Las autoridades haitianas realizaron ayer un llamamiento a la calma para poner fin a las manifestaciones e incidentes por la subida de los precios de los alimentos, que se han cobrado ya la vida al menos de cinco personas, mientras algunos tanques y «cascos azules» de la misión de la ONU en el país caribeño se desplegaron en torno a la sede de la Presidencia, en la capital.

El despliegue de las tropas internacionales se produjo después de que el presidente, René Préval, pidiera a la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah) «reforzar el servicio de seguridad alrededor del Palacio Nacional», según la portavoz de la Minustah, Sophie Boutand del Combe. Los accesos a la sede presidencial, cerrados con vallas, estaban a mediodía completamente bloqueados y una docena de vehículos blindados de la ONU, conducidos por «cascos azules» brasileños, se situaron en torno al Palacio.

En las inmediaciones se habían reunido miles de manifestantes que coreaban consignas exigiendo medidas para luchar contra la inflación. «La gente puede seguir manifestándose, pero respetando los bienes de los demás. No comprendemos que quienes protestan contra la carestía de la vida quieran entrar en el Palacio Nacional. Eso es otro asunto», declaró el secretario de Estado de Seguridad Pública, Luc Puchère. Durante la mañana, los manifestantes trataron de acceder al mismo y, según algunos testigos, se escucharon ráfagas de armas al enfrentarse los «cascos azules» a los manifestantes.

Los precios del arroz y de otros alimentos de primera necesidad se duplicaron y hasta triplicaron, lo que ha provocado los disturbios que se suceden desde la semana pasada.