Félix no descuidó ninguna faceta de la vida. Pero precisamente la vida, que tanto amó y que con tanta pasión abrazó, esta vez no le ha dado una nueva oportunidad. La salud, a sus 49 años, le ha jugado una mala pasada.

Deja atrás una trayectoria intensa, marcada por una militancia sin fisuras en cada una de las organizaciones en las que se implicó. Rafa Díez Usabiaga afirmó ayer que en LAB deja «un recuerdo muy positivo, como militante y como persona. Un militante eficaz, tanto a nivel organizativo como sindical. En Hernani era una persona muy conocida. Hablar de Nerón es hablar de una persona que ha vivido la militancia en la calle, con un nivel de compromiso total».

Díez Usabiaga lo definió como un «burugogorra», pero en el plano positivo. Detrás de la fachada de duro negociador y cara de mala leche se escondía un corazón grande, que «permitía el acercamiento humano, y tenía una gran facilidad para afrontar las relaciones personales».

¿Pero quién era Félix López Torres? Probablemente fueron muchas más las personas que le conocieron por su apodo, Nerón, que por su propio nombre. Ayer, compañeros del sindicalista reconocían que después de años de militancia dudaban de conocer a Félix López pese a tratar con él prácticamente a diario. Nerón, sin embargo, era aquel hombre incansable que tan bien conocían, con el que trabajaban codo a codo, al que el día se le quedaba demasiado corto.

Apodado Nerón, por cierto, por su parecido con el emperado romano. Cosas de la cuadrilla. Incluso bordó el papel en algunos carnavales, con túnica incluida.

Félix comenzó a trabajar con 14 años como pinche de albañil en Orbegozo, aunque fue ascendiendo y terminó como administrativo. Su camino en Orbegozo terminó en 1984, al ser incluido en la primera oleada de despidos en aquellos difíciles años de la llamada reconversión industrial que impulsó el PSOE.

Su siguiente destinó fue Talleres Mitxelena, de Hernani, pero lo hacía como asesor en un grupo que trabajaba para reflotar la empresa -antes había estudiado contabilidad y economía-. Permaneció cinco años.

A finales de los años 70 era detenido en una amplia redada llevada a cabo en Hernani. Pasó varios meses en la cárcel, pero salió a la calle sin cargos. No sería la última. En 1997 volvió a ser arrestado, esta vez por la Ertzaintza. Dos agentes fueron condenados por obligarle a desnudarse y hacer flexiones

Una vez en LAB, su primer cargo fue el de responsable del área económica de Gipuzkoa. En el Congreso de 1992 era nombrado secretario del Metal y años más tarde secretario de Organización, formando parte del Comité Nacional. En el V Congreso entró a formar parte del Comité Ejecutivo del sindicato abertzale. En esos años su presencia en ruedas de prensa y actos públicos de LAB era bastante habitual.

La trayectoria de Nerón en la central abertzale finalizó tras el VI Congreso, celebrado en 2004 por problemas de salud. Este segundo aviso aconsejaba cambiar de vida, y así lo hizo.

No obstante, su trayectoria militante es más amplia. Nerón, al margen del sindicato, también se implicó directamente en diferentes movimientos sociales. Primero como impulsor de las Gestoras Pro Amnistía y, años más tarde, en la iniciativa Bai Euskal Herriari y en impulsar el EHNA.

Personas que coincidieron con él en esta iniciativa, a comienzos de la presente década, le recordaron por la «calidad» de su trabajo y su «creatividad». «Pura actividad», indicaron. Para entonces la salud ya le había dado un primer aviso, pero él bromeaba al respecto diciendo que lo suyo «era militancia de baja intensidad».

En esta casa, en GARA, también dejó Nerón su sello. Antes de que el 30 de enero de 1999 saliera el primer número de este diario, Félix López se había incorporado a la estructura empresarial de EKHE, para participar en el desarrollo de este grupo de comunicación.