El director donostiarra Iván Zulueta considera que «Arrebato» es una película «honrada»
El segundo, y último, trabajo cinematográfico del donostiarra Iván Zulueta, «Arrebato», estrenado en 1980, ha sido galardonado como la Película de Oro de la undécima edición del Festival de Cine de Málaga.
GARA | MÁLAGA
Para el director, además de artista plástico, Iván Zulueta «Arrebato», la cinta que ha sido elegida como Película de Oro de la undécima edición del Festival de Málaga, es una película «honrada», que «ha visto más gente de lo que se dice». Fue precisamente el director donostiarra, junto a algunos de los protagonistas, el que acudió la noche del lunes al malagueño Teatro Cervantes a recoger la correspondiente Biznaga de Plata.
La película fue un experimento visual, poético e inquietante, referencia para toda una generación. Segunda, y hasta el momento, última película de Zulueta, se estrenó en 1980 en el Cine Azul de Madrid, convirtiéndose inmediatamente en uno de los títulos más extraños y perturbadores de la década.
«Arrebato» habla de cine dentro del cine, del poder autodestructivo de la droga, insinuando el paralelismo entre ambos mundos como un refugio para los que se niegan a crecer.
Zulueta, que ofreció una rueda de prensa en el marco del festival malagueño, manifestó que es el primer homenaje al que asiste, porque no suele prodigarse por estos actos. Destacó que el recuerdo que guarda es «fabuloso», resaltando el rodaje en una casita en La Mata, que les gustó tanto que duró bastante más de lo previsto.
Luego se trasladaron a Madrid, lo que «a mí me daba muchísimo miedo», pero «también se transformó en otra maravilla», tal y como afirmó.
El guión
«Lo que es cierto es que yo pretendía haber trabajado mucho más el guión», apuntó Zulueta, pero explicó que no pudo ser porque todo se precipitó y las circunstancias les llevaron a «tener que rodarla como fuese», y «yo asumía todos los horrores que pudiesen salir de ahí, pero recompensaba».
Todo esto hizo que el cineasta haya visto el resultado unas seis veces, porque «me duele demasiado», aunque «asombrosamente para mí, la película gustaba», señaló. Después de «Arrebato», a Zulueta le cuesta enfrentarse a la página en blanco, pero subrayó que «quisiera hacer cine», pero el problema es que «no arranco». Así, expuso que a pesar de haber trabajado con los medios «más cutres» ahora, que «tengo verdaderas facilidades por los medios que existen, no sé si por tenerlo tan fácil o tan a mano», no lo hace, aunque «no tiro la toalla».
El productor de la película, Augusto M. Torres, explicó que este proyecto se llevó a cabo gracias al periodo en el que se realizó, en el año 1977, «cuando desaparece la censura y Pilar Miró llega al Ministerio de Cultura», época en la que debutaron directores como Pedro Almodóvar o Fernando Colomo, porque «los directores podían hacer lo que quisieran con muy poco dinero».
Asimismo, indicó que costó cuatro millones de pesetas, a pesar de que se cuenta que rondó los catorce millones, al tiempo que aseveró que «Iván lo hizo todo, desde escribir el guión a montar los decorados».
Amigos del guionista Rafael Azcona, fallecido recientemente, se reunieron en el Festival de Cine de Málaga para recordarle y rendirle su particular tributo en la gala que tuvo lugar anoche en el Teatro Cervantes. Ante todo, lo definieron como «un hombre de la calle», que no era vanidoso a pesar del éxito de sus trabajos. Así, para el guionista David Trueba las conversaciones con Azcona «eran bastante reales porque era un hombre poco dado a la invención». Explicó que le conoció en 1985 y, cuando le contó que quería ser guionista, le dijo que no lo hiciera «y con el tiempo entendí por qué».