Violación de derechos
La ONU constata que el Estado francés discrimina a las minorías
Un informe elaborado por una experta de la ONU en cuestiones relativas a las minorías ha constatado que las lenguas y los derechos culturales de dichos colectivos no son respetados en el Estado francés. El documento remarca que «las comunidades minoritarias son víctimas de una verdadera discriminación racial anclada en las mentalidades y en las instituciones» e insta al Gobierno a tener en cuenta el estudio y a adoptar medidas, entre las que detalla algunas.
Arantxa MANTEROLA | BAIONA
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha examinado el informe encargado a la experta independiente Gay McDougall, especialista en cuestiones relativas a las minorías cuyo estudio ha sido publicado a principios de marzo.
De él se desprende que, entre otros, los derechos lingüísticos y culturales de las minorías no son respetados en el Estado francés y que, en el caso de comunidades minoritarias «visibles» provenientes de la inmigración, las discrimaciones son aún más patentes. Para realizar el estudio, la experta estadounidense se desplazó al Estado francés en setiembre pasado y se reunió con ministros y altos representantes del Gobierno y también con jerarcas religiosos y con grupos y colectivos de la sociedad civil.
Entre ellos recibió en París a intelectuales y representantes de minorías lingüísticas y culturales de diferentes nacionalidades del Estado; concretamente bretones, catalanes, occitanos y vascos que, como recoge el informe, le ofrecieron su lectura de la situación, poniendo el acento en las dificultades para mantener vivas sus lenguas a pesar de la voluntad manifiesta de las diferentes comunidades por salvaguardarlas.
Precisaron a la experta delegada por la ONU que el descenso de interlocutores y conocedores de sus respectivas lenguas se ha acrecentado desde que en 1992 se modificara la Constitución reforzando la idea de que el francés es la lengua de la República, por lo que el Gobierno «ha intensificado su promoción en detrimento de las lenguas regionales», y que el hecho de que no haya un reconocimiento oficial y un estatuto jurídico que las ampare hace que estén «realmente amenazadas».
En contradicción
Dicha lectura contrasta con la presentada por los representantes del Gobierno, quienes indi-caron a McDougall que «en el sistema educativo francés el aprendizaje de las lenguas regionales y minoritarias es optativo y que se contrata a docentes específicos» para tal fin. También reseñaron la creación de «mu-seos y centros culturales y la realización de festivales y actos orientados al fomento de esos patrimonios culturales» que son apoyados por el Ministerio de Cultura.
Por su parte, la experta independiente considera que estas cuestiones «relevan directamente» de la Declaración de Derechos de las Minorías de 1992, cuyo objetivo es preservar la identidad lingüística, religiosa o cultural «incluso en los casos en los que las minorías lingüísticas estén relativamente bien integradas en los campos económico, social y político».
Recuerda que el Estado tiene la obligación de crear condiciones favorables a tal efecto y considera que «por las informaciones recibidas se deduce que las políticas y prácticas en Francia deben ser examinadas y corregidas en concertación con las comunidades afectadas con el fin de establecer actuaciones y políticas coherentes».
McDougall concluye que «a pesar de la existencia de ingente legislación contra la discriminación», los miembros de las comunidades minoritarias sufren una «discriminación real» y que el «rechazo político» a reconocer ese estado de cosas «impide la adopción de medidas para garantizar la aplicación de las disposiciones legales».
Reconocer la realidad
Entre las medidas correctoras que propone, recomienda que el Gobierno comience por «reconocer la realidad»; es decir, por «reconocer la existencia de minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas en su territorio y retirar la reservas al artículo 27 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (1966)» que utiliza para desgajarse de las obligaciones que conlleva al argumentar que en el Estado francés no existen minorías.
También recomienda que París ratifique los instrumentos europeos relativos a los Derechos Humanos en materia de derechos de las minorías y, en concreto, el Protocolo nº 12 del Convenio de salvaguarda de los derechos humanos y libertades fundamentales y el Convenio-marco del Consejo de Europa para la protección de las minorías nacionales.
En el campo más específico de los derechos lingüísticos, la ponente apoya los llamamientos que se le hacen al Estado francés para que ratifique la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias «para permitir preservar y promover el rico patrimonio cultural y lingüístico», y afirma que «el Gobierno francés debería favorecer la enseñanza en las lenguas minoritarias».
Otras discriminaciones
Además de la discriminación en materia de cultura y lengua, la mayor parte del informe se centra en la vulneración de otros derechos de que son objeto minorías religiosas o provenientes de la inmigración, «aunque muchos de los ciudadanos posean la nacionalidad francesa».
De hecho, el documento subraya que «frecuentemente manifiestan la frustración que sienten cuando constatan que no es suficiente convertirse en ciudadano francés para ser aceptado plenamente por el resto de la sociedad». Ello se debe, según McDougall, a la «visión estrecha» que se tiene sobre la identidad francesa, lo que supone un gran obstáculo, máxime cuando a menudo han tenido que renunciar a aspectos esenciales de su propia identidad para acceder a la nacionalidad.
La especialista ha analizado la cuestión de la discriminación de estas comunidades también desde aspectos como el del empleo, la vivienda, la educación o la participación en la vida política y social. En este apartado ha comprobado que es «muy limitada» y que estas minorías están «subrepresentadas» en el conjunto del aparato y estructura política, lo que califica de «problema extremadamente gra- ve» sobre todo dado el aumen- to de las ideas de extrema-derecha que influyen en las decisiones políticas.
Behatokia informó a la experta de que, a pesar de los esfuerzos por mantener el euskara en Ipar Euskal Herria, en la actualidad hay 5.000 vascoparlantes menos que hace diez años.
El Estado francés considera incompatible con los principios de la República el reconocimiento oficial de los derechos de las minorías, porque da prioridad «a los derechos individuales, a la igualdad, a la unidad y a la universalidad».
Estas tres letras han solido aparecer en ciertas ofertas de empleo o de alquiler de viviendas. Aluden a los colores de la bandera francesa (Bleu, Blanc, Rouge) y son un código que significa que sólo se dirigen a los ciudadanos franceses «blancos».
Leyes como la adoptada en noviembre sobre la inmigración y medidas como los tests ADN para quienes deseen emigrar al Estado francés contribuyen, según McDougall, a generalizar un clima de sospecha y a favorecer la islamofobia.
Gay Mc Dougall NBEko ordezkariak argitaratu duen txostena Gobernu frantsesarentzat «beste zartako bat» izan dela nabarmendu zuen Paul Bilbao Behatokiko zuzendariak atzo Baionan, eta «naziorteko erakundeek Parisekiko irmotasun gehiagoz jokatzeko» garaia dela gaineratu. «Estatu frantsesak Errepublikako baloretzat hartzen duen gizabanakoen berdintasuna, finean, bereizkeria bihurtzen da, eta gutxiengoen hizkuntz eskubideak ez ditu errespetatzen», azaldu zuen.
Bere iritzian, eskubide kolektiboen babeserako nazioartean dauden oinarrizko tresnak eta hitzarmenak, «minimoak ere ez», ez ditu ez aplikatzen, ez betetzen; eta «jarrera aldaketa» ezinbestekoa dela gogorarazi zion, bidebatez, Gobernuari.
Giza Eskubideen Batzordeko Gutxiengoen Aferetako adituak, azterketa egiteko Parisen izan zelarik, Gobernuko eta Gobernuz Kanpoko Elkarteetako ordezkariekin ere topaketak izan zituen. Besteak beste, Behatokiaren ahotik eta Okzitania eta Bretainiako hizkuntz arloan jarduten duten ordezkarien ahotik, egoerari buruzko irakurketa entzuteko modua izan zuen.
Bilbaok «elementu positibotzat» jo zuen Mc Dougallek kontuan hartu izana Behatokiak emandako datu eta kexu nagusiak, hala nola euskarak jasaten duen egoera, hizkuntzen arteko desoreka, hizkuntz eskubideen urraketa... Azaldu zuenez, «horrela, adituak txostenean jaso ditu Frantziako Estatuak gutxiengoen eskubide kolektiboez dituen irizpideak, eta jarrera horrek nazioarteko hitzarmenetatik bereiztuta jokatzea dakarrela ere esan du».
Alta, aztertu dituen gutxiengoen artean «halako nahasketa» ere sumatu dute Behatokiko kideek. «Adituak, gutxiengoez ari denean, diskriminazioa orokortu egiten du, eta, nahiz eta bileran argitu genion aspalditik dauden berezko talde linguistikoak eta bestelakoak daudela, ez du banaketa hori jaso bere lanean, eta askotan garrantzi gehiago eman dio berezkoak ez diren talde horien hizkuntz diskriminazioari», zehaztu zuen Bilbaok.
Hala eta guztiz ere, adituaren ustetan Estatu frantsesak hartu beharko lituzkeen neurriak zehaztea positiboa dela esan zuen Jone Josiek, Behatokiko kideek uste ez badute ere gomendio horiek beteko direnik. Eskaera zertxobait areagotzeko, hilaren amaieran Genevan bilduko den NBEko Eskubide Ekonomiko, Sozial eta Kulturaleko batzordekideei neurrion berri emango diete, «Estatu frantseseko ebaluazioa egiten dutenean, kontuan hartu, eta betearazteko presioa egin diezaieten Parisko agintariei». A. M.
Muchos gitanos se ven privados del derecho de voto porque se les exige un empadronamiento fijo de tres años mínimo cuando para los demás ciuadadanos es de seis meses. El estilo de vida de esta comunidad hace que de facto no puedan votar o ser electos.