Un mundo más «multilateral» que aun y todo rezuma el hegemonismo de los antiguos bloques
Tras casi dos décadas de hegemonía mundial de los Estados Unidos, Rusia ha vuelto a resurgir en la esfera internacional y reivindica su condición de aliado para unas cosas y de adversario para otras. Una vez recuperados el estatus, el orgullo y el presupuesto, Rusia no quiere ser convidada de piedra del bloque atlántico y exige negociar de tú a tú las medidas que le afectan directamente. Y para reforzar su posición en lo referente a esas medidas también va a utilizar situaciones que no le afectan tan directamente. La disputa entre la OTAN -en realidad, los EUA- y Rusia ha evidenciado la terrible situación en la que se encuentran hoy en día las relaciones internacionales. La acertada pregunta de Putin -¿Contra quién existe la OTAN si la URSS ya no existe?- se puede responder con otra pregunta: ¿Para qué existe la ONU si los EUA y Rusia discuten, negocian y acuerdan los temas sobre los que esa institución tiene plenas competencias y, además, no hacen caso de sus recomendaciones si no es para bloquear la postura rival? Al fin y al cabo, tras la disputa están las pretensiones armamentistas de unos y otros. Justo lo opuesto al proyecto de no proliferación y desarme que la actual ONU es incapaz de defender.