Miles de personas residentes en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba deciden estos días cómo va a ser el inicio de la etapa de escolarización de sus hijos e hijas. La prematriculación en los centros de Primaria y de Infantil de la CAV llega a su fin este viernes. En marzo se encontraron en la misma tesitura padres y madres de Nafarroa, mientras que en Ipar Euskal Herria el proceso se decide centro a centro.

A la hora de valorar si la oferta existente cubre la demanda y de hacer el balance de líneas, modelos y redes elegidas a lo largo de este proceso se podrá ver, como ocurre cada año, que muchas personas habrán quedado fuera, a pesar de necesitar y desear integrar a su hijo o hija en el sistema de enseñanza.

Lo lógico es que las instituciones públicas revisaran la oferta educativa para intentar responder mejor cada curso a una demanda tan importante. Pero no es el caso. De hecho, algunas instituciones caminan en la búsqueda de otro tipo de «alternativas», que se alejan del modelo de educación infantil para el periodo de 0 a 3 años que pone en marcha el Departamento de Educación de Lakua, y también de la configuración de una oferta integral pública para todo el ciclo de 0 a 18 años.

De escuela infantil a guardería

Esas apuestas consisten en ligar la estancia de las criaturas con el trabajo de padres y/o madres. Se trata de guarderías situadas en los propios centros de trabajo y sujetas a unos horarios que combinan con la actividad laboral de los progenitores.

Existe ya la experiencia del Parque Tecnológico de Zamudio, y en Miñano está en estudio la construcción de una guardería. Y tanto el Ayuntamiento de Gasteiz como la Diputación de Araba intentan impulsar esta infraestructura en polígonos industriales y centros de trabajo donde surja demanda.

En el caso del Ayuntamiento de Gasteiz, impulsar estos centros formaba parte de la oferta electoral del actual alcalde, Patxi Lazcoz (PSE). El Departamento de Innovación y Promoción Económica de la Diputación de Araba, que dirige Arantza Zenarruzabeitia (PNV), anunció también su intención de «instigar» a la creación de guarderías en polígonos industriales si las empresas así lo demandaban.

Hasta ahora sólo lo han pedido en Miñano, donde se va a crear de un área de servicios que contemplaría, entre otras cosas, un hotel y un complejo deportivo, y en una de las parcelas dotacionales, la creación de una guardería. Su gestión está en manos del propio Parque de Miñano y del Ayuntamiento de Gasteiz, aunque Diputación correrá con un tercio de los gastos.

La Diputación de Araba también pretende crear una guardería para los hijos e hijas de sus trabajadores, casi un millar. El teniente de diputado general Claudio Rodríguez (PNV) ha mencionado en más de una ocasión este proyecto, incluso en octubre adelantó su intención de ponerlo en marcha esta legislatura, y situarlo en un lugar próximo a la sede foral, así como la idea de flexibilizar los horarios para padres y madres. Este proyecto está aún en estudio, y parece difícil que se ponga en marcha el próximo curso.

Dudas y demandas

Este tipo de iniciativas se presentan como necesarias para avanzar en la conciliación de la vida laboral y familiar. Sin embargo, Blanca Martínez de San Vicente, de EAE-ANV, cree que constituyen «un verdadero paso atrás». La comisión de Educación de esta formación en Gasteiz analizó estos proyectos y la incidencia que pudieran tener en la red pública de enseñanza infantil.

Entre sus conclusiones, subrayan el hecho de que no se hable de escuelas infantiles, sino de «guarderías», lo que en su opinión deja bien claro que no se está hablando de un servicio educativo a las criaturas, sino de «un servicio asistencial a las familias, que responde a las necesidades derivadas de sus obligaciones laborales».

Además, critican la apuesta de este tipo de servicios, en lugar de avanzar en las fórmulas, en su opinión «más adecuadas para resolver estas situaciones» que se han aprobado en los convenios de las administraciones públicas con sus trabajadores: «permisos a padres y madres de niños en edad infantil, reducción de jornada, ayudas económicas para el cuidado». Con este tipo de actuaciones creen que «mejorarían las condiciones laborales de los trabajadores y se tendrían en cuenta las necesidades de las criaturas». De hecho, uno de los elementos más criticados por EAE-ANV es que estas guarderías situadas en los centros de trabajo alejan a los niños y niñas de su entorno natural: la casa, el parque, el barrio... «Cuando las familias de los barrios de Gasteiz están exigiendo al Departamento de Educación que responda a la demanda con una oferta adaptada a las necesidades de cada barrio, no parece adecuado plantear una oferta que diversifica, separa del entorno más próximo y dificulta la comunicación», denuncia Blanca Martínez de San Vicente.

En su opinión, lo más adecuado sería que todas las instituciones públicas analizaran la demanda y establecieran «una única oferta, con las únicas condiciones para acceder a la misma, con un único proyecto educativo y con una única bolsa de trabajo». En el mismo sentido, recientemente el Ararteko Iñiko Lamarca recomendaba aunar los criterios de acceso a este ciclo de enseñanza en la red pública, ante la preocupación porque la disparidad de criterios produce desigualdades.

Para EAE-ANV es importante además analizar elementos como el modelo educativo, la capacitación de los profesionales, o los modelos lingüísticos de los centros que oferten educación infantil, algo que consideran que no se analiza suficientemente al abordar los proyectos ligados a los centros de trabajo.