«La historia se repite: el mismo día en circunstancias similares, en puntos distantes de Euskal Herria y, como siempre, la cadena se rompe por el eslabón más débil; se trata de una cadena de subcontrataciones; en uno de los casos se trata de un trabajador inmigrante -el fallecido en Barakaldo- y en otro, un autónomo -en Lesaka-, en ambos casos trabajando solos en un trabajo de especial peligrosidad, sin medidas de protección ni evacuación, ya que después de sufrir el accidente estuvieron buscándoles por el monte y, en el caso de Barakaldo, con un organismo oficial que es el promotor de la obra, la Diputación Foral de Bizkaia». Así de contundente fue la descripción de LAB, que ayer protagonizó concentraciones de protestas y hoy se movilizará en Lesaka, de una trágica jornada laboral que se cobró, con pocas horas de diferencia, las vidas de los trabajadores A.A.A., de 55 años y vecino de Urroz, y G.I., de 45 años.

A mediodía, sus compañeros notaron la ausencia de A.A.A., fueron a buscarle y le encontraron herido de gravedad por el impacto de una rama de grandes dimensiones. Murió poco después. Unas horas más tarde, entre las 16.00 y las 18.00, según indicó Osalan ayer, se produjo el accidente que costó la vida a G.I. en Barakaldo. A las 20.15, sus compañeros le encontraron muerto en la zona del Regato, cuando sufrió el impacto de un pino que acababa de talar. Con veinte años de experiencia en estas labores se encontraba realizaba trabajos de entresaca solo y estaba contratado por la empresa Ayesta Explotaciones Forestales, que a su vez había sido subcontratada por la Diputación de Bizkaia.

Tras mostrar su solidaridad a las familias y amigos de los trabajadores fallecidos, denunció que las condiciones de trabajo «nos matan», que la precariedad «se encuentra en la base de la pirámide de las pérdidas de salud».

El sindicato LAB subrayó, en este contexto, que las patronales, «tanto públicas como privadas, como en este caso la Diputación Foral de Bizkaia, priman más los beneficios económicos frente a la salud y la vida de los trabajadores».

«Dejación»

A la patronal y a la Administración señaló también ELA, al manifestar que «la patronal, aún incumpliendo la normativa en materia de seguridad y salud, se siente impune. ¿Por qué? Porque la Administración hace una total dejación de esta materia. No se controla, no se inspecciona a las empresas, no hay medios ni económicos ni humanos suficientes para mejorar la situación. Y todo es cuestión de una clara falta de voluntad política, no hay ninguna intención por parte de este Gobierno de confrontar con la patronal».

ELA, que llama a concentrarse mañana en Barakaldo, destacó que «ni los planes virtuales ni la propaganda son la solución» y reclamó que, «de una vez por todas, se aborden las causas de la siniestralidad», que «más allá de cuestiones coyunturales, es estructural».

Constató que «está íntimamente relacionada con la precariedad. «La temporalidad, la subcontratación, la falta de medidas de seguridad, los excesivos ritmos de trabajo o la falta de formación están al orden del día. El caso de Barakaldo es un claro ejemplo de ello, trabajador inmigrante, perteneciente a una subcontrata», señaló.

Denunció que los trabajadores «se enfrentan a puestos de trabajo poco seguros» y «asumen riesgos que no deberían».

La responsable de Salud Laboral de UGT-Euskadi, Pilar Collantes, exigió a la Inspección de Trabajo y a Osalan la adopción de «medidas concretas en la planificación de riesgos laborales en el sector forestal».

Horas antes, ESK y STEE-EILAS exigieron «el cumplimiento estricto» de la ley de prevención de riesgos laborales. Reclamaron «mayor seriedad» en el control y la fiscalización por parte de la Inspección de Trabajo y afirmaron que siniestros como los de ayer son «la punta del iceberg de las grandes cifras» de accidentes y enfermedades profesionales.

Batasuna subrayó que no se trata de una casualidad, sino que obedece a la precariedad. Constató, además, que ante estas dos muertes «no hemos visto manifestaciones de duelo ni actos de denuncia, los líderes políticos intentarán que pasen desapercibidas».