Durante la pasada campaña electoral, una de las banderas del proyecto de García Macua fue subrayar que el Bilbao Athletic debía luchar por el ascenso a Segunda A. Para buscar dicho objetivo, el abogado bilbaino confió en Juan Pedro Guzmán como responsable del equipo y en Kike Liñero-que llevaba un año fuera Lezama, en el cual colaboró con diversos medios criticando el trabajo de la factoría rojiblanca- como míster.

En la rueda de prensa donde se anunciaron las líneas maestras de actuación respecto al filial, el presidente y Guzmán, en presencia de Inchaurraga-máximo responsable deportivo de la Junta- y de Liñero, aseguraron que en el segundo equipo «no basta con tener tres, cuatro o cinco jugadores a un nivel competitivo suficiente para dar el salto a la primera plantilla». Incluso se llegó a decir que «el objetivo del Bilbao Athletic debe ser disputar la fase de ascenso y, si es posible, ascender». Estas declaraciones se pueden consultar en la web de la candidatura de García Macua.

Al nuevo Bilbao Athletic, de la mano de Liñero, llegaron a Lezama jugadores de mayor edad a la habitual. Así, Koikili-el gran acierto, aunque ya fue seguido en diciembre de 2006 por el club-, Josu, Retegi, Nes Susaeta y los repescados Jon Moya y Ander Gago se incorporaron a la plantilla. Previamente, los técnicos de Lezama, sin Liñero en el club aún, habían fichado a Oinatz Bilbao, Líbano y Aitor Ramos para el equipo. Además de recuperar a Ion Vélez, que estaba cedido en el Barakaldo.

Ocho puntos de 36

Arrancó la pretemporada y, como estaba cantado, aunque es cierto que Liñero es uno de sus grandes valedores, Markel Su-saeta subió al primer equipo. En el stage de Covaleda -en ausencia de fichajes de delanteros en los mayores- Vélez se incorporó y, finalmente, dos semanas antes del inicio liguero, también Koikili. La promoción mediática de Liñero llegó al cénit.

No cabe duda que estas ausencias mermaron el potencial del filial -aunque la del eibartarra era más que esperada-, pero siguieron dejando una plantilla más que competitiva y un margen de maniobra suficiente al sumarse Igor Angulo al grupo.

Sin embargo, el devenir de la temporada está distando mucho de las metas iniciales. A seis jornadas del final de Liga, los play-offs de ascenso están a 17 puntos, el equipo está en puntos de disputar la eliminatoria por no bajar y el descenso directo se encuentra a sólo dos a puntos. Todo, en una segunda vuelta donde el equipo únicamente ha sumado ocho de los 36 puntos en juego.

El transcurso del campeonato también ha deparado muchos cambios en la plantilla. Entre sus propios fichajes, Liñero descartó a Josu y Retegi y mantuvo a Nes Susaeta apartado del equipo. Asimismo, Líbano se fue al Ontinyent y Aitor Ramos ha jugado cinco partidos con el primer equipo antes de volver a los cachorros. Para suplirles, Ibon López -por las convocatorias de Raúl con el primer equipo por la lesión de Iraizoz, aunque ahora es Iago el titular-, Larrea, Iturraspe, Julen Goñi y Eder han saltado desde el Baskonia.

Aprovechando el debut de Aitor Ramos con la primera plantilla, Liñero señaló el pasado 6 de febrero en rueda de prensa que «nuestro objetivo ya se ha cumplido con creces». Palabras bien distintas de las que escuchó y ante las que asintió durante su presentación como técnico del Bilbao Athletic en la plancha de García Macua.

Ahora mismo, con la visita del líder, la Ponferradina, a Lezama en el horizonte -donde el equipo de casa no gana desde el 4 noviembre-, el panorama es muy negro. Ante ello, la pasada semana, Joseba Inchaurraga aseguró que la junta «no se ha planteado cesar a Liñero». Algo sorprendente vistos los malos resultados, los comentarios que hablan de falta de sintonía entre técnico y jugadores y, sobre todo, porque no se cumplen las metas autoimpuestas.