Crónica | Salud laboral
6.000 muertes al día en accidentes de trabajo y enfermedades profesionales
El próximo 28 de abril se conmemora el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, bajo el auspicio de la OIT. Al día fallecen en el mundo, un total de 6.000 trabajadores, por accidentes o enfermedades profesionales, en Europa son 457 muertes y en Euskal Herria cada tres días muere un trabajador. En 2007 fueron 125 fallecidos y en lo que llevamos de año suman ya, al menos, 27.
Juanjo BASTERRA
«Mi vida..., mi trabajo... mi trabajo en seguridad» es el lema elegido por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) para conmemorar el 28 de abril. En estos inicios del siglo XXI todavía las condiciones de trabajo de millones de trabajadores en el mundo son inseguras. Ocurre tanto en los países en vías de desarrollo como en los más avanzados a nivel económico. No hay norma o ley que no se salten los empresarios en este o en aquel país para evitar la prevención de riesgos laborales y mantener la maquinaria o los centros de trabajo en condiciones de seguridad y salud.
Los datos de la OIT muestran la gravedad de este problema que afecta al mundo laboral. Según indica, al año fallecen 2,2 millones de personas a causa de accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo. Supone una media de 6.000 fallecidos al día y es una tasa que no se está reduciendo, se mantiene en el conjunto de los países, pese a los avances tecnológicos. Además, se producen 270 millones de accidentes de trabajo no mortales, pero que suponen un mínimo de tres días de baja laboral. A esos terribles datos hay que añadir que cada año se producen 160 millones de casos nuevos de enfermedades profesionales.
En la Unión Europea, por cada accidente mortal se suceden mil más no mortales, que indican, entre otras cuestiones, fallos en el sistema preventivo de las empresas, lo que supone exponer al trabajador a un mayor riesgo. La precariedad, la elevada subcontratación, la falta de formación y de información son los elementos comunes en los accidentes de trabajo.
La OIT reclama a los empresarios y a los trabajadores una reflexión sobre «cómo controlar y reducir los riesgos en los lugares de trabajo». Está claro que las diferentes legislaciones atribuyen al empresario toda la responsabilidad sobre los accidentes de trabajo, porque debe disponer de centros de trabajo en condiciones. Sin embargo, visto el elevado incumplimiento que se está produciendo en el mundo de estas normativas, la OIT llama a los trabajadores y a los sindicatos a actuar.
Cuatro son las claves que aporta. La primera «eliminar o minimizar los riesgos en su origen». Para ello, la OIT reclama a los fabricantes y proveedores de equipos y productos que aporten «enfoques innovadores para resolver los problemas que plantean». En este caso, la organización internacional cita de forma directa a la sustitución de sustancias químicas peligrosas por otras menos nocivas y también alude al amianto, «que en muchos países se ha prohibido», pero que «puede sustituirse por sustancias más seguras». También se refiere a la disminución del ruido y la vibración en los procesos de fabricación.
Controles de seguridad
La OIT asegura que una segunda clave para reducir los riesgos es la «imposición de controles u otras medidas de seguridad físicas». En este caso, se refiere a la colocación de barandillas para evitar caídas por huecos; la buena ventilación en zonas donde se puedan inhalar sustancias peligrosas. Cita de forma específica a «un quirófano donde enfermeras y médicos deberían estar protegidos contra la emisión de gases anestésicos residuales». En todos estos casos, el control del mantenimiento es «fundamental».
La tercera clave es «proporcionar métodos de trabajo seguros con objeto de reducir más los riesgos». Para ello, exige «una buena planificación y organización», para lo que cita que «el trabajo de mantenimiento o desbloqueo de los dispositivos de seguridad de máquinas requiere métodos de aislamiento seguros para evitar la puesta en marcha accidental de las mismas». En muchas ocasiones, esos dispositivos se bloquean para trabajar con mayor rapidez. De hecho, se calcula que una empresa que cumpla todos los protocolos de seguridad en los métodos de trabajo con las máquinas ralentiza su producción entre un 25% y un 30%. Eso es lo que el empresario no quiere, por lo que en muchas ocasiones prevalece la necesidad de producir a la seguridad del trabajador, lo que conlleva aumentar el riesgo.
La última clave a la que se refiere la OIT es el suministro, la utilización y los equipos de protección personal adecuados. Deben ser proporcionados por la empresa.