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Primera sesion del pleno de investidura

Zapatero pone el «consenso constitucional» como referente de un acuerdo de «todos contra ETA»

El candidato a presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a pedir ayer, como en 2004, «una estrategia antiterrorista compartida por todos los grupos de la Cámara». Anunció próximas reuniones con este fin, pero apenas detalló sus objetivo. Entre ellos, sí avanzó «la defensa de nuestros valores y del orden constitucional».

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

José Luis Rodríguez Zapatero, candidato del PSOE a presidente del Gobierno español, afrontó ayer la primera sesión de su investidura en el Congreso de los Diputados. La abrió con un discurso de unos ochenta minutos, en el que primaron aspectos económicos y sociales, y donde las referencias a las cuestiones relacionadas explícitamente con Euskal Herria se circunscribieron a la llamada «política antiterrorista».

Zapatero volvió a proponer, como ya hiciera en 2004, el acuerdo de una estrategia común entre todos los grupos parlamentarios. A diferencia de hace cuatro años, ya no dijo que consideraba que el Pacto PP-PSOE «sigue vigente». Quizá para compensar, tendió la mano de forma especial a Mariano Rajoy en la búsqueda de este acuerdo.

El presidente del PP le reprochó la falta de claridad y concreción en esta materia y le recordó qué tipo de acuerdo está dispuesto a suscribir: «Cualquiera que vaya en la dirección del Pacto Antiterrorista. Es decir, que cancele toda esperanza para los asesinos, que tenga en cuenta a las víctimas y que asegure, inequívocamente, que no se volverán a producir cambios en esta política hasta la derrota definitiva de la banda».

«Con todos los medios»

El candidato prefirió dejar las concreciones para la reunión a la que convocará a Rajoy en «las próximas semanas», aunque sí avanzó algunas de sus intenciones. «Vamos a llevar adelante -aseguró- una estrategia compartida, en defensa de nuestros valores, del orden constitucional, poniendo todos los medios al alcance del Estado, los medios de la acción política y de la colaboración internacional para acabar con ETA, que sólo tiene una expectativa, el abandono definitivo de la violencia incondicionalmente. La democracia ya ha ganado a ETA. Sólo falta saber cuándo la democracia pone fin a la barbarie del terrorismo».

En su discurso, Zapatero comenzó a hablar de ETA apuntando que «en mi idea de España caben todas las ideologías imaginables y caben también todas las identidades; lo que no cabe es el recurso a la coacción y al crimen para defender ninguna idea ni ninguna identidad».

Zapatero no hizo ninguna referencia, y mucho menos autocrítica, al fallido proceso negociador (lo que Rajoy definió como «cadena de errores» a rectificar). Se limitó a asegurar que «ha desaprovechado las oportunidades que la democracia, sin renunciar ni a uno solo de sus principios ni a una sola de sus reglas, les ha ofrecido en la Legislatura que acaba. Con ello, hacen aún más negro su destino. Han desafiado la buena fe de una sociedad democrática, firme en sus convicciones y con coraje acreditado para defenderse de sus desafíos homicidas. ETA sólo tiene un destino: poner fin a su barbarie criminal definitiva e incondicionalmente».

No dijo nada Zapatero de que considere «derogada» la resolución de mayo de 2005 que permite el diálogo con ETA en determinadas condiciones. Tam- poco se lo pidió un PP que, de entrada, pareció más proclive al acuerdo que en el pasado.

Unidad «sin una forma única y obligatoria de ser español»

El discurso de investidura de Rodríguez Zapatero tuvo la referencia a «mi idea de España» como hilo conductor que unía el paso entre las diferente materias abordadas. Hasta 56 veces pronunció la palabra «España» en 80 minutos de intervención inicial.

En ese contexto, el candidato a presidente del Gobierno apuntó que «la España en la que creo, la España que defiendo, es una España que extrae su riqueza de su diversidad. Es un país unido por su pasado pero, sobre todo, unido por su futuro. En mi idea de España nadie tiene más derechos que otro por nacer en uno u otro lugar, pero tampoco nadie ve amenazada su identidad ni existe una forma única y obligatoria de ser y sentirse español».

Recordó que en la legislatura anterior se pusieron las bases para la reforma de los estatutos de seis comunidades autonómicas y que en esta podrán hacerlo las restantes, siempre que «la aplicación y el desarrollo de los estatutos de autonomía» se haga «en un marco de respeto, diálogo y cooperación institucionales». I. I

Cada cual en su sitio

Rodríguez Zapatero abrió su discurso dejando claro que el electorado ha encomendado distintas misiones. Al PSOE, la del gobierno. «A otras fuerzas políticas les encargaron ejercer la función de oposición y de control al Gobierno».

sin guiños a ciu y pnv

En la intervención del candidato no hubo guiños a CiU y PNV, grupos en los que se supone que deberá apoyarse para conseguir mayorías parlamentarias. Es más, algunas de sus propuestas fueron tachadas de «recentralizadoras».

mano tendida a Rajoy

La invitación al consenso que Zapatero trasladó personalmente a Mariano Rajoy como líder del principal partido de la oposición fue entendida en algunos ámbitos como una referencia mediatizada por la situación interna que vive el PP.

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