Presidencia de Bush ha presentado la integración en la OTAN de los países del Bloque Oriental. Una agenda para la libertad que, junto a las invasiones de Irak y Afganistán, «la guerra al terror», ha sido el eje de su mandato.
Un mandato que expira en unos meses, en enero de 2009. Y Bush, entusiasta de la ampliación sin límite de la OTAN, quiere lavar su legado. Poco importa que él insista en los últimos meses en que le preocupa poco su imagen para la posteridad y que recuerde, pretencioso él, que los historiadores siguen debatiendo, 200 años después, el legado del primer presidente de EEUU, George Washington. En el sexto año de una empantanada ocupación de Irak, la Casa Blanca no oculta su frustración cuando este otro George, pero Bush junior, lleva camino de ser laureado como el peor presidente de la historia de esta nación.
Así se explica su insistencia en apadrinar unas negociaciones asimétricas entre Israel y la debilitada Autoridad Palestina para intentar presentar un «acuerdo de paz» antes de que expire su mandato. O su reciente visita a África, en un intento de mostrar otra imagen de «América» más allá de las torturas en Guantánamo o en Abu Ghraib o los excesos en su llamada «guerra al terror».
En primera línea, Afganistán
Ello explica a su vez la insistencia de Bush -equiparable a la agresividad que ha mostrado el Pentágono en los últimos meses- en exigir a sus aliados europeos que contribuyan con más tropas a otro de los pantanales en los que EEUU metió al mundo en vendetta por los ataques del 11-S, Afganistán.
«La amenaza terrorista es real y mortífera y vencer al enemigo es la primera prioridad» de la OTAN, insistió.
Bush puso como ejemplo la decisión del Pentágono de enviar otros 3.000 marines al escenario afgano y los compromisos de refuerzo explicitados por el Gobierno francés y el anfitrión rumano, entre otros.
Se entiende perfectamente su urgencia. Un fracaso en Afganistán sería para Washington una derrota doble, habida cuenta de que la Administración Bush es acusada por la oposición demócrata y por no pocos republicanos de haber dejado pudrirse el escenario afgano al embarcarse en su aventura en Irak.
Los 26 aliados se muestran unánimes sobre la necesidad de vencer a la resistencia talibán. No obstante, discrepan a la hora de comprometer el grado de compromiso que les exige EEUU, que no ha dudado en acusar -explícitamente en el caso de Alemania- a algunos de ellos de racanear tropas y de negarse a desplegarse en las zonas de combate abierto.
Solución de compromiso
No es el relativo a Afganistán el único escollo para la unanimidad en la cumbre de Bucarest. La cuestión de la invitación a Ucrania y Georgia levanta muchas ampollas.
Tal y como hiciera la víspera el Gobierno francés, el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, insistió en la tesis de Berlín de que «no hay este año ninguna razón imperiosa de enconar aún más las relaciones con Rusia», ya tensas después de que Occidente haya reconocido la independencia de Kosovo frente a Moscú.
Analistas apuntan ya a una posible solución de compromiso, que consistiría en que la OTAN «consensuará un acuerdo de principio sobre la inclusión de ambos países al Plan de Acción para la Adhesión (MAP, por sus siglas en inglés), pero la decisión definitiva podría ser retrasada para más tarde, de aquí a final de año», apunta Vadim Karassiov, del Instituto de Estrategias Mundiales de Kiev.
Ello permitiría a la OTAN testar la política internacional del futuro presidente ruso, Dimitri Medvedev. El Kremlin ya ha advertido de que no habrá cambios tras el relevo de Putin.
El comisario de la UE para la Ampliación, Olli Rehn, aseguró que un ingreso de Croacia, Albania y Macedonia en la OTAN podría facilitar su futura entrada en el club europeo. Macedonia cuenta con el hándicap del veto de Grecia, lo que podría congelar movimientos hacia Albania.
«Estatu Batuetako base bat hemen, zergatik ez? Sobiet Batasunak gure basoetan ezkutatuta zituen misil-jaurtigailuekin ez geunden okerrago. Dena den, sekula inork ez digu iritzirik galdetu», adierazi zuen Redzikowoeko biztanle batek.
Poloniaren iparraldean dagoen herri honetan, Estatu Batuek hamar misil-jaurtigailu ipini nahi dituzte. Misilak Txekiako Errepublikan ipiniko duten radar bati lotuta egongo dira. Washingtonek «segurtasuna» aipatu du hainbeste eztabaida sorrarazi duen proiektu honen defentsan. Errusia kontra azaldu da erabat, bere segurtasunerako «mehatxua» dela esanez. «Polonia peoi bat besterik ez da. Badirudi erabakia hartuta dutela jada. Atzerriko enpresak etorri dira aireportua egon zen lur eremuetan zundaketa lanak egiteko», gaineratu du Redzikowoeko bizilagun honek.
Aipatu duen lur eremuak 400 hektarea ditu. Gobernu komunistaren garaian, 2.500 soldaduz osatutako Aire Armadaren talde bat egon zen han. Lurreratzeko pistak 2.3000 metro zituen. Sobiet Batasunaren Armadaren azpiegitura ugari Poloniaren iparraldeko zonalde honetan zeuden. «Gerrarik izatekotan, lehen jomuga ginen, errusiarrek indar militarrak eskualde honetan baitzituzten», gogora ekarri zuen militar ohi batek. Redzikowoeko alkatearen aburuz, «eskualdea benetan aproposa da militar gaietarako. Duela gutxi jakin genuen hemendik lau bat kilometrora dagoen basoan Mendebaldeari eraso egiteko misil sobietarrak» zeudela. Bigarren Mundu Gerran, bertatik atera ziren 1939ko irailean Polonia bonbardatzeko erabili ziren hegazkinak.
Milaka poliziak zaintzen zituzten atzo Bukaresteko kaleak, Armadaren helikopteroek zerutik den-dena kontrolatzen zuten bitartean. Segurtasun neurriak begi bistakoak ziren Errumaniako hiriburuan. Nicolae Ceaucescuk eraikitzea agindu zuen «Herriaren jauregia»n egin zuen NATOk orain arteko bilararik garrantzitsuena. Pentagonoaren atzetik eta eremuari dagokionez, munduko eraikinik handiena da jauregi hau. 330.000 metro karratuko azalera eta 16 solairu ditu. Horietatik lau lur azpian daude. Era berean, bonba atomikoen kontrako bunker bi ditu. Hain handia izanagatik, eraikinaren hiru laurden baino gutxiago erabiliko dituzte bilkurarako. Erlojua eskuan, gela batetik besterako bidea egiteko hamarnaka minutu behar zirela konturatu ziren.
Guztia kontrolpean edukitzeko hartu dituzten neurriei «zentzurik gabeko» iritzi diote batzuek. Adibide bat jartzearren, herritarrek debekatuta zuten leihoetara gerturatzea. Hori egiteagatik tiroka zitzaketen.
La Policía alemana detuvo ayer a 54 jóvenes, la mayor parte procedentes de Alemania, a los que incautó pancartas contra la cumbre de la OTAN. Anunció luego la expulsión de varios de ellos y la puesta en libertad del resto.